Francon aikaa tutkinut tuomari joutuu itse oikeuden eteen

Helsingin Sanomat – 7.4.2010

Espanjalaistuomari Baltasar Garzon poistumassa Espanjan  Korkeimmasta oikeudesta Madridissa tänään.

Espanjalaistuomari Baltasar Garzon poistumassa Espanjan Korkeimmasta oikeudesta Madridissa tänään. Juan Medina / REUTERS

Madrid. Ihmisoikeuksien kiivaana puolustajana tunnettu espanjalaistuomari Baltasar Garzon joutuu itse oikeuden eteen. Kolme oikeistoryhmää on valittanut Garzonin ylittäneen valtuutensa tutkiessaan Francisko Francon diktatuurin ajan rikoksia.

Korkeimman oikeuden tutkintatuomari Luciano Varela ilmoitti oikeudenkäynnistä keskiviikkona. Garzonia uhkaa viraltapano.

Yli 200 ihmisoikeusjärjestöä ja asianajajaa on allekirjoittanut Garzonia tukevan vetoomuksen. Ihmisoikeusjärjestö Amnesty International sanoi olevan omituista, että tuomari voi joutua oikeuden eteen “totuuden ja oikeuden etsimisestä”.

Garzonin tukijoiden mukaan Espanjan konservatiiviset voimat haluavat hiljentää tuomarin, koska he eivät halua että Francon ajan tapahtumia tongitaan.

Garzon on Espanjan tunnetuin tuomari. Hän on nostanut syytteet muun muassa Chilen entistä diktaattoria Augusto Pinochetia ja terroristijohtaja Osama bin Ladenia vastaan.

La mujer en el franquismo: santa o puta

Cuarenta años de represión política, religiosa y, por supuesto, sexual.
La UNED y el Museo Reina Sofía recuerdan, durante esta semana, las injusticias de la dictadura con lesbianas o prostitutas.

RAFA VIDIELLA – 20minutos.es – 06.04.2010

En nombre de la memoria histórica se han desenterrado muertos y buscado el cadáver de poetas. Sin embargo, no ha recibido tanta atención el maltrato femenino durante el franquismo. Coartadas física y psicológicamente y obligadas a un determinado rol, cualquier mujer liberal era denigrada. Injusticias y víctimas recordadas ahora en Memoria y sexualidad de las mujeres bajo el franquismo, seminario organizado por el Museo Reina Sofía y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) que concluirá el 11 de abril.

Raquel Osborne, profesora de sociología de la UNED, comenzó a organizar el seminario en 2007. Junto a un grupo de especialistas, se dio cuenta de que el proceso de recuperación de la memoria histórica arrojaba poca luz sobre sectores femeninos marginados en la dictadura.

Amores ocultos

“Los homosexuales”, explica Osborne, “han recuperado su historia con facilidad. No es casual: la homosexualidad masculina se reprimió con dureza y claridad: leyes de peligrosidad social, listas de maleantes, detenidos… Pero el lesbianismo no se contemplaba. El franquismo silenciaba y negaba su existencia”.

Si algo se ignora o se niega, no existe: así pensaba el régimen. Pero existía. Matilde Albarracín, técnica social e investigadora, explica cómo esas mujeres “desarrollaron hasta redes económicas para no depender de los hombres. Eran solidarias y crearon increíbles espacios de libertad: desde acampadas hasta zonas bohemias, como el Paralelo o las Ramblas de Barcelona”. Sus relaciones eran clandestinas, pero disimulables: nadie podía imaginarse que dos amigas del brazo podían llegar a tener una relación “tan subversiva”, y hasta podían desarrollar estrategias relacionales con amigos gays, como falsos matrimonios y la concesión de apellidos a hijos.

Comenzando por el lesbianismo, los responsables del seminario desenredaron el ovillo de las distintas (y ocultas) opciones sexuales femeninas de la época. Como afirma Dolores Juliano, profesora en la Universidad de Barcelona, “la sexualidad femenina no era aceptada por el franquismo, que asumía e imponía unos valores al respecto. El sexo femenino se reducía a los estrictos límites de la procreación en el matrimonio. Las que lo desarrollaban en otro contexto eran denigradas, consideradas putas”.

Dudosa moral

Individuas de dudosa moral: así se titula un libro de la historiadora Pura Sánchez, que investiga la represión sufrida por las mujeres andaluzas durante la Guerra Civil y el franquismo. “El cuerpo femenino”, explica Sánchez, “fue un elemento contaminado y pecaminoso, un ámbito sobre el que actuar. Fue sometido a base de negar su sexualidad, tanto de forma directa (a través de vejaciones) como por tribunales militares. La mujer no era dueña de su cuerpo, sino que éste era un objeto jurídico propiedad del Estado y del varón”.

Para controlar el cumplimiento de esas normas se establecieron mecanismos que, amparados en un discurso de protección, recogían y reeducaban a mujeres descarriadas. El más destacado era el Patronato de Protección de la Mujer, creado en 1942 y presidido por Carmen Polo, la mujer del Caudillo. Su objetivo: “velar por todas aquellas mujeres que, caídas, desean recuperar su dignidad”.

Esa redención terminaba, muchas veces, en manicomios como el de Ciempozuelos o cárceles como la de Calzada de Oropesa, Toledo, donde acababan algunas de las miles de mujeres que, víctimas de la miseria, se prostituyeron para sobrevivir o alimentar a sus hijos.

Burdeles, casas de tolerancia, casas de citas, meublés… Hasta 1956, la prostitución era legal en España. En los lugares nombrados las mujeres podían prostituirse y eran sometidas a controles sanitarios y policiales. No era legal, en cambio, la prostitución callejera, reprimida y perseguida con dureza. Como explica Osborne, esa confusa situación cambió en 1956, cuando la prostitución pasó a ser alegal. “Quedó en un limbo, en el que se perseguía más el proxenetismo. Una situación similar a la actual”, afirma.

Escritora en la cárcel

Otra de las protagonistas del seminario será la periodista Carlota O’Neill. Nacida en Madrid en 1905, empezó a publicar libros con 18 años. Ejemplo de mujer moderna, disfrutó de la libertad que le concedía la República y fue madre soltera. Sin embargo, y por ventajas legales, terminó casándose con el padre de sus hijas, Virgilio Leret, capitán de Aviación. Su matrimonio duró poco: en julio de 1936, y cuando O’Neill y sus dos hijas visitaban a Leret en Melilla, estalló la Guerra Civil.

Su esposo fue fusilado y O’Neill pasó unos años en la cárcel, considerada “peligrosa en extremo”. En 1949, cuando salió, emigró a Venezuela para terminar afincándose en México, donde publicó Una mujer en la guerra de España, en el que detalla las relaciones de poder y sexo entre las presas de la dictadura. Una crónica de esos tiempos que también será recordada en el Reina Sofía y las Escuelas Pías.

La verdades del doctor Vicéns

Aunque casi desconocido, Ramón Serrano Vicéns (1908-1978) fue el mayor estudioso de la sexualidad femenina durante el franquismo. Entre 1940 y 1961 estudió a casi 1.500 mujeres, lo que le permitió llegar a datos tan reveladores como, por esa época, escandalosos: casi un tercio de las mujeres casadas eran infieles, más de un tercio de las españolas habían tenido alguna experiencia homosexual y, aunque sólo ocho de cada cien lo reconocían, un 84% se masturbaba. Serrano no pudo publicar un libro con sus estudios hasta 1971.

Cuatro generaciones analizan la historia reciente en el Lliure

Seis directores presentan una obra coral en Dictadura-Transició-Democràcia

Cuatro generaciones analizan la historia reciente en el Lliure

Los directores de la obra. – DAVID DUSSTER

DAVID DUSSTER – Público – 08/04/2010 08:10

El Teatre Lliure de Barcelona estrena hoy Dictadura-Transició-Democràcia, una obra coral arriesgada creada por seis directores y un espectáculo que ofrece la visión de la historia más reciente a través de cuatro generaciones y cuatro poéticas teatrales.

El triunfo de Raphael en el Festival de Benidorm en 1962, un concierto de Raimon en Madrid en 1968, la censura televisiva que aún se practicaba en 1978 antes de aprobarse la Constitución española, y el escándalo de los GAL en 1989 son los acontecimientos elegidos para articular esta reflexión compuesta de cuatro obras breves.

Espectadores en movimiento

La puesta en escena también respeta el atrevimiento de reunir a directores diferentes que sólo tuvieron el derecho a escoger a dos actores cada uno. La sala Fabià Puigserver estará dividida en tres espacios, donde se montarán cuatro escenarios diferentes y serán los espectadores los que deberán desplazarse a cada uno de los ambientes conforme se vaya desarrollando la acción.

Pese a la carga política del nombre y de los argumentos, la obra oscila entre la sátira social de la dictadura y la reflexión ante el abismo del vacío ideológico, pero no pretende ser un instrumento de denuncia o de movilización. “Aunque todo teatro es política, el teatro político forma parte de otra época”, valoró Xavier Albertí, director del primer acto, ambientado en la dictadura, y un habitual en la cartelera del Lliure.

Como Albertí, responsable del capítulo de 1962 junto a Lluïsa Cunillé, los otros directores (Roger Bernat, Jordi Casanovas, y Nao Albert y Marcel Borràs) recibieron el encargo de explicar una historia del año de su nacimiento para garantizar el enfoque multigeneracional.

La obra, que se representará hasta el próximo 2 de mayo, supone también “una oportunidad de descubrir cuatro maneras diferentes de ver el teatro”, según Àlex Rigola, director del Lliure. El espectáculo, que recupera una cinta inédita de un recital de Raimon, se complementa con dos sesiones de lectura de versos de esas épocas.

Camino del banquillo

La causa a Garzón por el franquismo reviste una simbología insultante para la democracia

El País – 08/04/2010  (Editorial)

Se consumó. La decisión del juez del Tribunal Supremo Luciano Varela de proceder contra Baltasar Garzón como autor de un delito de prevaricación por su intento de investigar los crímenes del franquismo, a instancias de familiares de víctimas que yacen todavía sin identificar en fosas comunes, sitúa al juez de la Audiencia Nacional en el camino directo hacia el banquillo de los acusados. Y a un paso de ser suspendido en sus funciones, consecuencia última de la querella interpuesta por el sindicato ultraderechista Manos Limpias y Falange Española de las JONS.

Garzón tiene la posibilidad de recurrir a la Sala Segunda del Supremo. Pero se trata de la misma sala que admitió a trámite, por considerarla ab initio una hipótesis no arbitraria, ilógica o absurda, la querella por prevaricación contra el juez y que acaba de rechazar su recurso de sobreseer la causa. No parece probable que cambien de criterio.

Garzón se sentará en el banquillo por haber intentado, no desde una teorización meramente imaginativa del derecho sino desde el ejercicio jurisdiccional que corresponde al juez penal, dar satisfacción a familiares de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura que no aceptan como normal y acorde con el Estado democrático que sus restos sigan sin identificar en fosas comunes. Algo que no dejará de causar preocupación y estupefacción en países europeos que también vivieron la terrible experiencia de regímenes dictatoriales en épocas todavía no lejanas.

Tras el ropaje jurídico que la envuelve, la causa contra Garzón reviste una simbología provocadora e insultante para la democracia española. Lo es, en primer término, para la memoria de las innumerables víctimas del franquismo, no pocas producidas en los años finales de la dictadura y de las que muchos españoles de hoy guardan un recuerdo vivo y directo. También, seguramente, para algunos magistrados del Supremo que vivieron en su juventud la cercanía de esos crímenes y lucharon por un régimen de libertades que los hiciera imposibles y una justicia que garantizase su no impunidad. ¿Cómo pueden permanecer impasibles ante el desatino de la causa contra Garzón?

Insiste el instructor Varela en que Garzón intentó asumir el asunto de las fosas, “dentro de un proceso penal cuya artificiosa incoación suponía desconocer principios esenciales del Estado de derecho, como los de legalidad penal e irretroactividad de la ley penal desfavorable, además de implicar el desconocimiento objetivo de leyes democráticamente aprobadas, como la de amnistía”. Pero es lo que está en discusión, no sólo en el ámbito de la teoría jurídica sino en la jurisdicción. Sorprende cada vez más, por ello, que el Supremo diera más valor desde el principio a la hipótesis prevaricadora para explicar la conducta de Garzón que a su contraria, no obstante estar avalada por el ministerio fiscal, y que con tan endeble fundamento diera curso a una querella cuya motivación ideológica es evidente.

Varela lleva a Garzón al banquillo por su “imaginación creativa” con el franquismo

El juez del Supremo le imputa asumir las exhumaciones sin tener competencia

JULIO M. LÁZARO El País08/04/2010

El juez instructor del Tribunal Supremo Luciano Varela sentará al juez Baltasar Garzón en el banquillo de los acusados en las próximas semanas por “múltiples motivos opuestos al ordenamiento jurídico”, entre ellos el de “haber intentado asumir el control de las localizaciones y exhumaciones de cadáveres de víctimas del franquismo”, lo que según Varela constituye un delito de prevaricación judicial.

En un auto dictado ayer, Varela utiliza un tono incendiario para descalificar la “imaginación creativa” de Garzón, acusarle de “desconocer principios esenciales del Estado de derecho” o “leyes democráticamente aprobadas, como la Ley de Amnistía”, y le imputa haber actuado por “objetivos no justificables”.

El instructor tampoco se priva de “calificar” antes que las acusaciones el supuesto delito de Garzón como el de prevaricación del artículo 446.3 del Código Penal -dictar a sabiendas una resolución contraria a derecho-, castigado con una pena de 10 a 20 años de inhabilitación especial para empleo o cargo público y multa a pagar durante dos años. Varela prefiere la calificación más grave a la de la modalidad imprudente del artículo 447 que reduciría la pena a un máximo de dos a seis años de inhabilitación.

En su auto, el instructor transforma las diligencias en procedimiento abreviado y da a las acusaciones de Manos Limpias y de Falange Española de las JONS un plazo común de 10 días para formular sus escritos de acusación. El fiscal tiene el mismo plazo para solicitar el sobreseimiento.

Pese a que Varela afirma que en este momento no le incumbe establecer “con certeza” la imputación, sino sólo “una veracidad probable”, en su exposición final de los hechos el juez parece querer evitar al Supremo el trabajo de dictar una sentencia condenatoria. Según su versión, tras aprobarse la Ley de Memoria Histórica, Garzón “intentó asumir el control de las localizaciones y exhumaciones” de las víctimas de la represión franquista, pero, “consciente de su falta de competencia”, construyó “una artificiosa argumentación para justificar su control del procedimiento”.

Privado del control de las exhumaciones por decisión expresa de la Audiencia Nacional, Garzón puso fin a la tramitación del sumario, “lo que pretendió justificar por la acreditación del fallecimiento de los que él mismo había identificado como eventuales responsables criminalmente de los hechos”. Según Varela, además de no tener competencia para abrir la causa al franquismo, Garzón tampoco la tuvo “para declarar la extinción de responsabilidad en el marco del sumario que no concluyó”.

Previamente, el instructor rechaza todas las pruebas pedidas por Garzón, con una displicencia que apenas deja margen a que en su día pueda admitirlas la Sala de lo Penal cuando juzgue al magistrado. En concreto, deniega el testimonio de juristas internacionales que declaren sobre la perseguibilidad de los crímenes contra la Humanidad porque sería una “desconsideración” a la Sala Penal del Supremo y a los letrados de las acusaciones “acudir a la opinión de otros juristas”.

El juez del Supremo tampoco considera “útil?” la declaración como “experto” del que fuera primer fiscal Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, porque la defensa de Garzón no expone “qué tipo de experiencia ha puesto a contribución” en la causa sobre el franquismo. Tampoco admite la del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, cuyo criterio resulta “extensa y nítidamente expuesto” en sus dictámenes contrarios a la competencia de Garzón. Así, Zaragoza, que había aceptado ser testigo de descargo de Garzón, no tendrá opción a expresar su opinión sobre si el juez delinquió o no. Para Varela, tampoco es “pertinente” la declaración del testigo Ricardo Vinyes sobre lo horrendo de los crímenes del franquismo por cuanto “esa constatación en nada añadiría ni restaría”, a las razones para imputar a Garzón.

El instructor ni siquiera admite la propuesta del fiscal del Supremo para que declaren los magistrados de la Audiencia Nacional que respaldaron la competencia de Garzón para investigar los crímenes del franquismo, ya que “dichos magistrados han dicho en su voto particular cuanto estimaron conveniente”.

Varela se ufana de que la Sala Penal haya confirmado su decisión de denegar el sobreseimiento, e incluso llega a afirmar que la “intencionalidad” del juez imputado ha sido ya objeto de “valoración suficiente” por el propio instructor y “por la Sala Segunda del Supremo”. Según fuentes jurídicas, estas afirmaciones pueden poner en un brete la pretendida ausencia de “contaminación” de la Sala que pretende juzgar a Garzón.

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Cronología: Garzón y la causa por las desapariciones del franquismo

La suspensión, en un par de semanas

J. M. L. El País08/04/2010

Fuentes próximas al juez querellado se mostraron “perplejas” porque en el curso de toda la instrucción no se ha aceptado ninguna de las pruebas solicitadas por la defensa, lo que genera “una grave indefensión”.

El abogado del juez Baltasar Garzón, Gonzalo Martínez-Fresneda, aseguró ayer que recurrirá el auto de Varela directamente ante la Sala por considerar “inútil” hacerlo ante el instructor. En su recurso impugnará la denegación de las pruebas, insistirá en que la Sala no ha contestado a los argumentos de su anterior apelación y discutirá que no contestase a sus argumentos para no contaminarse, puesto que, en su opinión, la Sala ya está “contaminada”.

A partir del momento en que las partes reciban todas las actuaciones, disponen de un plazo común de diez días para solicitar la apertura del juicio oral. El recurso de Martínez-Fresneda no interrumpe la tramitación de la causa, por lo que Manos Limpias y Falange Española de las JONS ya pueden ir presentado sus escritos de acusación y solicitar la apertura del juicio oral. Si la sala rechaza, como es previsible, el recurso de Martínez-Fresneda, éste dispondrá de un corto plazo para formular su escrito de defensa y después Varela decretará automáticamente la apertura del juicio.

Una vez abierto el juicio oral, sería el momento en que el Consejo del Poder Judicial debería decretar la suspensión de funciones del juez. No obstante, algunas fuentes interpretan que el “ha lugar a proceder contra D. Baltasar Garzón” con que Varela inicia la parte dispositiva de su auto, siguiendo el tenor del artículo 383 de la ley del Poder Judicial, da pie a reclamar ya la suspensión de funciones del juez. El próximo Pleno del Consejo del Poder Judicial está previsto para el día 22.

La defensa de Garzón estima que el proceso irá más rápido a partir de ahora, para aprovechar que están “vivos” los otros dos procedimientos contra el magistrado. En principio, el recurso de su defensor puede estar resuelto en un par de semanas, casi coincidiendo con el Pleno del Poder Judicial. A partir de la suspensión, podría haber fecha para celebrar el juicio contra Garzón aproximadamente un mes después. La decisión de Varela ha coincidido con el levantamiento del secreto del caso Gürtel.

Asociaciones y familiares de víctimas convocan una concentración de apoyo a Garzón

Organizaciones de Derechos Humanos preparan otro acto de protesta en Argentina contra el procesamiento del juez

NATALIA JUNQUERA El País08/04/2010

La convocatoria, anónima, se está extendiendo por Internet. “Ha sido una decisión espontánea que ha empezado con un grupo de apoyo en Facebook“, ha comentado el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva. Colectivos de memoria, familiares de víctimas del franquismo y partidos políticos de izquierda de toda España preparan una macro concentración de apoyo al juez Baltasar Garzón. Ya tienen cartel e incluso un lema: “Investigar los crímenes del franquismo no es delito”, aunque todavía no la fecha, porque quieren salir a la calle el mismo día en que el magistrado sea suspendido.

“Únete. Hay que estar con la Justicia y la Verdad. Con la Memoria Histórica. No podemos olvidar tanta ignominia. Ya sabes, a las 20 horas el día que se produzca la suspensión, nos vemos junto a la Audiencia Nacional”, se lee en una de las convocatorias. Otras piden hacer lo mismo frente a los tribunales superiores de justicia de otras ciudades españolas.

En Teruel, por ejemplo, Izquierda Unida ha convocado otra concentración de apoyo a Garzón para el próximo 14 de abril. “Resulta bochornoso para los demócratas que los descendientes de los asesinos puedan sentar en el banquillo al juez”, declaró el coordinador del partido en Teruel, José María Martínez Marco.

No serán las únicas. “En Argentina, donde Garzón es muy querido, las organizaciones de defensa de los derechos humanos también están preparando manifestaciones de protesta para el día en que sea suspendido”, ha asegurado Silva. Desde que se abriera el proceso contra Garzón por investigar los crímenes del franquismo todas las grandes organizaciones de defensa de los derechos humanos (Amnistía Internacional, Human Rights Watch…) han emitido comunicados de apoyo al juez.

Amnistía ve “insólito” que Garzón pueda ser juzgado por “buscar verdad y justicia”

Caamaño reitera su respeto a decisiones del TS y a la presunción de inocencia

El País – 07/04/2010

Amnistía Internacional

Amnistía Internacional considera “insólito” que un magistrado pueda ser juzgado por buscar “la verdad, la justicia y la reparación” para más de 100.000 desaparecidos durante la Guerra Civil y la dictadura. El director de Amnistía Internacional España, Esteban Beltrán, apunta que sería “el primer caso en el mundo” y que supondría “un mensaje tremendo a otros países de que el juez que lo intenta es procesado”. Beltrán ha añadido que que Amnistía sigue “muy detenidamnte” el caso y con preocupación.

UGT y CC OO

Los sindicatos UGT y CC OO han convocado para el próximo martes 13 de abril un acto de apoyo al juez Baltasar Garzón que será abierto al público y que contará, entre otros, con la presencia del ex alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, cuya fundación también está en contra de la querella contra el juez. Aunque el acto está “todavía sin cerrar”, el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo ha adelantado que el escenario será el salón de actos de la Facultad de Medicina de Madrid, en cuyo exterior se instalará una pantalla gigante que permita seguir la lectura de los manifiestos que ya se están elaborando. Además, los sindicatos han organizado una recogida de firmas, a través de las Fundaciones de UGT y CC OO, de apoyo al juez “que ya está firmando gente muy diversa”.

IU

El líder de IU, Cayo Lara, ha lamentado la decisión del juez Luciano Varela de sentar en el banquillo al magistrado Baltasar Garzón y cree que es “una afrenta” a las asociaciones de defensade la Memoria Histórica y a las víctimas del franquismo. Para Cayo Lara, con esta decisión, el juez Valera ha atendido más a las organizaciones ultraderechistas y lo ha hecho, ha señalado, en contra de la opinión de la fiscalía, de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo. España, ha subrayado el líder de la coalición, es un país de paradojas puesto que mientras “muchos chorizos” acusados de corrupción se pasean por la calle, el juez que “quiso hacer justicia” y juzgar los crímenes del franquismo tendrá que hacer frente a los tribunales. “Es una imagen de pena” que España, ha recalcado, está dando ante los países con democracias avanzadas.

Ministerio de Justicia

El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, ha insistido en su confianza en el Tribunal Supremo y el “máximo respeto” al Poder judicial en el ejercicio de sus funciones, al tiempo que ha recordado que cree en la presunción de inocencia “mientras no se demuestre lo contrario” de todas las personas encausadas, también cuando éstas son jueces.

PP

El diputado del Partido Popular Carlos Floriano ha afirmado que si Baltasar Garzón se sienta en el banquillo significa que “la Ley alcanza a todos y todos nos debemos a la Ley”.

UPyD

La diputada de Unión, Progreso y Democracia en el Congreso, Rosa Díez, considera “absolutamente impresentable” y aún “más grave” tratándose de un juez que Baltasar Garzón haya optado por una “defensa política” intentando deslegitimar a quienes le han denunciado por prevaricción al abrir una causa contra el franquismo en lugar de defender jurídicamente y aclarar si los hechos de que se le acusan son o no ciertos. “En España tenemos que aprender a juzgar a las causas por sus hechos y no por quién ha planteado la demanda o instruye el caso”, ha subrayado Díez, quien ha agregado que Garzón tiene que defender “como un ciudadano más”, con “pleno derecho a su presunción de inocencia” y sentarse en el banquillo si es necesario.

PSOE

El secretario de Ciudades y Política Municipal del PSOE, Antonio Hernando, ha mostrado su confianza en la administración de Justicia y ha dicho esperar que el proceso judicial a Garzón se solucione “cuanto antes”. En rueda de prensa en el Congreso, el dirigente socialista ha vuelto a salir en defensa de Garzón, de quien ha dicho es uno de los magistrados españoles que “más ha hecho” en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, la delincuencia organizada y la corrupción.

Asociaciones para la Memoria Histórica

El abogado de las asociaciones para la Recuperación de la Memoria Histórica, Fernando Magán, ha calificado de “total indefensión” para Garzón que se prohíba acudir a los testigos solicitados en su defensa por el magistrado. Magán ha criticado la decisión del magistrado del Supremo Luciano Varela, encargado de instruir la causa abierta contra Garzón, y ha reclamado el derecho de las asociaciones de la Memoria Histórica a asistir como parte a la vista oral. Consideran que si Garzón es condenado por esta causa en el Supremo, la investigación abierta por el tema de las fosas del franquismo en otros órganos judiciales españoles quedará “prejuzgada”. A su juicio, los magistrados que están instruyendo las causas contra Garzón están “contaminados” por su oposición a la Ley de Memoria Histórica.

Manos Limpias

El secretario general del sindicato Manos Limpias, Miguel Bernad, ha acogido como “un triunfo del Estado de Derecho” la decisión del Tribunal Supremo y ha señalado que si este juez es condenado se extirpará “el cáncer de la Justicia española”. Bernad se ha mostrado convencido de que habrá una sentencia condenatoria contra Garzón, pese a las “presiones terroríficas” de los últimos meses para evitar que este juez sea juzgado.

Defensa retira la estatua ecuestre de Franco de Capitanía

Peralta anunció que la escultura del dictador no se correspondía “ni con la imagen del Ejército español ni con la imagen de la democracia española”

PABLO FERRI El País06/04/2010

Una grúa eleva la escultura ecuestre de Franco tapada con una sábana para su traslado a Bétera.- JOSÉ JORDÁN

Envuelta en una sábana blanca, a modo de sudario, la estatua ecuestre de Francisco Franco que dominaba el patio de la Capitanía General de Valencia ha partido a su nuevo destino, un cuartel del ejército en Bétera. Sin sobresaltos, ni gritos, ni brazos alzados al viento, varios operarios del ministerio de Defensa controlaron que una grúa gigantesca hiciese levitar el monumento al caudillo sobre la valla de la sede militar hasta la base de un camión.

La casualidad ha querido que todo empezara y acabara a las 12.00, cuando sonaban las campanas del convento de Santo Domingo. La grúa levantó el Franco a caballo de sus anclajes y lo posó en una caja de metal sobre el camión que debía llevarle a su nuevo destino.

La retirada del monumento no ha congregado a ultraderechistas como cuando se trasladó, en 1983, del centro de la plaza del Ayuntamiento a la Capitanía General.

El delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, declaró ayer en Castellón que la estatua del dictador no se corresponde “ni con la imagen del Ejército español ni con la imagen de la democracia española” y por ello “están siendo retiradas en todo el Estado”.

Una herida de guerra en Madrid

La popular calle fue el epicentro de los bombardeos franquistas durante el conflicto español mientras la población de la capital vivía entre el miedo y la diversión

La Gran Vía en 1934 desde el autogiro de Juan de la Cierva. – EFE

JESÚS MIGUEL MARCOS – MADRID – 06/04/2010 08:25

No todo es neón, glamour y arquitectura ejemplar en la Gran Vía de Madrid. Ni lo es, ni lo ha sido, ni seguramente lo será. Ya nació como un tajo al pueblo llano, que sufrió la fuerza centrífuga de las ambiciones de un rey, Alfonso XIII, que soñaba con un Madrid a la altura de las grandes metrópolis europeas. Tiró 300 casas a codazo limpio, largó a obreros y comerciantes al extrarradio y conectó lo que había que conectar: los barrios pudientes de Argüelles y Salamanca.

Desde aquel gran navajazo, se podría decir que todo lo que ocurre en Madrid, sea feliz o sea triste, pasa en la Gran Vía. Lo mismo aparece el príncipe haciendo el paseíllo antes de casarse en la Almudena, que Alaska en biquini cantando El rey del glam a lomos de una carroza en la marcha del Orgullo Gay. En la acera, unos hacen cola para comprar el iPhone, otros entran al cine y otras buscan clientes en las esquinas, donde unos limpian botas y a otros se las limpian.

Contrastes sin fin que se agudizaron en los años más dramáticos de la historia de la calle, los de la Guerra Civil (aunque pocos dudarán de que el drama continuó después). La Gran Vía fue el pulmón de la resistencia republicana. El frente estaba a sólo unos cientos de metros del bar Chicote, donde los milicianos reponían fuerzas entre botellas de vino y escotes. Franco disparaba obuses contra el edificio de Telefónica, pero terminaba haciendo un boquete con dos niños dentro a la altura de la Red de San Luis.

“La Gran Vía estaba hecha una mierda. Metralla en cada pared. Pero la gente hacía una vida normal. El temor era continuo, pero te acostumbrabas. No dejamos de dar paseos por la Gran Vía, porque era donde se iba a pasear”, cuenta José del Corral, autor del libro La Gran Vía, historia de una calle (Silex), que en la época vivía en la calle del Espíritu Santo, “donde hubo muchas fosas”.

La calle del espectáculo, el Broadway español que se ha dicho, vivió la guerra a su manera. Un drama asumido donde un día pegaban dos tiros a uno que pasaba por llevar sombrero y al día siguiente una señora vendía la capa de su marido muerto por seis huevos.

Además, la población madrileña fue la primera en ser bombardeada por aire, un acontecimiento que la población de la capital no se quiso perder. “La gente se iba desde los barrios hasta los alrededores del edificio de Telefónica, donde estaba el centro de comunicaciones republicano, para ver caer los obuses. El mes de agosto del 36 estuvo lleno de días de bombardeos feroces y mucho entretenimiento. Se trataba de una ciudad miliciana y alegre, donde el No pasarán estaba arraigado”, indica Ignacio Merino, autor de Biografía de la Gran Vía (Ediciones B). Por eso los vecinos le decían la calle del 15 y medio, que era el calibre de la munición nacional.

La parodia de vivir en guerra

La vida quería ser normal, pero evidentemente la Gran Vía cambió. Las tiendas de lujo situadas en el primer tramo de la calle, el que va de Alcalá a la Red de San Luis, cerraron tras los primeros bombardeos. “Si las comidas se habían convertido en parodias de comida, ¿quién iba a querer comprarse un traje caro?”, recuerda Del Corral. Las juventudes socialistas ocuparon el edificio de la Gran Peña, en el número dos, que era un casino de la nobleza. Con el cuero de las butacas, se hicieron zapatos que luego lucían en el Chicote, unos metros más arriba, mientras altavoces colocados en lugares estratégicos martilleaban con la propaganda.

La Gran Vía tenía algo de pasacalles durante la contienda. Había verbenas, teatros… Los milicianos volvían del frente por ella, para mostrarse, igual que décadas más tarde haría Pedro Almodóvar en una carroza en forma de zapato para el estreno de Tacones lejanos. “Es el lugar de Madrid donde más bombardeos hubo y al mismo tiempo era donde más jarana había”, subraya Ignacio Merino. Y todo bajo la atenta mirada de Lenin, Stalin y Marx desde sus cartelones gigantes.

Correr hacia las bombas

Madrid era el símbolo de resistencia al fascismo y la Gran Vía se transformó en un enjambre multicultural. A ella llegaban las Brigadas Internacionales y en sus calles trabajaban los más de 2.000 periodistas extranjeros que cubrían el conflicto. “Cuando caía una bomba, había gente que corría hacia un lado y otra gente que corría hacia el otro. Los que corrían hacia el lugar donde había estallado la bomba eran los corresponsales extranjeros”, explica Merino.

Los corresponsales, Hemingway y Dos Passos entre ellos, se hospedaban en la acera de los números impares de la Gran Vía (principalmente en el Hotel Florida de Callao), más a resguardo de la artillería nacional. El problema es que para mandar sus crónicas tenían que cruzar la calle hasta el edificio de Telefónica. “Era el centro de comunicaciones, desde donde se transmitía toda la información. No había noticia que no pasara por allí”, explica el catedrático de Historia Julián Casanova. El edificio, el más alto de Madrid, también albergaba la oficina de la censura, por la que pasaban todos los textos de los corresponsales extranjeros.

El tercer tramo de la Gran Vía, desde Callao a Plaza de España, era la frontera de la ciudad con el frente. Varias barricadas de un lado a otro de la calle manchaban de guerra un paisaje urbano que también escondía un submundo oculto de putas a peseta y mercadeo negro. El cine Velusia, después Azul, se transformó en un hospital de campaña. “La Gran Vía fue parada obligatoria para el embajador soviético durante la guerra y, ya en 1940, también recibió al embajador nazi”, cuenta Ignacio Merino.

Tras el conflicto, la Gran Vía se convirtió en un nido de espías. Acababa de estallar la Segunda Guerra Mundial y el espionaje inglés y alemán se movilizó en Madrid para saber cuál sería la decisión de Franco sobre su entrada en el conflicto. Pero para entonces España ya había tenido suficiente guerra.