En su obra Luna de lobos Julio Llamazares cuenta la historia de cuatro hombres republicanos ocultados en las montañas en los años posteriores a la Guerra Civil. La obra no concentra en sucesos históricos ni políticos, sino cuenta la historia de los hombres por el punto de vista de uno de ellos, llamado Ángel. La historia empieza en el año 1937 y termina en 1946.
El libro se divide en cuatro partes. Después de la segunda parte, ya estamos en el año 1943, y los hombres todavía siguen en las montañas, aunque la guerra ya ha acabado. Ángel y sus compañeros parecen muertos, enterrados vivos. Solo pueden mirar por prismáticos la lejana vida de sus familiares y vecinos en el pueblo. Pero su propia vida es muy dura: tienen que dormir durante las horas de luz y buscar alimentación y leña durante la noche. Parece que la única posibilidad de sobrevivir es adaptarse a su entorno. Se convierten en animaliños que viven en las montañas, en lobos, serpientes, búhos. En una ocasión Ángel dice: “Corro como el recebo, y oigo como la liebre y ataco con la astucia del lobo. Soy ya el mejor animal de todos estos montes.” (p. 109). El animal salvaje de las montañas es como un símbolo de estos guerrilleros fuera de la ley.
Finalmente parece que se realmente convierten en animales. Están dispuestos a hacer cualquier cosa para salvar la vida, cometen crímenes cada vez más graves. Cuando Ángel y sus compañeros están secuestrando el minero, y este critica las malas acciones de ellos, Ángel responda a él: “Coja usted un animal doméstico, el perro más noble y más bueno. Enciérrelo en una habitación y azúcelo. Verá como se revuelve y muerde. Verá como mata si puede.” (p. 82) Luna de lobos es un análisis del instinto primario de supervivencia que puede llevar a un hombre acosado hacia la violencia.
Yo no sabía antes de leer el libro que muchos de los republicanos pasaron tantos años en las montañas separados unos de otros. La resistencia debe haber sido muy difícil desde este punto.
Gracias por tu diario, Reeta. Por favor, comenta el diario Antero.
Gracias por tu diario, Reeta.
Lo estuve leyendo con detenimiento y haces un muy buen resumen de la novela y de la clase donde la hemos discutido.
La franqueza del último párrafo de tu diario confirma la convicción de muchos: toda la historia no ha sido contada, la mayoría sólo fuimos educados con el son de tan sólo una campana.
Creo, por este motivo, que me hubiese gustado saber un poco más de tus impresiones, tus opiniones y valoraciones sobre los eventos que se tratan en la novela y que nos llegan hoy a nosotros por diversos caminos. Te dejo un saludo,
Ignacio
Me alegro de que la novela te haya servido para conocer un poco la historia de “los huídos” tras la guerra civil. Si te interesa el tema desde el punto de vista histórico, te recomiendo el libro Maquis de Secundino Serrano y el documental La guerrilla de la memoria. En el terreno de la ficción, se trata el tema de los maquis por ejemplo en la novela Maquis de Alfons Cervera y en La noche de los cuatro caminos de Andrés Trapiello. Sobre las representaciones del maquis en la literatura española, puedes ver, por ejemplo, los artículos online de José María Izquiero y Daniel Arroyo Rodríguez (en la sección “Bibliografía“) o el capítulo de un libro de Carmen Moreno-Nuño, que está fotocopiado en la carpeta delante de mi despacho.
Como dice Ignacio en el comentario, en tu diario resumes bien algunos aspectos de la novela que tratamos en clase. Sin embargo, el objetivo de los diarios no es tanto sintetizar el contenido de las clases sino añadir algo a lo que dijimos en clase o reflexionar sobre algún aspecto al que no prestamos atención. Hay muchísimas opciones: puedes escribir, por ejemplo, sobre un personaje o sobre el tipo de narrador, sobre el espacio o sobre el estilo, sobre un aspecto político o ético de la obra en cuestión, etc. Si alguna vez te cuesta elegir un tema para el diario, puedes buscar ideas leyendo críticas o artículos sobre la novela, que se encuentran fácilmente en internet, en la bibliografía del curso o en la carpeta que está delante de mi despacho.