Niños de la Guerra Civil española en la Unión Soviética: su función propagandística

Diario de aprendizaje I – Elina K.

En la clase mencionamos brevemente los niños que fueron evacuados a otros países durante la Guerra Civil española, “los niños de la guerra”, y me interesé en el tema. Recuerdo haber visto el año pasado un documental sobre los niños mandados a Gran Bretaña que me ayudó a entender un poquito mejor de qué manera la guerra afecta a los niños y qué tremendas violaciones de derechos humanos  tuvieron lugar en las familias a las cuales se les quitaron sus niños.  El fenómeno de las expediciones de niños es muy vasto: fueron evacuados a varios países en varias ocasiones. Por lo tanto he querido limitar mi diario y voy a tratar los niños que fueron enviados a la Unión Soviética.  A parte de hablar sobre las expediciones voy a analizar otro rasgo importante y en mi opinión interesante: los fines propagandísticos para los cuales estos niños evacuados sirvieron por la parte de los Amigos de la Unión Soviética.

Tras estallar la guerra en 1936 fue el Gobierno de la II República quien se responsabilizó por proteger a los civiles puestos en peligro directamente por los bombardeos (Garrido: p.1). Creó Comité de Refugiados cuya meta era realojar a los civiles. La cooperación de varias organizaciones nacionales  e internacionales, junto con la Dirección de Asistencia Social, logró que a partir de 1937 miles de niños fuesen enviados a países extranjeros de una forma sistematizada. En total unos 34.000 niños fueron evacuados a Francia, Inglaterra, Bélgica, México y muchos otros destinos para salvarles de los horrores de la guerra. De estos niños cerca de 3.000 salieron a la Unión Soviética (Alted), que se vio obligada a ayudar a la República después de que Alemania e Italia mostrasen su apoyo a los sublevados. La Sección Española de los Amigos de la Unión Soviética (AUS) fue una de las organizaciones más activas en la evacuación de niños y educadores a la Unión Soviética  (Garrido: p.2).

Los niños fueron evacuados a la Unión Soviética en cuatro plazos: la primera expedición, de 72 niños, tuvo lugar el 21 de marzo 1937. La siguiente, tres meses más tarde, consistió en casi 1.500 niños, siendo la expedición más grande.  Las dos últimas tuvieron lugar en septiembre 1937 y en octubre 1938 y consistieron en 1.100 y 300 niños, respectivamente (Alted). Tantos niños pequeños como adolecentes fueron obligados a dejar a sus familias; las edades variaron entre tres y 14 años. Los niños llegaron a Leningrado, desde donde fueron trasladados a “casas infantiles para niños españoles”, preparadas especialmente por este propósito por la Unión Soviética. En total fueron 16 casas en las cuales los niños fueron atentados y educados por profesores y personal auxiliar ruso y español. Los destinos de estos niños variaron: unos estudiaron una carrera y se incorporaron a la vida soviética, otros murieron en batallas y aún otros trabajaron más tarde como especialistas y traductores (Alted).

¿Cómo era la vida de estos niños en la Unión Soviética? Alted nos nice que la mayoría de ellos consideran la etapa desde la llegada a las Casas hasta el 1941, cuando el ejército alemán atacó la Unión Soviética, la más feliz de su infancia.  Según ella “no les faltó de nada salvo la presencia de los padres”. Personalmente me cuesta creer que allí se quedó la cosa; como veremos a continuación, cabe sospechar que la información mandada a España sobre el estado de los niños fue falseada a veces. Además, la falta de la presencia de los padres debe ser algo que impacta las vidas de los niños para siempre.  Un niño de la guerra opina, según Garrido (p.10): “Yo estoy convencido de que los padres nunca deben separarse de los hijos, pase lo que pase”.

La Unión Soviética tenía, según Vázquez, dos líneas de propaganda (1: p.69): por una parte tenían la línea oficial, o sea, la política de frente popular antifascista y, por otra parte, la  línea de propaganda orientada a la popularización de la Unión Soviética en España, difundiendo los logros socialistas de la primera. El modelo de sociedad soviética fue la solución a los problemas, algo que tarde o temprano debía plantearse en España.  Dentro de la segunda línea cabe lo que llama Vázquez  mensajes españoles (1: p.70), incluyendo, entre muchas otras cosas, la acogida de los niños que puede ser interpretado como “un acto de solidaridad social que hace ver el cariño del estado soviético hacía la infancia” (1: p.71). Es justamente aquí donde los Amigos de la Unión Soviética juegan un papel importante; como dice Vázquez en su trabajo número (2), la mera existencia de dicha organización es un acto de propaganda. Los logros socialistas de la Unión Soviética fueron difundidos por varios medios: fotos, revistas, carteles, discos, proyecciones de cine y la radio.

Si bien el mero acto de acoger a niños españoles sirvió como propaganda, aún más impacto tendría la información sobre el tratamiento de ellos en la Unión Soviética. Los AUS  exaltaron el sistema educativo en sus folletos (Garrido: p.3). Niños con tan solo dos meses fueron integrados en el sistema escolar y las facilidades tenían en objetivo de fomentar a los niños por un oficio, el arte y la naturaleza, educándoles por medio de juegos colectivos. Los maestros fueron representados como consejeros de los padres, instruyéndoles sobre la educación socialista en otros asuntos. La propaganda se ve por ejemplo en la consigna de un centro educativo: “El que no trabaja y no intenta educarse, no puede ser un miembro digno de la sociedad comunista” (Garrido: p.4). El sistema escolar soviética fue alabada también por el secretario de los AUS, Antonio Ballester, que comunicó la situación de los niños españoles enviados en la Unión Soviética de la siguiente forma: “(…) Están provistos de toda clase de ropa…que les permite no sufrir la dureza del duro clima de la URSS…varios médicos y enfermeras atienden a su higiene (…). El comisario de la educación de la URSS ha dispuesto la traducción al castellano de todos los libros escolares que en la URSS existen (…). Todo el sistema de instituciones de educación, de recreo y de enseñanza de que disfrutan los niños soviéticos, el paraíso de los niños se ha llamado con razón, a la URSS, están puestos al servicio de los escolares españoles” (Garrido: p.7).

Efectivamente, parece que los niños españoles se lo estaban pasando bien.  Esta imagen está apoyada también por Tomás Navarro: “Los ejercicios de cultura física los hacen en común con sus compañeros soviéticos… En excursiones y deportes los chicos españoles figuran entre los más ágiles y audaces pioneros. Muchos de ellos entienden y hablan ya el ruso lo suficiente para las necesidades ordinarias de la conversación. En los días de descanso, las familias de sus amigos rivalizan en invitarles a fiestas, conciertos, cines, meriendas y paseos” (Garrido: p. 8).

Este tipo de propaganda tranquilizaría a las familias de los niños españoles. La estancia de estos niños marcaba también un cambio importante en la Unión Soviética; según Sergei Kara-Murzá la cultura española despertó un gran interés entre los soviéticos, quienes pocas veces habían tenido contacto con una cultura tan distinta (Garrido: p.8). Según Carrido, sin embargo, los contactos interculturales causaron también conflictos: entre otras cosas, los métodos de enseñanza y los libros eran diferentes y la vigilancia les parecía muy estricta a los españoles. Estos choques culturales se ocultaron en los discursos propagandísticos.

Ahora, después de haber visto unos ejemplos de la situación de los niños de guerra según algunas personas, a mí me gustaría saber hasta qué punto los niños se lo pasaron tan bien como la propaganda por los AUS sostiene. Garrido afirma que los niños atravesaron por una situación de angustia latente, que les afectaría incluso durante el resto de sus vidas (p.9). Según ella, esta angustia se produjo a partir del desconocimiento del destino de sus padres. Sea como sea, a mí me parece tremendo que los niños se convirtiesen, como lo expresa Garrido, en “un pretexto más para la riña ideológica entre los bandos” (p. 11), pues el bando franquista quería repatriarlos mientras los AUS y otras asociaciones confirmaron que la decisión de evacuarlos había sido acertada, apoyando su posición con discursos propagandísticos.

Para concluir, espero haber dejado bien claro cuál fue el papel de los niños de la guerra en la propaganda en el caso de la Unión Soviética. Es un tema que provoca emociones, pues no se puede ni imaginar el dolor que sienten los padres y los niños al separarse. Además, para muchos niños no había retorno y se pasarían por una crisis de identidad y por un sentimiento de olvido. Sin embargo, quedarse en España les hubiera podido costar la vida. Muchos de ellos no han tenido la oportunidad de averiguar el destino de sus padres hasta  la aparición de la Ley de la Memoria. Me ha gustado mucho profundizarme un poquito más en el tema  porque los niños tienen un papel importante en las guerras también hoy en día: son los más inocentes y los que más sufren. También, les recomiendo familiarizarse con algunos carteles de la guerra conmovedores en los que los niños son los protagonistas y figuras de propaganda.

7 Replies to “Niños de la Guerra Civil española en la Unión Soviética: su función propagandística”

  1. El tema de los niños rusos es muy importante y además me parece razonable que hayas elegido un enfoque más especializado dentro del fenómeno. No sé a quién le tocaba comentar el primer diario pero en todo caso voy a comentar un par de cosas.
    Seguramente siempre en los tiempos de guerra la comunicación internacional (tanto como la nacional, claro) es una auténtica red de mentiras que intenta amortiguar la verdad muchas veces incomoda o por lo menos desventajosa. Este hecho no creo que varie según la ideología en el fondo, sino que cada bando intenta deshacer las desconfianzas con una propaganda que no siempre es muy discreta. Y como la propaganda es algo esencial para la guerra, está muy bien que lo demuestres con un ejemplo más, siempre que recordemos que no fue ni será el privilegio de los países comunistas, aunque es cierto que un país totalitario necesita una propaganda estatal bastante más grueso que las democracías las cuales se manejan con un control más fino y no centralizado.
    Otra cosa que me llama la atención es que el texto parece insinuar que los soviéticos recibieron niños españoles por los fines propagandistas. Evidentemente esto no fue el caso, lo que quedaría más claro si mencionaras algo más sobre los motivos de la URSS para recibir los niños. Aunque sea cierto que la máquina de propaganda aprovechó la llegada de los niños, no creo que a las autoridades ni mucho menos al pueblo del país faltaran solidaridad y buenas intenciones. Luego me habría gustado que reflexionaras un poco más para qué servían a los sovieticos estas descripciones presuntamente falsas sobre las condiciones de los niños españoles. Acaso consideraban la Republica un aliado tan importante que querían ir a lo seguro o es que independientemente del caso siempre hiperbolizaban las condiciones de su país? Según un artículo en publicado en el diariosur había expectativas que los niños se convirtieran en los futuros dirigentes de una España socialista. Quizá explique esto el gran interés?
    http://www.diariosur.es/pg060108/prensa/noticias/Sociedad/200601/08/SUR-SOC-136.html
    Si tienes algún enlace a los carteles mencionados, me gustaría verlos, y menciona también los nombres de las fuentes que muy bien has marcado en el texto!

  2. Gracias por tu diario, Elina, que me parece muy interesante. Aparte de estar muy bien redactado, tu trabajo aporta mucha información sobre los niños evacuados a la Unión Soviética y ofrece un enfoque específico al asunto (los usos propagandísticos del envío y la acogida de los niños). Por otro lado, también me gusta el comentario de Antero porque creo que ayuda a matizar tu enfoque propagandístico: yo también creo que los soviéticos no fueron motivados únicamente por intereses políticos, sino también por solidaridad.

    También quiero ofrecer un punto de vista complementario a tu enfoque, es decir, recordar que ”los niños de Rusia” fueron utilizados para fines propagandísticos también por parte de la dictadura franquista. Según Eduardo Palomar Baró, la evacuación de los niños fue para el gobierno de Franco ”una de las mayores aberraciones posibles de todas las realizadas por los republicanos”, que llevó a los nacionales a publicar notas de protesta en la prensa. Por ejemplo, El diario ABC Sevilla publicó el 22 de abril de 1937 un artículo que, bajo el titular de “La deportación de los niños rojos”, decía así:

    Conviene insistir para que las crueldades rojas queden bien grabadas en todos los cerebros y, a la hora de la paz, no nos enternezcamos en demasía con la suerte de los pobres vencidos, en las normas inhumanas que los rojos observan con la fidelidad que les caracteriza. Una de ellas –de la cual no se ha escrito bastante– es la deportación de niños españoles a los países donde los rojos gozan de predicamento parcial o integral. Como a nosotros nos gusta atestiguar con documentos del enemigo, hemos de citar a este respecto a Pravda, cuya rojez nos parece que es definitivamente seria. Pues bien, la Pradva, en su número del primero de mes, ha publicado una información acerca de los inocentes chavales españoles que a Rusia “país delicioso” han sido desterrados y los cuales se encuentran en Crimea, al cuidado de los mejores jefes del campo, gente indicadísima, seguramente, para suplir con creces los vehementes y amorosos cuidados de la madre, perdida quizá para siempre por aquellas tierras víctimas de los negros designios de Moscú.

    Consecuentemente, la repatriación de los niños fue una operación propagandística muy importante para el régimen de Franco, a la que dedicaron grandes esfuerzos, como indica, por ejemplo, Francisco A. Blanco Moral. Sin embargo, para los niños la vuelta a España no supuso siempre una vuelta feliz a la familia, como recuerda el texto extraído de la página de la Asociación de Descendientes del Exilio Español:

    El gobierno de Franco creó en julio de 1938 una Delegación Extraordinaria de Repatriación de Menores, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, que en el año 1941 pasó al Servicio Exterior de la FET y de las JONS. Según estas fuentes franquistas, de un total de 32 037 niños en el extranjero, 20 266 niños habían sido repatriados en 1949. La mayor parte de ellos, considerados “hijos de rojos”, sufrieron junto con sus familias humillaciones y dificultades, sometidos en las escuelas a una reeducación fascista y católica. Quienes se encontraron solos porque su familia había muerto, estaba en la cárcel o en el exilio, fueron ingresados en orfelinatos y otras instituciones del régimen.

    Como dice Antero, sería muy importante que añadieras la información bibliográfica de las fuentes que citas en tu texto (por lo menos el nombre del autor y el título del libro o el artículo que citas; en el caso de que sean fuentes de internet, la dirección de la página).

    En todo caso, ¡muy buen trabajo, Elina y Antero!

  3. Hola,

    muchas gracias por vuestros comentarios. Quería aclarar que mi intención no era insinuar que la Unión Soviética recibiera a niños por fines propagandísticos, simplemente quería enfatizar en mi diario como los niños se convirtieron en figuras de propaganda. La Unión Soviética se encontró en una situación complicada cuando estalló la Guerra Civil y no pude ni quise hablar mucho sobre sus actitudes políticas (por ejemplo, la solidaridad mencionada) debido a los límites de longitud del diario. Muchas gracias otra vez por comentarios e información interesantes! Aquí hay una página de carteles donde los niños son los protagonistas, espero que funcione:

    http://www.elcantodelbuho.org/carteles/1H_infancia.html

  4. Hola, me parece que por alguna razón no colgé la bibliografía en el tablón de discusión junto con el diario. De todas formas aquí está, perdonad el descuido!

    Bibliografía:
    Alted, Alicia. La emigración en la URSS. Acceso web: http://oliba.uoc.es/nens/index_esp.html. (cons.7.2.2010)

    Garrido Caballero, Magdalena. Los niños de la Guerra civil española en la propaganda de los Amigos de la Unión Soviética. Acceso web: http://secc.es/media/docs/32_2_Magda_Garrido.pdf. (cons. 6.2.2010)

    Vázquez Liñan, Miguel.

    (1) Los mensajes de propaganda soviética durante la Guerra Civil española. Acceso web: dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=1181314&orden (cons. 6.2.2010)

    (2) La propaganda soviética en la Guerra Civil Española: la Asociación de Amigos de la Unión Soviética. Acceso web: dialnet.unirioja.es/servlet/ficher_articulo?codigo=1183085&orden (cons.6.2.2010)

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