Éramos tan cursis

La pompa de Franco. El dictador quiso volver a los valores y comportamientos del pasado, favoreciendo la cursilería. La hispanista estadounidense Noël Valis describe en un ensayo la atracción por el mal gusto de la nueva clase media española en los últimos dos siglos

Carroza fúnebre del alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván. – Cuenta Noël Valis.

PEIO H. RIAÑO – Público – 12/04/2010 08:30

España era diferente. Así lo vendieron, había algo que nos diferenciaba de los demás. Éramos especiales, teníamos un algo: éramos cursis. A mitad del siglo XX se estaba preparando la escalada a la cima más alta de la cursilería, que había nacido un siglo antes. Franco se presentaba como el noble guerrero triunfante en discursos y pinturas históricas y lograba borrar la historia de un plumazo,para convertir este lugar en otro que no se correspondía con la realidad.

El dictador había metido al país en la máquina del tiempo y le había hecho retroceder hasta esos mitos alcanforados de la fundación de la nación española: los reyes Católicos, una religión unificadora y épica, un destino imperial.España era diferente: aquí ser moderno empezaba a significar no ser español. Aquí ser moderno era renunciar a la tradición.

Modernizarse era traicionar a las fronteras, a nuestra identidad. La traición a lo español haría de España uno más. Así que el franquismo trazó barreras defensivas ante ese mundo de fuera que empezaba a ser tan parecido y la disensión interna, acentuando laexcepcionalidad y unidad del país como fuera. Incluso acentuando su lado más cursi.

“Irónicamente, el resultado fue con frecuencia mucho menos grandioso y mucho más banal, sin duda cursi, de lo pretendido, según empezó a dominar una mentalidad perversa y retrógrada, de estilo victoriano”, escribe la catedrática de literatura española en la Universidad de Yale NoëlValis, en el ensayo La cultura de la cursilería. Mal gusto, clase y kitsch en la España moderna (editado por AntonioMachado Libros).

“El Generalísimo se había convertido en un enano kitsch, encogiéndose ante los ojos del gran público”, explica al tratar los últimos años de la dictadura. La investigadora acude a los escritos de entonces que hablan de cómo la presencia de lo cursi es continua por las contradicciones internas. Martín Gaite, Vázquez Montalbán o Sopeña Monsalve enseñaron en sus novelas las disparidades sociales y materiales entre la estrechez económica y la necesidad de guardar las apariencias, o “entre la imagenideal de la vida familiar y la dura realidad del trabajo mal remunerado”.

“Creo que casi es inevitable que un movimiento como el nacionalcatolicismo llegue a verse en parte como algo cursi, precisamente porque hay un abismo entre las apariencias y la realidad del franquismo”, explica Noël Valis a Público desde su despacho. El franquismo era al tiempo adusto y cursi, marcando a una generación con memorias no deseadas.

Franco impuso los valores y comportamientos del pasado en un momento en el que las dificultades y la escasez material de la posguerra acentuaron el abismo entre la verdad y la ficción. La cursilería jugó con ventaja entre unas clases medias, inseguras e inestables que nunca lograron definirse a sí mismas satisfactoriamente.

Una vieja cuestión

Algunos años atrás, encontramos a un observador inglés, Samuel Levy Bensuan, que relató la vida de la clase media española. “Ahora les contaré un pequeño engaño diplomático del tipo que con tanta frecuencia se asocia en España a la pobreza y a los venidos a menos. Los cursis, como se llama en España a estos inofensivos fingidores, anuncian que se van a algún lugar costero de moda e invitan a sus amigos a despedirles en la estación de ferrocarril”, contó cuando en 1910 descubrió la farsa.

El extranjero supo que tras la afectuosa despedida, el tren partía y el cursi se apeaba en el primer pueblo, donde permanecía escondido hasta que pasaba la temporada veraniega: “Un extraño esnobismo, sin duda, pero no exento de cierto elemento de patetismo, como mecanismo que es de una de las últimas vueltas en la carrera desesperada por guardar las apariencias y por ocultar la pobreza a ojos curiosos y lenguas crueles”. De estos, reconoció el judío inglés, conocedor de la marginalización, se encontraban en España “por todas partes”.

Antes, Benito Pérez Galdós ya trató la presencia de la cursilería de manera brillante en La desheredada (1881), donde toda la familia Pez es un buen ejemplo de cursilería sometido a la mirada cruel y satírica del autor de losEpisodios Nacionales.

En el apéndice del libro, Valis recupera la primera aparición por escrito de lo cursi, en 1842, en Cádiz: “El cursi mío es delgado más bien que grueso; su ropa, particularmente el frac o levita, siempre le está estrecha; sus toquillas y chalecos los usa de colores fuertes, y en todo su equipaje se notan síntomas de raído, así como en su aire algo de lo que llamamos recortado”.

El término es tratado en este ensayo como una metáfora de identidad del cambio, es algo esencial en los procesos históricos de la modernización de España. “Las primeras apariciones de la cursilería indicaban que una nueva clase social empezaba a existir. Galdós y muchos otros la asociaban en gran medida con las clases medias de Madrid”.

Se refiere a los escritores modernistas (Unamuno, Pío Baroja, Azorín, Gómez de la Serna), quienes para la autora surgen, como la cursilería, de los anhelos de la clase media y de su carencia de orígenes nobles. Lo cursi es una marca de inferioridad. Y sin embargo, también es un aspecto acogedor y positivo relacionado con la vida doméstica.

Fenómeno de provincias

Curiosamente en una de las conclusiones más valientes de la hispanista, los valores de la capital no se impusieron sobre las provincias, sino al contrario. “En otras palabras, es un fenómeno de provincias que eventualmente llega a nacionalizarse”, explica.

El carácter provinciano de lo cursi forja una conexión entre la clase media de España y la identidad nacional y prepara una extraña paradoja: “La paradoja de lo provinciano como punto crucial en la modernidad”. Es decir, lo provinciano es fundamental a nuestra comprensión de la modernidad española.

Según la RAE, “la persona que presume de fina y elegante sin serlo” es cursi. “Lo cursi capta simbólicamente esa autoconciencia de sentirse inadecuado social y culturalmente hablando, que una sociedad marginada y en transición experimenta cuando se mueve de una economía precapitalista a una organización económica industrializada y consumista”.

Noël Valis ha colado el concepto de la cursilería en el centro de la Academia de la Historia para entender la evolución del país, convencida de que aporta mucho al ensanchar la noción de lo que es Historia, más allá de las instituciones y los grandes sucesos históricos. Aquí están las pequeñas historias, “las emociones que están arraigadas en la cultura”.

Mientras que lo cursi muestra la transición hacia algo diferente, “las estadísticas y los documentos legales no valen gran cosa para este tipo de análisis”, cuenta la catedrática. “Textos literarios y no literarios, objetos como los abanicos y los álbumes, y prácticas sociales como las tertulias y la recitación de poesías son valiosas fuentes para ir investigando el tema de la cursilería. Y segundo, lo cursi encarna la entrega incómoda y desasosegada de España a las fuerzas de la modernidad”.

Y Tierno, en carroza

“Tierno era discreto, casi sacerdotal en sus formas, pero duro como el acero en sus convicciones y argumentos, siempre elegantemente afinados y sutiles”, recuerda Valis de su profesor, a quien dedica el libro. Por eso cuando vio la carroza fúnebre en la que viajaba el ataúd del alcalde de Madrid, el 21 de enero de 1986, por las calles de la capital ante medio millón de personas en una procesión de diez kilómetros, le chocó tanto. La extravagancia rococó del carruaje, “de una apariencia magníficamente falsa”, no encajaba con el viejo profesor.

“Era tan obsoleto, tan de película Me pareció una imagen perfecta del extraño matrimonio entre modernidad y tradición de los años de la Transición”, cuenta a este periódico. De hecho, el coche francés del siglo XIX se pidió al Museo de Carruajes Fúnebres de Barcelona.

En la posguerra, la Movida madrileña convirtió la cursilería, el kitsch y lo camp en la cultura moderna española. Valis encuentra en Leopoldo Alas la mejor mirada de entonces: “Simago es cursi, El Corte Inglés es kitsch; la vida es cursi, la muerte es kitsch; Ana Belén es cursi, Madonna es kitsch. Almodóvar es cursi”, escribió en su ensayo Sinceramente kitsch.

En la actualidad, con diferencias entre clases atenuadas, la ansiedad cursi surge de esa confusión de pertenencia. “¡A lo mejor hoy nadie está libre de la cursilería!”, ríe Noël Valis.

Un caso para la historia universal de la infamia

Marco Schwartz – Público – 08/04/2010

En unos hechos que pasarán a la historia universal de la infamia, un magistrado del Supremo, Luciano Varela, pide sentar en el banquillo al juez Baltasar Garzón por haber intentado abrir una causa contra los crímenes del franquismo. El magistrado considera que Garzón cometió prevaricación y, para que no queden dudas sobre la gravedad de la ‘ofensa’, tipifica el delito en su vertiente más severa (artículo 446.3 del Código Penal), que supondría la inhabilitación del juez por 12 a 20 años, en lugar de aplicar el artículo 447, de “imprudencia grave”, que reduce el castigo a entre dos y seis años.
El verdadero delito de Garzón fue intentar desanudar el legado franquista del “atado y bien atado”, para lo cual utilizó todos los recursos y plazos jurídicos a su alcance hasta que, atendiendo las órdenes de la Audiencia, se inhibió de la causa y remitió el expediente a los juzgados ordinarios concernidos. Con posterioridad, dos organizaciones de ultraderecha promovieron contra el juez la querella que ahora amenaza con hundir su carrera. Y esto sucede mientras la Falange, uno de los acusadores, continúa montando con total impunidad actos de enaltecimiento de la dictadura.

El auto del magistrado Varela constituye una advertencia tajante a todo juez que pretenda husmear en los crímenes del franquismo: en la España del siglo XXI existen aún líneas rojas que no se pueden cruzar. Alemania pudo juzgar el nazismo porque Hitler perdió la guerra. En España, Franco ganó, mandó durante casi cuatro décadas y, por lo visto, continúa victorioso 35 años después de su muerte. Una ley preconstitucional de aministía aún funciona como muro contra la verdad y la justicia. Algo falla en una democracia donde cabe semejante afrenta y humillación.

Las víctimas de Franco apelan a la justicia argentina

Los denunciantes pedirán la declaración de los franquistas vivos. La querella califica los crímenes de genocidio

DIEGO BARCALA – Público – 09/04/2010 00:20

Las víctimas de los crímenes del franquismo acudirán el próximo miércoles a los juzgados federales de Argentina (equivalentes a la Audiencia Nacional) a presentar una querella por el genocidio que el general Francisco Franco cometió en España entre 1936 y 1977. La denuncia apela a que la constitución argentina reconoce los principios de la jurisdicción universal para juzgar a los culpables de los delitos lesa humanidad.

“Si no nos dejan aquí, tendrá que ser un juez de fuera el que lo haga”, advirtieron las asociaciones de víctimas cuando el caso abierto por Baltasar Garzón fue taponado en la Audiencia Nacional. Esa amenaza se hará realidad el próximo 14 de abril. Las asociaciones presentarán pruebas de las desapariciones forzosas que los generales golpistas llevaron a cabo desde el 18 de julio de 1936.

“El objetivo es evitar que esos crímenes queden impunes”, explica Carlos Slepoy, abogado argentino que representará a los colectivos de familiares de los 113.000 desaparecidos registrados en España. Los denunciantes partirán del caso concreto de Severino Rivas, alcalde socialista fusiliado en 1936 en Lugo, para defender que el franquismo ejecutó un plan sistemático que puede ser definido como genocidio “político, social y cultural”.

Ministros de Franco vivos

Slepoy confía en que el juez solicite por vía diplomática al Gobierno de España las pruebas de los crímenes. “Pediremos un listado con los ministros, altos cargos de las fuerzas armadas y de la Guardia Civil que participaron en aquellos sucesos, que aún están vivos y que deben prestar declaración”, asegura. El letrado prevé que la petición se extienda a otros países donde hay documentación que serviría para demostrar todos los delitos.

Si el proceso avanza hasta ese extremo, la justicia argentina podría llegar a citar, por ejemplo, a Manuel Fraga por su condición de ex ministro de una dictadura fascista. En ese caso se abrirán dos posibilidades: que el ex ministro de Información acuda a Buenos Aires a explicar su participación o que se niegue.

En caso de que Fraga desobedezca la petición del juez, el Gobierno argentino dictará una orden internacional de detención. Ese caso es el que llevó al banquillo al dictador Augusto Pinochet, gracias a la iniciativa en España del juez Baltasar Garzón. El dictador acabó enfrentándose a la justicia chilena por las desapariciones forzosas que muchos historiadores creen inspiradas en las que practicaron los franquistas tras el golpe de Estado.

Los demandantes pedirán al Gobierno español una relación de las fosas que el franquismo utilizó para hacer desaparecer a sus víctimas, un listado del número de desaparecidos y sus identificaciones, pruebas de las torturas infringidas por la policía franquista e incluso abordarán la investigación de los niños dados en adopción ilegalmente por el régimen desde las cárceles de mujeres o desde clínicas durante la dictadura.

El 14 de abril, aniversario de la llegada de la II República, acudirá a presentar la querella Darío Rivas, hijo del alcalde fusilado en Lugo que presentará las pruebas que determinan su caso familiar como el prototipo de una desaparición forzosa. Darío ya vivía en Argentina cuando su padre murió en 1936 fusilado a manos de pistoleros de Falange Española. Desde entonces, siempre ha luchado porque se conozcan las circunstancias de la muerte de su padre y en 2005 consiguió exhumar sus restos.

Las asociaciones de víctimas presentarán este caso concreto porque representa fielmente las características de los desaparecidos en España. Reprentante político, detenido ilegalmente, dejado a la custodia de Falange y que acaba bajo tierra fusilado sin juicio previo junto a la tapia de una iglesia.

Slepoy confía en esquivar las trabas judiciales que Garzón encontró en España. “Demostraremos que la jurisdicción universal no es un arma colonialista de países poderosos. En nuestro caso, un Estado como Argentina, ex colonia española, juzgará los crímenes de España como ese país ya hizo con las dictaduras del cono sur”, razona.

Los denunciantes han convocado una concentración el miércoles en Buenos Aires para protestar también por el proceso abierto a Garzón.

Solicitud de ayuda

MIGUEL HERNÁNDEZ ALEPUZ El País09/04/2010

Dado que en España no es posible investigar los crímenes del franquismo, dado que la ley de punto final hispana está por encima de los tratados internacionales firmados por el Estado español en materia de derechos humanos, dado que las cunetas siguen llenas de injusticia y los familiares seguimos llenos de memoria, me atrevo a pedirle un favor a Argentina y a Chile: que nos devuelvan el favor.

Solicito que abogados de estos países denuncien al Estado español por no investigar los crímenes de lesa humanidad cometidos por los franquistas, ya que continúan impunes. Que se abran las fosas, que se anulen las sentencias de muerte, que se haga justicia. España es el segundo país del mundo en número de desaparecidos, tras la Camboya de Pol Pot y sus montañas de calaveras. Miles de niños fueron secuestrados por los asesinos y torturadores de sus padres. Por favor, ayudadnos.

Oña afirma que el campo andaluz “estaba mejor con Franco que ahora”

El PP abandona unos minutos el hemiciclo después de que el PSOE le vinculase con el franquismo

El País08/04/2010

La portavoz del PP, Esperanza Oña, ha dicho hoy en el Parlamento que el campo andaluz “estaba mejor con Franco que ahora”, a lo que el diputado socialista, Juan Antonio Cebrián, ha respondido que el “problema es que ustedes (por el PP) estaban mejor entonces (por el régimen de Franco) que ahora, que están en la oposición”. La vinculación entre el PP y el franquismo que ha establecido ha provocado un enfrentamiento dialéctico entre Javier Arenas y la presidenta de la Cámara, Fuensanta Coves, y el abandono del hemiciclo de la bancada popular.

El incidente se ha producido durante el debate de una proposición no de ley relativa a la rectificación del decreto de reducción de peonadas para los jornaleros andaluces. Al concluir su intervención, Oña ha pedido la palabra. “No se olvide que somos un partido democrático”, ha dicho tras solicitar una rectificación al socialista, que no ha sido satisfecha. Los populares han abandonado el pleno al unísono. A su vuelta, minutos después, Javier Arenas ha pedido la palabra en medio de los incesantes aplausos de los socialistas a su diputado: “Me ampara el reglamento para pedir una cuestión de orden”, a lo que Coves se ha negado inicialmente.

Finalmente, tras varios tiras y aflojas, Arenas ha intervenido para indicar que se sentían “gravemente ofendidos” por las alusiones. “Nuestra formación tiene treinta años de vida, está unida al compromiso democrático y bajo ningún concepto aceptamos que nadie cuestione ese compromiso con la democracia”. Arenas ha exigido la retirada de las “ofensas o que la Presidencia decida eliminar del diario de sesiones la frase”.

La mujer en el franquismo: santa o puta

Cuarenta años de represión política, religiosa y, por supuesto, sexual.
La UNED y el Museo Reina Sofía recuerdan, durante esta semana, las injusticias de la dictadura con lesbianas o prostitutas.

RAFA VIDIELLA – 20minutos.es – 06.04.2010

En nombre de la memoria histórica se han desenterrado muertos y buscado el cadáver de poetas. Sin embargo, no ha recibido tanta atención el maltrato femenino durante el franquismo. Coartadas física y psicológicamente y obligadas a un determinado rol, cualquier mujer liberal era denigrada. Injusticias y víctimas recordadas ahora en Memoria y sexualidad de las mujeres bajo el franquismo, seminario organizado por el Museo Reina Sofía y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) que concluirá el 11 de abril.

Raquel Osborne, profesora de sociología de la UNED, comenzó a organizar el seminario en 2007. Junto a un grupo de especialistas, se dio cuenta de que el proceso de recuperación de la memoria histórica arrojaba poca luz sobre sectores femeninos marginados en la dictadura.

Amores ocultos

“Los homosexuales”, explica Osborne, “han recuperado su historia con facilidad. No es casual: la homosexualidad masculina se reprimió con dureza y claridad: leyes de peligrosidad social, listas de maleantes, detenidos… Pero el lesbianismo no se contemplaba. El franquismo silenciaba y negaba su existencia”.

Si algo se ignora o se niega, no existe: así pensaba el régimen. Pero existía. Matilde Albarracín, técnica social e investigadora, explica cómo esas mujeres “desarrollaron hasta redes económicas para no depender de los hombres. Eran solidarias y crearon increíbles espacios de libertad: desde acampadas hasta zonas bohemias, como el Paralelo o las Ramblas de Barcelona”. Sus relaciones eran clandestinas, pero disimulables: nadie podía imaginarse que dos amigas del brazo podían llegar a tener una relación “tan subversiva”, y hasta podían desarrollar estrategias relacionales con amigos gays, como falsos matrimonios y la concesión de apellidos a hijos.

Comenzando por el lesbianismo, los responsables del seminario desenredaron el ovillo de las distintas (y ocultas) opciones sexuales femeninas de la época. Como afirma Dolores Juliano, profesora en la Universidad de Barcelona, “la sexualidad femenina no era aceptada por el franquismo, que asumía e imponía unos valores al respecto. El sexo femenino se reducía a los estrictos límites de la procreación en el matrimonio. Las que lo desarrollaban en otro contexto eran denigradas, consideradas putas”.

Dudosa moral

Individuas de dudosa moral: así se titula un libro de la historiadora Pura Sánchez, que investiga la represión sufrida por las mujeres andaluzas durante la Guerra Civil y el franquismo. “El cuerpo femenino”, explica Sánchez, “fue un elemento contaminado y pecaminoso, un ámbito sobre el que actuar. Fue sometido a base de negar su sexualidad, tanto de forma directa (a través de vejaciones) como por tribunales militares. La mujer no era dueña de su cuerpo, sino que éste era un objeto jurídico propiedad del Estado y del varón”.

Para controlar el cumplimiento de esas normas se establecieron mecanismos que, amparados en un discurso de protección, recogían y reeducaban a mujeres descarriadas. El más destacado era el Patronato de Protección de la Mujer, creado en 1942 y presidido por Carmen Polo, la mujer del Caudillo. Su objetivo: “velar por todas aquellas mujeres que, caídas, desean recuperar su dignidad”.

Esa redención terminaba, muchas veces, en manicomios como el de Ciempozuelos o cárceles como la de Calzada de Oropesa, Toledo, donde acababan algunas de las miles de mujeres que, víctimas de la miseria, se prostituyeron para sobrevivir o alimentar a sus hijos.

Burdeles, casas de tolerancia, casas de citas, meublés… Hasta 1956, la prostitución era legal en España. En los lugares nombrados las mujeres podían prostituirse y eran sometidas a controles sanitarios y policiales. No era legal, en cambio, la prostitución callejera, reprimida y perseguida con dureza. Como explica Osborne, esa confusa situación cambió en 1956, cuando la prostitución pasó a ser alegal. “Quedó en un limbo, en el que se perseguía más el proxenetismo. Una situación similar a la actual”, afirma.

Escritora en la cárcel

Otra de las protagonistas del seminario será la periodista Carlota O’Neill. Nacida en Madrid en 1905, empezó a publicar libros con 18 años. Ejemplo de mujer moderna, disfrutó de la libertad que le concedía la República y fue madre soltera. Sin embargo, y por ventajas legales, terminó casándose con el padre de sus hijas, Virgilio Leret, capitán de Aviación. Su matrimonio duró poco: en julio de 1936, y cuando O’Neill y sus dos hijas visitaban a Leret en Melilla, estalló la Guerra Civil.

Su esposo fue fusilado y O’Neill pasó unos años en la cárcel, considerada “peligrosa en extremo”. En 1949, cuando salió, emigró a Venezuela para terminar afincándose en México, donde publicó Una mujer en la guerra de España, en el que detalla las relaciones de poder y sexo entre las presas de la dictadura. Una crónica de esos tiempos que también será recordada en el Reina Sofía y las Escuelas Pías.

La verdades del doctor Vicéns

Aunque casi desconocido, Ramón Serrano Vicéns (1908-1978) fue el mayor estudioso de la sexualidad femenina durante el franquismo. Entre 1940 y 1961 estudió a casi 1.500 mujeres, lo que le permitió llegar a datos tan reveladores como, por esa época, escandalosos: casi un tercio de las mujeres casadas eran infieles, más de un tercio de las españolas habían tenido alguna experiencia homosexual y, aunque sólo ocho de cada cien lo reconocían, un 84% se masturbaba. Serrano no pudo publicar un libro con sus estudios hasta 1971.

Memoria y sexualidad de las mujeres bajo el franquismo

Hoyesarte.com – Martes, 30 de Marzo de 2010

Entre los días 5 y 9 de abril tendrá lugar en el Museo Reina Sofía de Madrid y en el Centro de Escuelas Pías de la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) el seminario internacional Memoria y sexualidad de las mujeres bajo el franquismo, una cita que se completará con la proyección de distintos documentales durante el fin de semana del 10 y 11 de abril.

El seminario tiene como objetivo poner voz, rostros, sonidos, imágenes y texto a los diferentes testimonios registrados sobre el tema y silenciados durante una época en la que la vida sexual de la mujer sólo tenía dos vertientes posibles: la supeditación al marido en el ámbito del hogar o la prostitución.

Las temáticas de las charlas será variada y abordará aspectos importantes como el lesbianismo durante el régimen de Franco, la sexualidad y las presas en las cárceles franquistas a través de la figura de Carlota O’Neill, la prostitución, la educación de las élites femeninas de la mano de las monjas del Sagrado Corazón o los distintos modelos de mujer bajo la dictadura según la Sección Femenina.

Creación de nuevos modelos

Destacable es también la ponencia sobre la figura de Serrano Vicéns, médico de familia de la época que realizó centenares de encuestas a mujeres sobre su vida íntima y que constató realidades calificadas por él mismo de “sorprendentes”, como relaciones sexuales con otros hombres e incluso con mujeres.

Con todo ello se busca reflejar cómo el franquismo, además de reprimir la vida sexual de las mujeres a través de la moral católica, la vigilancia social y la censura pública, actuaba como creador de nuevos modelos y subjetividades en torno a la figura femenina.

El seminario concluirá con la lectura dramatizada del texto de Carlota O’Neill Los que no pudieron huir, bajo la dirección de Javier Hernández-Simón y presentado por Juan Antonio Hormigón, director de escena y escritor. Durante el fin de semana se proyectarán los documentales El exilio de Carlota O’Neill, Vidas de lesbianas en el primer franquismo, El alegre Paralelo, Los niños perdidos del franquismo, 1ª Parte y La sección femenina.

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Información sobre el seminario y el programa

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