Emilio Silva Y José Carlos Mainer

Emilio Silva y José Carlos Mainer charlarán hoy en Internet con los lectores de El País. Tenéis la oportunidad de enviarles preguntas de antemano.

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Emilio Silva, Presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica

Miércoles, 21 de Abril de 2010 de 16:30 a 17:30

El juez Baltasar Garzón se enfrenta hasta 20 años de inhabilitación por su investigación sobre los crímenes del franquismo. Con la causa paralizada en España, familiares de víctimas y organizaciones de defensa de los derechos humanos han acudido a la justicia argentina. El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva, charlará con los lectores sobre las razones que han llevado al colectivo a presentar una querella por el genocidio franquista en Buenos Aires, la movilización con los artistas o la ley de memoria histórica.

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José Carlos Mainer, Autor de “Historia de la literatura española”

Miércoles, 21 de Abril de 2010 de 18:00 a 19:00

La “Historia de la literatura española” que coordina el escritor y crítico José Carlos Mainer se trata de la primera que se realiza en treinta años y tiene por objetivo poner al día los conocimientos aportados por la última generación de estudiosos desde una concepción original y sensible al nuevo público lector. Siete volúmenes que revisan la historia de nuestra literatura. José Carlos Mainer charlará con los lectores sobre esta nueva Historia de la literatura.

“La historia de la literatura española se ha parcelado demasiado”

Una de las obras filológicas fundamentales de España en tres décadas ha sido dirigida por este profesor, escritor y crítico. Historia de la Literatura Española. Modernidad y nacionalismo 1900-1939 es el volumen que abre el proyecto.CARLES GELI El País – 27/03/2010

“Ningún país continental ha intentado inventar la noción de literatura europea y pensé que debía abordarse”, afirma José-Carlos Mainer, director de Historia de la Literatura Española. – JULIO FOSTER

No creo que vuelva a escribir más sobre la Edad de Plata y menos obras de este empeño; quizá una biografía de Pío Baroja para 2012, pero poco más; el resto serán artículos o prólogos y homenajes”. Podría ser la típica depresión posparto y más cuando se ha alumbrado un volumen de 800 páginas (Modernidad y nacionalismo 1900-1939), el que abre la Historia de la Literatura Española, de nueve tomos (Crítica), 6.500 páginas, que también ha coordinado. Pero quien conozca a José-Carlos Mainer (Zaragoza, 1944), inasequible al cansancio, lector compulsivo, sabe que el catedrático de Historia de la Literatura en la Universidad de Zaragoza, padre de la fusión de la historia de la literatura con la cultural, está hecho de la madera que le lleva ahora, desde su mullido sofá rojo con tapetes de punto blancos, a tomar ya notas barojianas y comentar aspectos de la literatura. En realidad, una manera de hablar de sí mismo.

PREGUNTA. En su postrera mirada a la Edad de Plata, ¿qué ha dejado de nuevo?

RESPUESTA. Básicamente, el balance global de Juan Ramón Jiménez que, gracias a los expedicionarios filólogos, han dado otra imagen del poeta desde 1982; también haber recuperado a Gabriel Miró y un engarce, vía nihilismo, entre Baroja y Antonio Machado en los años veinte.

P. ¿Se atreve, desde el epílogo, a nombrar a la santísima trinidad entre 1900 y 1930?

R. ¡Buf! Bueno: Juan Ramón, Valle-Inclán y, si me deja hacer pack, la generación del 27.

P. No es usual en obras así incluir volúmenes transversales como tendrá ésta con la Historia de las ideas literarias en España y El lugar de la literatura española.

R. Este último era capital porque establecer el lugar de la literatura española en relación con el resto de literaturas peninsulares requiere espacio, así como con la literatura europea: ningún país continental ha intentado inventar la noción de literatura europea y pensé que debía abordarse, y, claro, la relación con Hispanoamérica: ninguna otra literatura europea se ha relacionado tanto con la de sus colonias… Quizá la inglesa y no estoy seguro.

P. ¿Qué tal esas relaciones?

R. Ya todo el mundo admite una primera fase de literatura colonial; una segunda, en el siglo XIX, de evolución en común, y una tercera, en el XX, de emancipación y en la que, además, son ellos los que pasan a dictar nuevas reglas.

P. Ahora parece un periodo de mayor desconocimiento literario no sólo entre España y Latinoamérica sino entre los mismos países del continente. Apenas Roberto Bolaño es denominador común.

R. Sí, hasta los años sesenta se da una notable identidad de mercado; si se acudía al mercadillo de la plaza de Armas de La Habana, donde tras la revolución se liquidaban muchos libros, uno veía que la biblioteca de un cubano era la misma que la que hubiera tenido de haber vivido en Madrid. Eso se acabó por el crecimiento de los mercados internos y por el debilitamiento del sentimiento hispanoamericano; hoy, un libro como el Canto general de Pablo Neruda, de 1950, es impensable; el boom de los sesenta aún se vivió colectivamente, pero ya nada más. De la unidad se mantiene sólo la retórica.

P. ¿Sigue siendo el periodo 19001930 el del gran salto de la cultura española y, por ende, literario, o lo ha sido más el de los años ochenta?

R. Cuando escribí con Santos Juliá El aprendizaje de la libertad: 1973-1986, no tuve el atrevimiento de decir que igual fueron más importantes los ochenta. Hoy me inclinaría a ello por la internacionalización. Es lo único que le faltó al periodo 1900-1930: la proyección exterior. En la novela es clarísimo: está Álvaro Pombo, Javier Marías…

P. Atribuible a…

R. Al clima de creatividad y ruptura junto a la sensación de desazón y fracaso que se da en la primera Transición, la melancolía por lo que no se ha hecho; sobre esas contradicciones creció eso. Y también al final de las novelas estructuralistas y ese dejarse ya de realismo mágico y empezar a hacer obras como Relatos sobre la falta de sustancia, de Pombo, o Visión del ahogado, de Juan José Millás.

P. Otra santísima trinidad del momento.

R. Pues Pombo, Fernando Savater y Luis García Montero.

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P. Ensayo-novela también lo es Javier Cercas y su Soldados de Salamina o Anatomía de un instante.

R. Sí, marca la narrativa actual: el escritor entra en la realidad y se pinta ahí; aflora su intimidad, el individuo pasa por cosas que no entiende y sale la autoficción. Ahí está Kapuscinski, que no sé si fabuló o no, pero leí El imperio hace poco: soberbio; o el Ian MacEwan de Chesil Beach

Pero es que Baroja y Pla ya hicieron eso en los sesenta.

P. En Soldados de Salamina es clave el autor falangista Rafael Sánchez Mazas. ¿La prevención izquierdista ha provocado injusticias con la literatura fascista?

R. La literatura fascista española, quitando a Ernesto Giménez Caballero, es poco importante. Agustín de Foxá y Sánchez Mazas son escritores de principios de siglo rezagados y los demás, galería de personajes curiosos. Pero convenía estudiarlos y fijarlos. Quizá esa prevención se comió a Manuel Machado como, rota la prevención del éxito, hay que admitir la calidad de Vicente Blasco Ibáñez. Ahora, tampoco hay que llegar hasta el extremo de loar una obra de Foxá como Misión en Bucarest. No es para tanto.

P. ¿También se da el revisionismo en literatura?

R. Hemos logrado ser menos sectarios, pero es que a lo que ocurre con la Historia lo llamaría ya negacionismo. El marco es la refundación de la derecha, que tuvo su ascensión en el aznarismo y ha culminado con la Iglesia católica reclamando que sus mártires de la guerra fueran santos. Y con eso, quieran o no, han replanteado la Guerra Civil. Hubo un pacto de historiadores en la Transición donde ya quedó claro que hubo barbaridades en el bando republicano, siempre se ha sabido lo de Paracuellos… La Iglesia tenía que haberse abstenido.

P. Usted también es culpable de una corriente que defiende que no hay ruptura cultural entre los años treinta y los cincuenta. ¿No vamos muy lejos?

R. Camilo José Cela es heredero de Valle-Inclán y Pío Baroja. Su neocasticismo sólo tenía de nuevo su sentido del negocio literario; la revista Escorial era Cruz y Raya pero sin José Bergamín; Destino copió al catalán Mirador; cierta resistencia cultural silenciosa contactó con el exilio… La historia de la literatura española se ha parcelado demasiado. Eso debe cambiar.

Pero esa historia ya no la hará él.

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Nueve volúmenes

Tres años ha tardado José-Carlos Mainer para acabar la obra. La Historia de la Literatura Española tendrá nueve tomos: Edad Media, a cargo de Juan Manuel Blecua y María Jesús Lacarra; Siglo XVI, Bienvenido Morros; Siglo VII, Pedro Ruiz Pérez; Siglo XVIII, María Dolores Albiac; Siglo XIX, Cecilio Alonso; Modernidad y nacionalismo (1900-1936), José-Carlos Mainer; Siglo XX (1939-2010), Jordi Gracia y Domingo Ródenas; Historia de las ideas literarias en España, José María Pozuelo, y El lugar de la literatura española, Fernando Cabo Aseguinazola.

Un infinito panteón de las letras

José Carlos Mainer coordina los nueve tomos de la monumental ‘Historia de la literatura española’, un compendio de 6.500 páginas desde la Edad Media hasta hoy

CARLES GELI El País19/03/2010

Emilia Pardo Bazán, Ortega y Gasset, Unamuno y Valle-Inclán vistos por Sciammarella.- SCIAMMARELLA

José Carlos Mainer (Zaragoza, 1944) se siente “insólitamente vacío” por vez primera en su vida. Catedrático de Historia de la Literatura en la Universidad de Zaragoza, el gran especialista en la Edad de Plata española, considerado pionero de la historia de la literatura como historia cultural, se siente así porque, lector voraz y trabajador incansable, tras casi tres años se acaba de liberar de la dirección de un monstruo de 6.500 páginas. Son las que conforman la Historia de la Literatura Española que lanza Crítica, obra que se ha estrenado con el sexto volumen, Modernidad y nacionalismo 1900-1939, 828 páginas que firma el propio Mainer.

La empresa está llamada a ser un hito en la filología española. Hace tres décadas que no se publica una obra de estas características, desde que en 1979 Ariel decidiera editar una Historia de la Literatura Española dirigida por hispanistas ingleses y cuyo volumen destinado al siglo XX revisó ya el propio Mainer. Entre otros más de por medio, el último gran intento fue en Espasa en 1998, con el hoy presidente de la RAE Víctor García de la Concha, ambiciosa obra de la que sólo aparecieron cuatro tomos.

“Que hasta ahora no haya salido otra responde sólo a un tema comercial: al calor de los cambios políticos de los se quiso orear el panorama y el mercado casi se saturó; desde entonces, una excelente producción de estudios filológicos permite una masa crítica que justifica que se revise a partir de una historia literaria”, expone Mainer como muestra, una vez más, de su capacidad de leer en clave de historia cultural.

Otro elemento diferenciador es la estructura que tendrá la Historia…, que arranca con la Edad Media y sigue con sendos volúmenes para los siglos XVI a XIX. El XX, iniciado por Mainer, lo completará uno que llegará hasta 2009, el más delicado. Así, cada tomo tendrá cuatro bloques: el primero, una especie de pensamiento literario del momento, al que seguirán aspectos de la industria cultural, el patrimonio literario (fijándose más en los textos que los autores) y un cuarto titulado Textos de apoyo. Ese y el primero, iconoclastas en una obra así.

“He pedido que cada tomo arranque con un interrogante sobre el campo literario, entendido a partir del concepto de Pierre Bordieu, mientras debían acabar no tanto con la clásica antología de textos sino con documentos de historia literaria, como opiniones de un autor o entrevistas”.

Coherente con su manera de ser que le impide moralmente tener discípulos (“porque conlleva que uno sea maestro”), Mainer ha sido generoso tanto en la elección de sus colaboradores como en el supuesto canon que acaba imponiendo toda obra de esta índole. “Entre los autores no están quizá los más previsibles pero he buscado gente que, por trayectoria académica y obra publicada, entendiera una historia de la literatura con escasísimas notas, bibliografía capital asumida y capaces de escribir un ensayo de alta divulgación; es la única manera que esta obra no se fosilice en poco tiempo”, justifica.

Sobre el canon, enumera ufano: “la literatura siempre tiene que ver con otras artes, por eso, en mi caso cito generosamente a El Greco y a Goya, o me permito resaltar la figura de María Guerrero o incorporar ausencias injustificables como el Joan Maragall articulista en castellano o el Eugeni d’Ors del Glosario, mucho más divertido que Ortega y Gasset”. Los periodistas Corpus Bargas y César González Ruano, el novelista Benjamín Jarnés, el tapado de la Generación del 27 Alonso Quesada, Gabriel Miró y hasta un engarce inédito entre el Pío Baroja y el Antonio Machado de los años veinte como “los dos grandes nihilistas de esa década” son algunas de las aportaciones de su volumen.

Si bien se citan autores catalanes, gallegos y vascos, sus literaturas no están inseridas en cada tomo.

En uno de los dos tomos transversales que tendrá la obra, dedicada a El lugar de la literatura española, estarán, según el autor, “las influencias mutuas entre la literatura española con el resto de las letras peninsulares, las relaciones con una literatura europea cuya noción ningún país ha inventado y, claro, con la literatura hispanoamericana, con una etapa de literatura colonial, un siglo XIX común y un XX con su emancipación y desde el que nos dictan las pautas”. ¿Y eso? “Hasta los años sesenta había una unidad de mercado hoy del todo inexistente, una división que oculta una retórica que se mantiene pero que aguantará lo que aguantará”.

Por algún jirón entrevisto al final del prólogo general, se intuye que esta obra puede ser un punto final en la trayectoria intelectual de Mainer. “Lo que está claro es que no escribiré ya más sobre la Edad de Plata ni una obra de tanto empeño”. Y también está convencido de que es un canto del cisne del sector editorial en papel: “Una obra de tal envergadura es muy cara y dificultosa; pero le garantizo que no hay nada para leer como el papel y el formato página”. Vendrán, pues, otras historias de quizá otras literaturas.

Números de una obra grandiosa

Tres. Los años que se han necesitado para acabar la obra desde que, en junio de 2007, la encargara Gonzalo Pontón, director de la editorial Crítica hasta el año pasado, a Mainer.

Nueve. Los volumenes de que consta la obra:

1. Edad Media, de Juan Manuel Cacho Blecua y María Jesús Lacarra (salida en mayo 2011).

2. Siglo XVI, de Bienvenido Morros (febrero 2011)

3. Siglo XVII, de Pedro Ruiz Pérez (6 de mayo 2010)

4. Siglo XVIII, de María Dolores Albiac (abril 2011)

5. Siglo XIX, de Cecilio Alonso (noviembre 2010)

6. Modernidad y nacionalismo (1900-1936), de José Carlos Mainer (ya a la venta)

7. Siglo XX (1939-2010), de Jordi Gracia y Domingo Ródenas (septiembre 2010)

8. Historia de las ideas literarias en España, de José María Pozuelo (octubre 2011)

9. El lugar de la literatura española, de Fernando Cabo Aseguinolaza (septiembre 2011)

35. Los euros que cuesta cada volumen.

6.500. El número mínimo de páginas de la obra.