Arte bajo las bombas

Una exposición rememora el recorrido de las obras maestras del arte español en la Guerra Civil para salvarlas de la guerra

JAIME PRATS El País31/03/2010

Una imagen del traslado del cuadro Venus y la música, de Tiziano, en 1939.-

En febrero de 1939 un convoy de 71 camiones salió de Figueres con destino a la frontera francesa cargado con lo más preciado del patrimonio artístico español. Hacía un intenso frío. Las carreteras estaban colapsadas por el trasiego de material militar y por los refugiados que huían del avance de las tropas del general Franco. Fue todo un reto reunir los vehículos que Francia no proporcionaba mientras la aviación italiana y alemana hostigaba las carreteras, hasta el punto de que la comitiva se interrumpió dos días por los bombardeos aéreos.

“Las condiciones eran terribles”, recordaba ayer Arturo Colorado, comisario de la exposición Arte Salvado, que se expone en el edificio de La Nau de la Universitat de València y organiza la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. En Perpiñán, ya a salvo de la guerra, las obras fueron depositadas en un tren que se dirigió hacia Ginebra, donde la Sociedad de Naciones se hizo cargo del valioso cargamento.

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 30 de mayo, describe los avatares que sufrieron las obras de arte de mayor valor del país y los esfuerzos de las autoridades de la República por protegerlas de las bombas. En todo ello, Valencia tuvo un importante papel, como recordó ayer Colorado. Por un lado, por la responsabilidad que tuvo en el traslado un valenciano: el pintor y muralista Josep Renau, por entonces director general de Bellas Artes e impulsor de la Junta del Tesoro Artístico, el organismo encargado de coordinar la evacuación. Pero también, porque esta ciudad fue la primera etapa del recorrido emprendido por las obras de arte.

Las torres de Serranos y el Colegio del Patriarca albergaron obras del Museo del Prado, la Biblioteca Nacional, colecciones privadas o monasterios, como el de las Descalzas Reales de Madrid. En total, se recopilaron 525 cuadros -entre ellos, todo Goya, Velázquez, Rubens-, 200 libros -códices, incunables- y tesoros como el que trajo a España Felipe V antes de ser coronado, el llamado Tesoro del Delfín, “de elevado valor artístico y crematístico”, comenta Colorado.

De Valencia, las obras maestras se trasladaron a Barcelona, y de allí a Figueres. Entonces un comité internacional formado por representantes de nueve museos de todo el mundo logró que la colección se depositara en Ginebra. “Fue la campaña de salvamento más importante de la historia”, destaca el comisario de la muestra, que subraya que este modelo de salvaguarda artística fue seguido luego por países europeos en la II Guerra Mundial.

Ginebra expuso una selección de 200 cuadros en una exposición que concluyó el 30 de agosto de 1939. El 1 de septiembre, Alemania invadió Polonia y comenzó la II Guerra Mundial. Un tren nocturno, con las luces apagadas para esquivar los bombardeos, devolvió la valiosa colección a España ese mismo mes. Las joyas artísticas hicieron el camino de vuelta huyendo, una vez más, de un nuevo conflicto armado.

Leave a Reply