El fiscal critica a Varela por inventar plazos y normas en contra de Garzón

La fiscalía reclama la nulidad de los escritos de Falange y Manos Limpias y el archivo de la causa contra el juez por investigar los crímenes del franquismo

JULIO M. LÁZARO El País11/05/2010

La Fiscalía del Tribunal Supremo planteó ayer al instructor Luciano Varela que declare la “nulidad radical y de pleno derecho” de los escritos de acusación de Falange Española de las JONS y Manos Limpias, y decrete el sobreseimiento de la causa contra el juez Baltasar Garzón por su investigación de los crímenes del franquismo. La petición del fiscal del Supremo Luis Navajas, ampliamente documentada, respalda la formulada por el abogado de Garzón, Gonzalo Martínez-Fresneda y supone la última oportunidad para el magistrado de evitar el banquillo.

La explicación del fiscal parte de la “extraordinaria importancia” del escrito de acusación y es perfectamente compatible con su oposición a la recusación del instructor Luciano Varela por Garzón. Según el fiscal, los autos de Varela se fundamentan en el artículo 243 de la Ley Orgánica Judicial, que atribuye al juez, en general, la “subsanación de los defectos en que incurran los actos procesales de las partes”.

Pero el mismo precepto remite después, para esa subsanación, a las “condiciones y plazos previstos en las leyes procesales”. Y en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, ni el artículo 649 (procedimiento ordinario) ni el 780 (procedimiento abreviado) preven un “trámite de devolución del escrito de acusación por defectos formales y mucho menos, la concesión de plazo alguno para proceder a su subsanación”.

El fiscal atribuye al “fino olfato jurídico” de Varela haber detectado los defectos del escrito de acusación de Falange. Pero a continuación, asegura que el auto de Varela para subsanar los defectos de Falange “infringe las normas procesales, creando ex novo, y en contra del reo, un trámite procesal y un plazo para evacuarlo al margen completamente de las posibilidades que ofrece la Ley de Enjuiciamiento a la que ha de atenerse obligatoriamente”.

Navajas explica que las consecuencias de que un escrito de acusación esté incorrectamente formulado deben ser “otras muy distintas” a las concebidas por Varela “ideando trámites y creando plazos completamente al margen de las normas procesales”. Esas consecuencias, insiste el fiscal, “no pueden ser otras que denegar la apertura del juicio oral y acordar el sobreseimiento de la causa”.

La fiscalía refuerza su argumentación con la doctrina del Tribunal Constitucional sobre la improcedencia de la acusación y afirma: “El objetivo final y único de un procedimiento abreviado no puede ser, como parece entender el magistrado instructor, apertura inexcusable del juicio oral a todo trance y como única vía admisible”.

Respecto al escrito de Manos Limpias, Navajas señala que es una “transcripción literal” de un auto de Varela de tal calibre “que reproduce los mismos errores materiales en los que había incurrido, involuntariamente, el instructor”.

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Escrito del fiscal

Garzón pide un traslado de siete meses a la Corte Penal Internacional

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Peridis – El País – 11/05/2010

En torno a la Memoria Histórica: la Transmisión de Resentimientos y la Construcción de una Cultura de Paz

La Universitat de Barcelona organiza este verano un curso de especialización titulado “En torno a la Memoria Histórica: la Transmisión de Resentimientos y la Construcción de una Cultura de Paz” este verano. El curso vale tres créditos y es de modalidad online, así que no hace falta siquiera viajar hasta Cataluña. Si os interesa, podéis ver la información completa del curso en la siguiente página:

www.complementaria.il3.ub.edu/tpv/cursos/es/200.pdf

Reflexiones finales

En este último diario voy a aprovechar la oportunidad de reflexionar sobre el curso y todo lo aprendido. Es un curso de la literatura (incluyendo algunas películas) pero a través de las novelas analizadas me ha ofrecido una mejor imagen de España en general; entiendo un poquito más sobre su historia y su actualidad. La literatura y el cine nos transmiten actitudes e información sobre el momento de su producción. En este curso hemos tenido la oportunidad de entender qué tipo de actitudes existen en la España actual en cuanto al pasado trágico.

Lo que más me ha chocado es la inmensidad de la demanda por tratar el pasado, expresada por la gran parte de la población española. Se ve claramente en los numerosos libros y películas publicadas sobre la guerra y la dictadura, en asociaciones como ARMG (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica), en la Ley de Memoria Histórica (2007) y sobre todo, en la continua discusión en los medios de comunicación sobre la condenación del franquismo, la apertura de las fosas comunes y en muchas otras cosas. Sin duda la palabra correcta es el boom de la memoria.

Este boom es un fenómeno muy interesante, pues nos dice algo sobre la sicología humana en cuanto al tratamiento del pasado. Todo lo que está surgiendo en España sugiere que la mayoría de la población (mire Público 10.5.2010) no tiene miedo de abrir las heridas, al contrario, hay una sensación de que el trabajo de duelo aún está por terminar. Por otro lado, el tema es como la política en España, divide la población en dos según las ideologías. Efectivamente, el PP afirmó en 2007 que la Ley de Memoria Histórica divide la sociedad española y en vano abre las viejas heridas. También opinaron que el tratamiento del tema es contrario al espíritu conciliador de la Transición. Sin embargo, votaron a favor de algunos puntos, como la ayuda a las víctimas de la guerra y el franquismo. Aznar opinó que “no es tarea del gobierno desenterrar tumbas” (BBC). Pregunto que ¿si el gobierno no se encarga del tratamiento del pasado, quién reserva ese derecho/esa obligación entonces? La guerra y la dictadura tocaron al país entero, de ahí que ahora el asunto pertenezca a todos. El boom tiene sus antecedentes en diversas leyes y decretos establecidos en las últimas décadas pero creo que ahora está más vivo que nunca y no se ve final para las discusiones acerca de los horrores cometidos durante la guerra y la dictadura. España ha recibido apoyo de otros países en el proceso de desvelar los crímenes, por ejemplo de Colombia: “La verdad es un derecho fundamental para quienes han sido víctimas de graves violaciones de derechos humanos y por ello recomendamos a España continuar avanzando en la implementación de la Ley de la Memoria Histórica” (Público 6.5.2010)

No creo que sea una coincidencia que todo esto está ocurriendo ahora y no antes. Una cuestión de que se oye hablar es si la democracia actual en España nació como consecuencia del “pacto del olvido”. Podemos también preguntar si la literatura se apuntó a ese pacto. López Merino menciona en su ensayo a algunas personas que opinan que sí: «Tanto en lo político como en lo cultural, la transición a la democracia vendría marcada por un rechazo de los proyectos críticos, por el olvido colectivo como pacto de convivencia nacional, activándose así una lógica de “demanda represiva” o “política de borradura”»  (2008). Sea como sea, está claro que España y también todo lo cultural ha pasado esa fase y no hay vuelta atrás.

De esta reflexión nace la siguiente pregunta que me interesa: ¿cómo responden la literatura y el cine a este boom actual y a la sed de los españoles de sacar los temas antes prohibidos? Hay que empezar pensando cuales son los fines de los autores y cineastas. ¿Quieren informar, provocar interés por el pasado, chocar, acusar, justificar ciertos hechos, declarar algún grupo como víctimas o simplemente entretener utilizando acontecimientos trágicos del pasado? Las obras publicadas después del franquismo son tantas que probablemente en ellas caben todos los motivos mencionados y muchos más. En general, se ha dado voz al bando vencido al que se prohibió cualquier expresión referente a la guerra durante la dictadura.

Durante el curso hemos leído novelas que tratan el pasado de formas distintas. Luna de lobos y La voz dormida llevan al lector directamente al pasado, mientras Soldados de Salamina, El vano ayer y Llegada para mí la hora del olvido relacionan la investigación del pasado con el presente y analizan y critican el proceso de intentar reconstruir el pasado. Esto es característico especialmente para las dos primeras, pues la tercera es algo difícil de clasificar por ser tan distinta que las otras novelas que hemos tratado. Es interesante intentar dividir obras en grupos, porque así se puede opinar más fácilmente qué tipo de obras creemos más eficaces en la transmisión del mensaje. Labanyi hace la división entre obras en las que el pasado nos persigue hasta el presente y las obras en las que hay una clara ruptura entre el pasado trágico y el presente. A mí me gustan las ideas de Labanyi, aunque también opino que generaliza demasiado algunas cosas. Cada lector es diferente y no creo que necesariamente tenga razón cuando dice que en las obras con una ruptura clara que optan por el realismo documentada se pueda producir un “feel-good factor” en el lector. Es posible que este tipo de obras no permiten tan fácilmente relacionar el pasado con el presente pero no estoy muy segura de sentirse “morally improved by having momentarily shared the suffering represented in the text” (112). En lo que sí estoy de acuerdo es en que las obras con “haunting motif” suelen recordarnos mejor de que no podemos entender completamente como era la vida en el pasado y como se sienten las víctimas de los horrores. Creo que cuanto menos la obra intente capturar todo lo ocurrido, más nos consigue informar del impacto increíblemente grave de los horrores. Las obras que rechazan el realismo puro y duro honran más, por decirlo así, la dificultad de describir una trauma. Me gusta lo que dice López Merino:

Articular históricamente el pasado (…) no significa conocerlo como verdaderamente ha sido. Pretender «hacernos con» los verdaderos hechos pasados mediante el cotejo de los textos disponibles es sólo una ilusión alentada por los productores de historia de la literatura, que son quienes esculpen esa verdad. Resulta mucho más fructífero y esclarecedor limitarse a desvelar cómo se ha forjado esa «verdad» en lugar de inventariar, catalogar y periodizar nombres, títulos, etapas y tendencias.

Algunas obras sobre la guerra y el franquismo me han afectado profundamente. Una película de que me acuerdo ya del año pasado es El espíritu de la colmena, también tratada en el artículo de Labanyi. Creo que es un ejemplo muy bueno del “haunting” y de cómo representar las cosas indirectamente. Aunque el mensaje es claro la censura no pudo prohibir la película. Entre las obras que más me gustaron en el curso caben por ejemplo Luna de lobos por su belleza de descripción y por su fluidez y Llegada para mí la hora del olvido por su ironía y su originalidad. Es importante que la generación que escribe ahora tenga manos libres a la hora de tratar el pasado y creo que cualquier forma de acercar el tema puede funcionar. A mí me impacta la sustitución de datos y hechos por otros recursos narrativos pero como he dicho, cada lector es un mundo y está claro que sobre gustos no hay nada escrito.

En fin, en mi caso el curso ha provocado reflexión interna tanto sobre la situación actual de España como sobre el rol de la literatura (y el cine) en la reconstrucción del pasado y en la respuesta a la demanda creciente de hablar del pasado. Naturalmente también ha servido para mejorar los conocimientos históricos y para analizar éstos y la literatura desde varios puntos de vista. Creo que la historia y la actualidad de España son temas importantes también en otros países y es esencial poder analizar la dictadura y la transición a la democracia con la palabra libre. Efectivamente, el tema del curso está de moda, si no, ¿cómo entonces una serie como “Cuéntame” puede llegar a tener tanto éxito incluso en nuestro país? No creo que se trate de mera diversión, es más probable que la gente aquí quiera tener una ventanita a un pasado que no pueden entender pero que interesa.

 

BBC Mundo. “España aprueba la Ley de Memoria Histórica” (31.10.2007) http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_7072000/7072004.stm

López Merino, Juan Miguel. “Hacer historia: crítica literaria y poesía posfranquistas” Tonos 15, (2008)  http://www.um.es/tonosdigital/znum15/secciones/estudios-18-Poesia%20posfranquista.htm                   

Público. 1) “Los españoles, a favor de investigar los crímenes del franquismo” (10.5.2010) http://www.publico.es/espana/311445/espanoles/favor/investigar/crimenes/franquismo

                 2) “México y Cuba piden a España que investigue el franquismo” (6.5.2010) http://www.publico.es/internacional/310519/mexico/cuba/piden/espana/investigue/franquismo

Labanyi, Jo. “Memory and Modernity in Democratic Spain: The Difficulty of Coming to Terms with the Spanish Civil War” Poetics Today  28:1 (2007)

A guerra, a vaca e o primeiro avión

MANUEL RIVAS El País – 07/05/2010

Había un ruxerruxe inquietante. Unha alarma que aparecía na sombra oblicua da tipografía das noticias.

Os dous avós sentiron de perto as gadoupas da cacería humana que se desatou co triunfo do golpe. Un estivo nas portas da morte e outro andou un tempo, canda algúns compañeiros, fuxido no monte.

Pero todo o que eu lles oín verbo da guerra foron dúas historias nas que falaban os paxaros. Dous agoiros asociados á natureza. E por mor deles, ambos os dous souberon con algunha certeza o que ía pasar antes de que pasara.

A comezo daquel mes de xullo, Manuel Barrós, o avó de Corpo Santo, volveu un día a casa apesarado e silandeiro, el que era tan animoso e falador. Non lle prestou comer. E non recuperou o espírito até que rompeu a falar e contou o que acontecera. Nunha corredoira, o combate de dúas bubelas. Dúas bubelas? Vaia, ho! Non era a cousa para tanto. A verdade é que el vira moitas veces pelexas de animais, o desafío dos machos, mais nunca sentira un arrepío semellante. As dúas bubelas peteirábanse a morte. O avó tentou espantalas, mais non facían caso dos berros nin da ameaza dun fungueiro. Aquelas pequenas aves converteran todo o seu corpo nun arma. Todo o seu ser nunha pulsión de morte. E meu avó decidiu afastarse do lugar do horror. Interpretou aquilo como unha derrota da natureza toda. El, que non era nada supersticioso, dixo: “Algo terríbel vai pasar”.

Na outra historia, na de meu avó paterno, a presenza dun ave era máis ben fonosimbólica. Unha mañá moi cedo, por aquelas mesmas datas, Manuel Rivas, carpinteiro, de Sigrás, ía camiño do traballo subido con outros moitos obreiros no remolque dun camión. Ía unha brétema moi mesta, que o camión furaba a modo. Despois dunha curva, xurdiu pola beira da estrada, como unha aparición, un cura de sotana. Era un ser corpulento, e ademais do saión, leva un gran sombreiro negro de ala plana e redonda. Os obreiros, sorprendidos no abrente, ollaron en demorado travelling para o aparecido, que ía ficando atrás. Até que un deles, un mociño, imitou dende o remolque o grallar dun corvo carnazal:

-Groc, groc, groc!

Houbo risos pola brincadeira, pero entón aínda tiveron tempo para oír a voz tronante:

-Ride, ride! Xa riremos todos a mediados de mes!

E meu avó, despois de lembrar aquel episodio, murmuraba como quen descifra de súpeto e abraiado un enigma histórico: “Sabíao! Aquel cura sabía o que ía pasar!”. Sempre me impresionou o potencial dese relato: alguén que é posuidor dun alto segredo, vai e descóbreo por mor dunha burla infantil.

Manuel, o de Sigrás, estaba afiliado ao Sindicato. E dicir sindicato nas Mariñas coruñesas era dicir CNT. Participou na longuísima folga para acadar a xornada laboral de oito horas. E cando mencionaba esa loita, un brevísimo inserto no silencio, volvía a refulxir dende o pouso do iris un melancólico orgullo libertario.

A diferenza do avó labrador, que ás veces falaba só cunha elevación feiticeira, estoutro avó carpinteiro era de moi poucas falas. Mellor dito, expresábase cun morse de silencios. E os seus únicos allegros eran o doce xúbilo das ferramentas e da madeira. Unha vez lin un texto que falaba das calidades máis valoradas nos obradoiros de pintura de Flandres: “A ollada fértil, a man sincera”. Eran dúas condicións que partillaban o labrador, o carpinteiro e a costureira. Porque a avoa, Dominga, era costureira e bordadora. Tiveron tres fillas e un fillo, o que sería meu pai, que foi nacer en Zamora e nun día de neve, cando meu avó traballaba no camiño de ferro para o tren a Galicia. Así que a crianza tivo sorte: o primeiro son que puido ir foi o do pai facendo o berce.

As cousas complicáronse despois. Co último parto, na costureira manifestaríase unha doenza que acabaría amolándoa para sempre, por máis que resistiu. O peor para unha familia obreira, na fame de posguerra, é que non había nin traballo nin terra. Ás nenas coidábanas as tías. Dúas delas, solteiras, moi delicadas e cun gusto exquisito, servían en Coruña e converteran a súa casiña nunha auténtica casiña de bonecas. O destino de meu pai foi ben diferente. Era algo así como un pequeno bravú. Case non puido ir á escola. Para que comese, mandárono a vivir cos avós, que eran labradores, a lindar vacas. E ese foi o seu traballo durante anos. Ir de mordomo das vacas.

Un día escoitou un ruído tremendo no ceo. Era un avión bimotor. Parecía que xusto ía aterrar alí. Meu pai contaba que estaba tan perto que lle podía ver a cara ao piloto. El miraba para o piloto e o piloto para el. E a mesmo curiosidade tivo a vaca. Verlle a cara ao piloto. Meu pai ergueu a cabeza e a vaca tamén. E a punta do corno xusto foi dar na coviña do maxilar inferior, onde lle quedou unha ben torneada cicatriz.

Xa de maior, ás veces dicíanlle que unha cicatriz así facía máis interesante a un home. Preguntábanlle como se fixera esa coviña, estilo Robert Mitchum. E meu pai respondía con precisión histórica: “Foi entre unha vaca e un avión!”.

En guerra con El Corte Inglés

DIEGO A. MANRIQUE El País – 10/05/2010

El boom de las biografías de rock también se manifiesta en España. Tras debutar con El chico de la bomba, Loquillo publica Barcelona ciudad (Ediciones B), crónica de sus vivencias en los setenta, década aquí alargada hasta el 23-F.

En nuestro rock, nadie se trabaja la automitificación como José María Sanz. Muchos de sus recuerdos nos suenan: forman parte del andamiaje que sostiene su leyenda. Más problemática resulta ese ansia por aportar gravitas a sus andanzas, insertándolas en el marco político-cultural. Imposible evitar un respingo ante esta pincelada de 1976: “Descubrimos la verdadera cara del comunismo leyendo Archipiélago Gulag, del escritor Alexandr Isáievich Solzhenitsin, que ganó el Premio Nobel y es de edición y lectura obligada”. Aún aceptando que Loquillo -en cuya casa abundaban las novelas de Sven Hassel- leyera Archipiélago Gulag a los 16 años, asombra que le sirviera para descubrir las maldades soviéticas, habida cuenta de que se supone que familiares suyos militaron en la CNT y el POUM. En realidad, le preocupaba más maquearse que cualquier ideología: consigue su primera chupa de cuero en un almacén que vende uniformes de la Guardia Civil. Su coartada: la Benemérita se mantuvo leal a la República.

Pero ¿quién puede resistirse a embellecer un autorretrato? En otras páginas, sí que reconoce torpezas adolescentes en relación con el sexo, en contra de su imagen actual de ladykiller. Una vez despojada de sus afeites, Barcelona ciudad es la historia de un pillo, que busca y aprovecha las oportunidades, convirtiéndose en radiofonista, periodista, figurante televisivo y cara conocida de la Barcelona de la Transición, aun antes de grabar un disco.

Su argumento central: aquella fue una ciudad excitante, eventualmente castrada por Pujol. Se trata de una ocurrencia sobrevenida: en realidad, él también rechaza a los disidentes de la norma nacionalista, fueran marginales (los quillos rumberos de periferia) o burgueses renegados (el clan Zeleste). Fascinado por la contracultura estadounidense, Loquillo se ofende -“no es eso, no es eso”- cuando se encuentra con sus equivalentes autóctonos. Detesta a los hippies locales y sabotea conciertos montados por el PSUC.

Mejor no pedir coherencia a Barcelona ciudad. Pero el libro ofrece la descripción impagable de un momento único, una de esas confrontaciones que muestran la grandeza y el absurdo de las subculturas juveniles. Hacia 1978, con el éxito de Grease, el rock and roll es tendencia de temporada. Y El Corte Inglés ofrece, en su planta joven, la “moda rock and roll”. Allí se presentan los rockers barceloneses:

“Le largamos un discurso al responsable del lugar del sacrilegio. El pobre señor Pinto no entiende por qué nosotros, que vamos anunciando lo que él vende, le soltamos toda clase de improperios. Kaki toma la iniciativa y con su peculiar azento inicia la cruzada:

-Ustedes no tienen derecho a vendé un eztilo de vida.

-Sólo es una moda, cálmate, muchacho.

-Si venden un estilo de vida, inviertan en un local de rock and roll, identifíquense con lo que anuncian, ¡coño! (Sí, el de la visión de negocio soy yo).

-Para nosotros sólo es una moda -insiste el señor Pinto.

-Pues bien, le damo unoz diez diaz de margen y zi no retira zus escaparates volveremo y lo haremo nosotros mismo… Queda advertido -zanja el Kaki.

“Con dos cojones, sí señor, unos niñatos amenazando a El Corte Inglés. Y sucede lo inevitable: una maraña de tipos de uniforme aparece de improviso, dando lugar al clásico enfrentamiento entre un nutrido grupo de rockers que defienden apasionadamente su lugar en el mundo y el poder establecido, que como siempre pretende arrebatárselo”.

Sirva como recordatorio del arrojo y la ingenuidad de los rockers, quizás uno de los movimientos juveniles menos comprendidos. El texto de Loquillo da pistas sobre los motivos: de visita en Madrid, se salva de una agresión facha -pijos con pistola- por la intercesión de un famoso rocker local. Al otro extremo político, hoy sabemos que algunos defensores de la estética rocker han terminado, en su obsesión por la “autenticidad”, identificándose con los “hombres de acción” de 1936 que, en el bando republicano, cultivaron las infames artes del paseo y el saqueo.

CFP: La memoria novelada

PRIMERA CIRCULAR – CALL FOR PAPERS

Simposio internacional “La memoria novelada: Hibridización de géneros, interdiscursividad y metaficción en la novela española actual

Aarhus (Dinamarca), 18,19 y 20 de noviembre de 2010.

Estimados colegas:

El Departamento de Español del Instituto de Lengua, Literatura y Cultura de la Universidad de Aarhus, se complace en comunicarles que queda abierto el plazo de recepción de comunicaciones para poder intervenir en el simposio internacional que tendrá lugar en nuestra Universidad en el mes de noviembre del presente año.

El núcleo sobre el que girarán las propuestas científicas que pueden aportar tiene como referencia la novela española actual y los caminos que a través de ella nos permiten realizar un análisis de la memoria histórica española antes, durante y después del franquismo. No obstante, con el objeto de establecer vínculos pertinentes con otros discursos narrativos, las comunicaciones también están abiertas al campo de las reflexiones entorno a las producciones cinematográficas y a las manifestaciones literarias en red (especialmente publicadas a través de blogs).

Para tener una información más detallada sobre el simposio (programa preliminar, finalización del plazo de recepción de comunicaciones, inscripción, etc.), les remitimos a la siguiente página web: http://memorianovelada.au.dk/.

Por último, les rogamos que tengan la amabilidad de difundir el evento que estamos organizando entre su red de contactos académicos o de personas interesadas en el tema.

En caso de que necesiten algún tipo de indicación complementaria, no duden en escribirnos al siguiente correo electrónico: memorianarrada@hum.au.dk. De igual manera, pueden llamarnos a los siguientes números de teléfono: (+45) 89426451 (Hans Lauge Hansen, director del simposio) o (+45) 89426450 (Juan Carlos Cruz Suárez).

Muy atentamente les saluda,

El comité organizador
Hans Lauge Hansen
Ana Bundgaard
Juan Carlos Cruz

Los españoles, a favor de investigar los crímenes del franquismo

Tres de cada cinco ciudadanos no quieren que queden impunes los delitos de la dictadura

Público – 10/05/2010 01:26 Actualizado: 10/05/2010 06:51

España demanda que se investiguen los crímenes cometidos durante el franquismo. Tres de cada cinco ciudadanos no quieren la impunidad del régimen. La conclusión, rotunda, la arroja el último Publiscopio, realizado sobre la base de 800 entrevistas entre el 3 y el 5 de mayo, apenas una semana después de las multitudinarias manifestaciones que recorrieron las calles del país a favor del castigo judicial a la dictadura y en defensa del magistrado Baltasar Garzón.

En concreto, el 59,2% de los consultados “está de acuerdo” con que se investiguen los crímenes políticos de Franco que han quedado impunes. A ello se opone un 26,9%. Otro 14% prefiere no opinar.

La exigencia de que se abra una causa contra el régimen ha calado hondamente entre los socialistas. Hasta un 75% de los votantes del PSOE se manifiesta a favor, y sólo un 14% se dice contrario.

Los socialistas, con el juez

El PP y su líder nacional, Mariano Rajoy, han subrayado su rechazo frontal a que se pueda enjuiciar el franquismo. Sin embargo, sus electores, a tenor de los datos del Publiscopio, no lo tienen tan claro: un 34% de los votantes conservadores sí quiere que se indague el horror del régimen, y otro 53% lo cree inconveniente.

Son los jóvenes de 18 a 29 años los que se expresan más partidarios de juzgar el franquismo. Un 70% está de acuerdo. El apoyo decrece en cambio conforme aumenta la edad. Así, entre los mayores de 60 años, sólo respalda la persecución judicial un 45%.

La encuesta descubre otro dato incontestable: el apoyo de la mayoría de los españoles a Garzón. Un 58,1% no está de acuerdo con que el Tribunal Supremo (TS), a instancias del juez instructor, Luciano Varela, haya decidido procesarle por haber cometido una presunta prevaricación al haberse atrevido a encausar los crímenes franquistas. Un 21,9% sí cree pertinente que se le siente en el banquillo.

De nuevo, se observan fugas en las filas conservadoras. Aunque un 52% de los electores del PP defiende el proceso al juez de la Audiencia Nacional como hace la cúpula del partido, otro importante 31% se manifiesta contrario.

Entre los electores socialistas prima la cohesión: un 75% no está de acuerdo con la decisión del TS, frente a un 8% que la avala. Asimismo se constata que los jóvenes son los más concienciados: hasta un 64% de los encuestados entre los 18 y los 29 años censura que se vaya a juzgar a Garzón.

La norma se conoce más

El Publiscopio también recoge la valoración ciudadana acerca de la Ley de Memoria Histórica, como ya hizo en octubre de 2007, dos meses antes de que las Cortes ratificaran definitivamente la norma. En menos de tres años, ha aumentado 7,5 puntos el apoyo a la misma y la concienciación social. Si en octubre de 2007 un 34% se mostraba de acuerdo con la ley, en 2010, ese porcentaje sube al 41,5%.

El índice de rechazo baja, y pasa del 27,6% al 27,3%. Una variable que sí evoluciona es el volumen de sondeados que confiesa no saber nada sobre la ley. En 2007, se cifró en un 38,5%. Hoy, en el 31,3%.

La ley gusta más a los consultados con edades comprendidas entre los 30 y los 59 años. Y convence al 59% de los votantes del PSOE. Entre los electores del PP, es llamativo que un 22% defiende las líneas maestras de la norma.

Múltiples indicadores refuerzan la idea de que la Ley de Memoria ha generado mayor aceptación. Por ejemplo, cuando se pregunta si se respalda “que se eliminen los símbolos conmemorativos de la Guerra Civil y de la dictadura”. El 51,1% responde que sí, que lo apoya. Tres años atrás, estaba a favor un 44,7%.

Otro abultado 62,4% secunda que se concedan ayudas a los represaliados por Franco, frente al 53% que lo creía oportuno cuando se aprobó la norma. Esta medida también cuenta con el plácet de un 47% de los votantes del PP.

Igualmente crece el porcentaje de los que juzgan conveniente que se condene la dictadura: pasa del 52,4% al 57%. Sólo se contrae el número de los que aprueban que se declaren “ilegítimas” las condenas de los juzgados franquistas por causas políticas, del 49,1% de 2007 al 41,4% de hoy.

A favor de exhumar las fosas

Vista la ley con perspectiva, un 47,5% cree que sí ha “fomentado el odio y la división entre los españoles”, mientras que un 39,5% juzga lo contrario. Son también más, en cambio, hasta un 38,1%, los que entienden que la norma no “se ha quedado corta”. La afirmación suscita controversia entre los votantes del PSOE, ya que en su mayoría (un 39%) tacha la ley de insuficiente.

El Publiscopio se cierra con otra cifra de apoyo a la memoria histórica: un 64,5% pide al Gobierno central que ponga los medios para que se saquen los cadáveres de las fosas franquistas. Rechaza la intervención del Ejecutivo un 24,8%.

La contradicción en el PP emerge otra vez: un 49% de sus electores reclama que se exhumen los restos. Un 40% de ellos no lo cree sensato. Los votantes socialistas lo tienen mucho más claro. Casi un 80% considera necesario que el Gobierno aborde la cuestión.

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VergaraPúblico – 10/05/2010

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El retorno a Mauthausen del preso 4.100

Público’ recorre el campo nazi junto al superviviente español José Alcubierre en el 65 aniversario de su liberación

DIEGO BARCALA – Público – 08/05/2010

La cantera era un lugar temido por los presos del campo, que  cargaban piedras de hasta 15 kilos.

La cantera era un lugar temido por los presos del campo, que cargaban piedras de hasta 15 kilos.Amical Mauthausen. Museu d’ Història de Barcelona

Como un ritual, José Alcubierre (Barcelona, 1925) recorre el muro de las cocheras del campo nazi de Mauthausen (Austria) tocando las piedras. “Cualquiera la pudo poner mi padre”, dice. Camina hasta la entrada principal donde una inscripción que ya no existe daba la bienvenida a los presos: Arbeit macht frei (“El trabajo rinde la libertad”). Al otro lado de la puerta es cuando José vio por última vez a su padre, Miguel. Se lo llevaron a la temida cantera del campo donde casi nadie sobrevivió. “Le abracé y le dije: Cuídate bien, papá’. Duró seis meses”, llora Alcubierre.

Las tropas de EEUU liberaron Mauthausen un 5 de mayo de hace 65 años. De las más de 100.000 personas exterminadas, cerca de 7.000 eran españolas. Republicanos sin patria para los alemanes, que les marcaron con un triángulo azul de “apátridas” con la S de Spanier (español). A diferencia de los españoles de otros campos, en Mauthausen no les ficharon con el triángulo rojo que identificaba a los políticos. Sin embargo, pocos grupos de reclusos eran tan políticos como los republicanos cuya militancia antifascista les llevó del exilio en 1939 al Holocausto nazi un año después. Franco fue consultado desde Berlín sobre los miles de deportados capturados en Francia. Una escueta nota enviada por el Ministerio de Exteriores dirigido por Serrano Suñer se desentendió de “los rojos”.

José llegó junto a su padre a Mauthausen desde Angulema, al sur de Francia, en un vagón de “ocho caballos y 40 personas”, el 24 de agosto de 1940. En ese momento se convirtió en un número, el 4.100, que lleva colgado del cuello junto al 4.128 de su padre. “Estuvimos tres días viajando sin comer. Cuando llegamos nos tuvieron siete horas encerrados, nos bajaron y le dije al SS con los dedos que tenía 14 años. En realidad tenía 15, me quité uno, pero dio igual. Me empujó camino de la cuesta que llevaba al campo. Allí, lo primero era desnudarnos y, aunque era verano, después de la ducha fría estábamos helados. Luego nos rapaban el pelo de todo el cuerpo, incluidas las partes, y nos rociaban para desinfectarnos”, recuerda.

El primer año murieron cerca del 65% de los 9.000 presos españoles. La brutalidad del trabajo y las condiciones de vida eran tales que los nazis no necesitaron la cámara de gas para el exterminio: les obligaron a construir la enorme fortaleza con el granito de la cantera de Wiener-Graven. Hasta 1.500 presos subían a diario los 186 escalones que separaban el yacimiento del campo, cargados con piedras de hasta 15 k. Las palizas de las SS eran suficiente tortura, pero el sadismo nazi era ilimitado. “Cada noche esperábamos a que fusilaran entre 12 y 15 yugoslavos para entrar al barracón”, destaca Alcubierre. Los fusilamientos se unían a las inyecciones de gasolina en el corazón, el ahorcamiento o la asfixia. Cerca de 300 españoles murieron en el cercano castillo de Hartheim por no ser aptos para trabajar. En ese recinto fueron aniquilados 30.000 disminuidos e incapacitados para servir al III Reich.

“Pasado el primer año, estábamos relativamente bien. Es así, no quiero contar mentiras. Los jóvenes, los puchaca [mote de los españoles jóvenes empleados por la empresa Porschacher] éramos enchufados”, describe Alcubierre junto a una litera de madera donde dormían tres personas por piso. “Yo dormía con Rafael Álvarez y Jesús Tello, pero se dormía en el suelo. Siempre he sido un enchufado”, ironiza Alcubierre.

El barracón reconstruido gracias a la labor de asociaciones de deportados como la Amical de España, huele hoy a barniz. Sin embargo, Alcubierre tuerce la nariz cuando recuerda el olor original. “Las cenizas del crematorio eran fortísimas. Eso es imborrable. Nunca lo llegamos a ver, pero sabíamos que existía. Veíamos un carro con cuerpos desnudos y se te encogía todo. Una cabeza, un brazo, una pierna… terrible”.

Olor a carne quemada

Atenta a la explicación se encuentra la hija de una víctima del campo, Bibiana Fuentes, que interrumpe: “Lo pintas bien, pero los primeros meses fueron más duros”. José se pone serio: “Un día nos mandaron a formar a 300 españoles. Por aquel entonces trabajaba en la cocina. Vino el jefe y nos separó a tres: Fernando Pindado, Rafael Álvarez y a mí. Me preguntó de dónde era. Le dije que de Barcelona y me dijo: “¿Qué me harías si me vieras allí?” No sabía qué decir y entonces me dio una paliza que me dejó baldado”.

El olor a carne quemada es lo que más sorprendió a los soldados americanos del general Patton. “Entramos al campo y vimos todos cuerpos apilados muertos. El general mandó a los vecinos del pueblo cavar para enterrarlos y decían que no sabían nada de lo que pasaba dentro. Es imposible, ese olor, tantos años, no puede ser”, dice el soldado George Sherman, de visita en Mauthausen por la conmemoración de la liberación.

Alcubierre pasó tiempo sin contar sus recuerdos pero una herida le da la rabia suficiente como para volver al campo cada mayo: la muerte de su padre. “Se lo llevaron a Güsen [anexo a Mauthausen] y no lo volví a ver. Un camarada me contó cómo murió el 24 de marzo de 1941. Llevaba con dos compañeros mañicos como él un carro, cuando cayó sin fuerzas. Los kapos polacos [jefes de prisioneros designados por las SS entre los propios presos] le pegaron con picos. Le protegieron, pero los mataron a los tres puntapiés. Cuando era joven pensaba en Mauthausen pero seguí con mi vida. Ahora sé que los recuerdos me dejarán varias noches sin dormir”, concluye.

El Gobierno homenajea a las víctimas españolas del holocausto nazi

De la Vega reconoce a los republicanos de Mauthausen como los “padres de la Europa de hoy”

DIEGO BARCALA – Público – 09/05/2010

Los supervivientes españoles del holocausto nazi (cuatro de ellos presentes en el acto) recibieron, en el 65º aniversario de la liberación del campo de concentración de Mauthausen, el homenaje de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, como “padres de la Europa de derechos y libertades actual”. La presencia del Gobierno reconoce como parte de la memoria histórica española el drama vivido por los cerca de 10.000 republicanos antifascistas que, tras el exilio de 1939, acabaron en los campos de exterminio alemanes. El olvido de los 7.500 que murieron en aquella barbarie entre 1940 y 1945 es tal que el monumento de homenaje a los españoles en Mauthausen está en el recinto de los franceses y lo pagaron en 1962 los propios deportados.

“Aportamos lo que pudimos. Yo en aquella época no tenía gran cosa, pero gracias a que el arquitecto francés que nos lo hizo no cobró, pudimos pagarlo”, recuerda el superviviente José Alcubierre (Barcelona, 1925). A sus 85 años cree que será la última vez que revivirá in situ el horror de su adolescencia. Junto a él, su compañero Ramiro Santiesteban, con el que se abraza con el cariño de quien compartió las palizas de las SS y el hambre de “un caldo asqueroso”. “No me lo comí el primer día de cómo olía, pero al tercero entendí que no había otra cosa”, rememora.

Testigo ante la Audiencia

Santiesteban recuerda cómo acudió el pasado año a la Audiencia Nacional citado como testigo por una denuncia contra tres oficiales de las SS que aún viven en libertad. “La prensa dijo que no había reconocido a nadie, pero no es cierto, sólo me enseñaron unas fotos generales del campo”, puntualiza.

De la Vega destacó el “orgullo” que los jóvenes deben sentir de los deportados en Mauthausen. Las víctimas del nazismo, del fascismo y del franquismo “no han sido ni serán víctimas del olvido. Lucharon contra el fascismo, contra el imperio de la intolerancia y el odio. El Gobierno no dejará que su lucha caiga en el olvido, que es la peor de las mentiras”, señaló antes de presenciar el desfile de las decenas de representaciones de los más de 100.000 asesinados allí por el III Reich.

Los franceses fundaron la Amical Mauthausen (Amigos de Mauthausen), que hasta 1979 no fue legal en España. Un grupo de jóvenes de institutos franceses cantaron Ay Carmela ante los familiares de las víctimas españolas después de que esos mismos jóvenes hicieran lo propio con La Marsellesa en el monumento francés.

“Yo no tomé conciencia de que los españoles y catalanes habían formado parte de los campos de exterminio nazis hasta mediados de los años 70. Leí el libro de Montserrat Roig y me abrió los ojos. La principal novedad de este año es la gran cantidad de gente joven que ha venido”, explicó el conseller de Interior de la Generalitat de Catalunya, Joan Saura.

“Estuve en un campo de trabajo y me preguntaba qué ocurrió para que el ser humano llegase a ese límite. Había una crisis económica y un brote de xenofobia fuerte en Alemania y Europa. Es importante que no se olvide eso. Y pido, especialmente a la derecha, que no caiga en la tentación de aprovechar una situación de crisis para aprovecharse de la xenofobia”, añadió el conseller.

Los discursos se pronunciaron en la explanada, junto a la cantera del campo de concentración donde los 186 escalones construidos por los españoles vieron correr sangre durante cinco años. “Nos aplauden mucho porque saben que los españoles fuimos los primeros en venir. Construimos el campo”, recuerda Alcubierre.

El desfile de la delegación española cerró con El vito, una canción popular andaluza recopilada en un poemario de Federico García Lorca. Fue la alternativa española al himno de los pantanos de los deportados alemanes y al Bella ciao que entonaron los italianos.

Antes del desfile, en el monumento republicano, la joven austriaca Carmen Martínez, nieta de un superviviente español afincado en Austria, leyó un episodio del diario de su abuelo. “Uno de los presos polaco fue llamado por un SS. Le quitó la gorra y la lanzó contra la alambrada. Cuando el prisionero fue por ella le disparó. Eso le fue recompensado al guardia con ocho días de descanso y un paquete de cigarrillos”.

La difícil tarea de conciliar los símbolos

La bandera que representa a los españoles en Mauthausen, que comparte lugares de honor con la británica, la polaca, la francesa y demás deportados, es la tricolor republicana.
En 2005, contando con la presencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la Amical y los responsables de Moncloa acordaron colocar las dos banderas: la republicana y la monárquica. Aquella situación indignó a uno de los supervivientes, que con 75 años no dudó en intentar trepar para arrancar la bandera monárquica.La principal asociación en representación de las víctimas es Amical, que hace tiempo que asume que la bandera actual de España debe formar parte del acto oficial en presencia de los miembros del Gobierno. Sin embargo, los descendientes de deportados que viven en Austria protestaron por la presencia de la enseña constitucional. El olvido al que fueron sometidos los españoles apátridas a los que Franco despojó de nacionalidad todavía pesa en la generación de hijos de supervivientes que no pudieron volver nunca a España.Es el caso de Silvia Cueto, nieta de Víctor Cueto, que protestó por la bandera “monárquica”. “Se pone por puro oportunismo político y así se olvida su legado”, declaró. Otros deportados, como Ramiro Santiesteban, asumen la presencia de la republicana junto a la constitucional como una “normalización del paso del tiempo”.

La ultraderecha se reúne para atacar la Ley de Memoria Histórica

Crean una plataforma para difundir las teorías revisionistas y reivindicar a sus “héroes caídos”

CHRISTIAN GONZÁLEZ – Público – 09/05/2010

Carteles del acto colocados en el cristal de un comercio.

Carteles del acto colocados en el cristal de un comercio.

Diversos grupos de ultraderecha se han reunido esta mañana en Madrid para presentar la ‘plataforma Memoria y Lealtad’ con el objetivo de atacar a la Ley de Memoria Histórica. El acto se anunció visiblemente por las calles de la capital con carteles colocados de forma vandálica -en medio de cristales de escaparates- en muchas ocasiones.

Según publica en su web uno de los grupos organizadores, los ultras Martín Yniestrillas, Emilio Marinat y Eduardo Arias  han sido los encargados de presentar el acto.  Desde el Hotel Vincci -donde ha tenido lugar la reunión- indican que el acto se ha desarrollado con normalidad.

Todo tipo de grupos ultraderechistas, filonazis y xenófobos -‘Alerta Nacional’, ‘La Falange’, ‘Ac. Amigos de Leon Degrelle’,  ‘El Nuevo Alcázar’, ‘Ancis’, etc.- figuran en una web creada por los organizadores que piden “brazos que nos ayuden en la pelea”.

Además de reclamar “el derecho y la libertad de los patriotas españoles a honrar la memoria” de los caídos “frente a la Ley de Memoria Histórica” reclaman el Valle de los Caídos como el lugar de culto a éstos.

Diversos comunicados informan de que seguirán difundiendo su visión de lo que supuso la Guerra Civil “en contra de la falsa versión oficial”.