El PSOE acepta garantizar la aplicación de la Ley de Memoria Histórica

Pacta con Joan Herrera (ICV) una moción que acepta “reformas normativas” para garantizar las exhumaciones

FERNANDO GAREA El País11/05/2010

El Pleno del Congreso aprobará esta tarde una moción de Joan Herrera (ICV) sobre memoria histórica que incluye garantías de la Administración del Estado para exhumar los restos de las víctimas de la Guerra Civil. Herrera ha llegado hoy a un acuerdo con el PSOE para modificar su texto inicial y se incluye el compromiso de “impulsar reformas normativas” para garantizar esas exhumaciones.

ICV entiende que el Gobierno acepta estudiar la reforma de la Ley de Memoria Histórica, pero fuentes del Gobierno aseguran que sólo se prevé la aprobación de una orden ministerial que garantice que las comunidades cumplen con las exhumaciones.

Según Herrera, “hoy el Congreso dirá que el juez Garzón no puede ser incriminado” por perseguir los crímenes del franquismo.

El texto pactado señala que “el ordenamiento jurídico vigente en España obliga, de modo indudable y suficiente, a la persecución de los crímenes contra la humanidad y de genocidio, en los términos y con el alcance recogido, entre otros, en el Pacto Internacional de los derechos Civiles y Políticos, en el Convenio para la sanción del genocidio y en resto de la legislación nacional e internacional que nuestra Constitución recoge y ampara”.

Añade que “el Congreso muestra su respeto a los jueces y tribunales de la jurisdicción ordinaria, al tribunal Constitucional, al Tribunal Europeo de derechos Humanos y al resto de tribunales internacionales legítimamente constituidos”.

Y se insta al Gobierno a “transformar y potenciar la oficina para las Víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura, son sede en el Ministerio de Justicia, para que, además de su función de atención y asesoramiento a los ciudadanos, asuma la dirección y coordinación de todas las políticas públicas vinculadas a la aplicación de la Ley de memoria histórica, tanto en el seno de la Administración general del estado, como en las relaciones con las demás admninistraciones públicas competentes”.

Añade que el Gobierno debe “garantizar la responsabilidad pública e institucional en las labores de localización, exhumación e identificación de las fosas o enterramientos de las víctimas del franquismo, así como la divulgación de los resultados, pasando a ser esta una política pública e institucional garantizada por el conjunto de Administraciones y por la Administración General del Estado con carácter subsidiario. Para ello se impulsarán las reformas normativas necesarias”.

Concluye instando a “conmemorar de forma solemne la declaración del Congreso de condena expresa de los diputados al régimen franquista y de apoyo a las víctimas del franquismo”.

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El Senado libra al Gobierno de asumir las exhumaciones

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“Garzón es el último exiliado del franquismo”

Familiares de víctimas del franquismo creen que el juez se va a La Haya como “refugiado político” para huir de la persecución

NATALIA JUNQUERA El País11/05/2010

Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, considera que el juez Baltasar Garzón se ha convertido en “el último exiliado del franquismo”, al conocer la noticia de que ha pedido su incorporación al Tribunal Penal Internacional como consejero. Para la asociación se trata de “una solución para el conflicto generado por el Tribunal Supremo, que ha perseguido al juez hasta hacerlo renunciar a la posibilidad de defenderse y convertirlo en un refugiado político en La Haya”.

La asociación que asiste a los familiares de las víctimas del franquismo considera la marcha de Garzón como una “amputación a la justicia española”. “Que el único juez que se ha atrevido a investigar estos crímenes se tenga que marchar de España es un estrechamiento de la democracia”, opina Silva. El colectivo cree que es “un hecho de extrema gravedad como precedente para otros jueces que intenten investigar los crímenes del franquismo”.

“Es probable que dentro de la Audiencia Nacional o del Tribunal Supremo se haya llegado a un acuerdo para buscar una vía que no le lleve al banquillo”, asegura la asociación, que opina que “la imagen de Garzón sentado en el banquillo de los acusados por investigar 113.000 desapariciones forzadas tendría unas duras consecuencias políticas” ya que de celebrarse una vista oral, “es muy probable que pasaran como testigos en el juicio contra Garzón algunos de los principales exponentes de Derecho Penal Internacional y sus declaraciones podrían haber continuado evidenciando la persecución política que se le ha hecho al juez y denunciado la parcialidad del Poder Judicial español en su desamparo a las víctimas de la dictadura franquista.

Concentración frente al Congreso

Por otra parte, respecto al acuerdo entre PSOE y IU-ICV para que el Gobierno se comprometa a asumir la exhumación de fosas, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica espera que sea “por fin la solución a las familias de los desaparecidos” y recuerda que muchos familiares han muerto sin haber recibido “ayuda del Estado” para localizar a sus seres queridos enterrados en cunetas desde que en diciembre de 2007 se aprobó la ley de memoria. Por ello, solicitan al Gobierno que cree “con urgencia” una “oficina central de atención a los familiares de los desaparecidos y no un laberinto en el que las víctimas tengan que pelearse con una administración autonómica para ir luego en busca de la ayuda del Estado central”. La asociación añade: “La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega no puede pretender que los familiares tengan una bronca política con las comunidades del PP”.

Esta tarde familiares de víctimas convocados por la Plataforma contra la impunidad del franquismo se concentrarán frente al Congreso para pedir al Estado el empujón definitivo a la ley de memoria, la búsqueda de desaparecidos y la investigación de los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y la dictadura.

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VergaraPúblico – 12/05/2010

En torno a la Memoria Histórica: la Transmisión de Resentimientos y la Construcción de una Cultura de Paz

La Universitat de Barcelona organiza este verano un curso de especialización titulado “En torno a la Memoria Histórica: la Transmisión de Resentimientos y la Construcción de una Cultura de Paz” este verano. El curso vale tres créditos y es de modalidad online, así que no hace falta siquiera viajar hasta Cataluña. Si os interesa, podéis ver la información completa del curso en la siguiente página:

www.complementaria.il3.ub.edu/tpv/cursos/es/200.pdf

A guerra, a vaca e o primeiro avión

MANUEL RIVAS El País – 07/05/2010

Había un ruxerruxe inquietante. Unha alarma que aparecía na sombra oblicua da tipografía das noticias.

Os dous avós sentiron de perto as gadoupas da cacería humana que se desatou co triunfo do golpe. Un estivo nas portas da morte e outro andou un tempo, canda algúns compañeiros, fuxido no monte.

Pero todo o que eu lles oín verbo da guerra foron dúas historias nas que falaban os paxaros. Dous agoiros asociados á natureza. E por mor deles, ambos os dous souberon con algunha certeza o que ía pasar antes de que pasara.

A comezo daquel mes de xullo, Manuel Barrós, o avó de Corpo Santo, volveu un día a casa apesarado e silandeiro, el que era tan animoso e falador. Non lle prestou comer. E non recuperou o espírito até que rompeu a falar e contou o que acontecera. Nunha corredoira, o combate de dúas bubelas. Dúas bubelas? Vaia, ho! Non era a cousa para tanto. A verdade é que el vira moitas veces pelexas de animais, o desafío dos machos, mais nunca sentira un arrepío semellante. As dúas bubelas peteirábanse a morte. O avó tentou espantalas, mais non facían caso dos berros nin da ameaza dun fungueiro. Aquelas pequenas aves converteran todo o seu corpo nun arma. Todo o seu ser nunha pulsión de morte. E meu avó decidiu afastarse do lugar do horror. Interpretou aquilo como unha derrota da natureza toda. El, que non era nada supersticioso, dixo: “Algo terríbel vai pasar”.

Na outra historia, na de meu avó paterno, a presenza dun ave era máis ben fonosimbólica. Unha mañá moi cedo, por aquelas mesmas datas, Manuel Rivas, carpinteiro, de Sigrás, ía camiño do traballo subido con outros moitos obreiros no remolque dun camión. Ía unha brétema moi mesta, que o camión furaba a modo. Despois dunha curva, xurdiu pola beira da estrada, como unha aparición, un cura de sotana. Era un ser corpulento, e ademais do saión, leva un gran sombreiro negro de ala plana e redonda. Os obreiros, sorprendidos no abrente, ollaron en demorado travelling para o aparecido, que ía ficando atrás. Até que un deles, un mociño, imitou dende o remolque o grallar dun corvo carnazal:

-Groc, groc, groc!

Houbo risos pola brincadeira, pero entón aínda tiveron tempo para oír a voz tronante:

-Ride, ride! Xa riremos todos a mediados de mes!

E meu avó, despois de lembrar aquel episodio, murmuraba como quen descifra de súpeto e abraiado un enigma histórico: “Sabíao! Aquel cura sabía o que ía pasar!”. Sempre me impresionou o potencial dese relato: alguén que é posuidor dun alto segredo, vai e descóbreo por mor dunha burla infantil.

Manuel, o de Sigrás, estaba afiliado ao Sindicato. E dicir sindicato nas Mariñas coruñesas era dicir CNT. Participou na longuísima folga para acadar a xornada laboral de oito horas. E cando mencionaba esa loita, un brevísimo inserto no silencio, volvía a refulxir dende o pouso do iris un melancólico orgullo libertario.

A diferenza do avó labrador, que ás veces falaba só cunha elevación feiticeira, estoutro avó carpinteiro era de moi poucas falas. Mellor dito, expresábase cun morse de silencios. E os seus únicos allegros eran o doce xúbilo das ferramentas e da madeira. Unha vez lin un texto que falaba das calidades máis valoradas nos obradoiros de pintura de Flandres: “A ollada fértil, a man sincera”. Eran dúas condicións que partillaban o labrador, o carpinteiro e a costureira. Porque a avoa, Dominga, era costureira e bordadora. Tiveron tres fillas e un fillo, o que sería meu pai, que foi nacer en Zamora e nun día de neve, cando meu avó traballaba no camiño de ferro para o tren a Galicia. Así que a crianza tivo sorte: o primeiro son que puido ir foi o do pai facendo o berce.

As cousas complicáronse despois. Co último parto, na costureira manifestaríase unha doenza que acabaría amolándoa para sempre, por máis que resistiu. O peor para unha familia obreira, na fame de posguerra, é que non había nin traballo nin terra. Ás nenas coidábanas as tías. Dúas delas, solteiras, moi delicadas e cun gusto exquisito, servían en Coruña e converteran a súa casiña nunha auténtica casiña de bonecas. O destino de meu pai foi ben diferente. Era algo así como un pequeno bravú. Case non puido ir á escola. Para que comese, mandárono a vivir cos avós, que eran labradores, a lindar vacas. E ese foi o seu traballo durante anos. Ir de mordomo das vacas.

Un día escoitou un ruído tremendo no ceo. Era un avión bimotor. Parecía que xusto ía aterrar alí. Meu pai contaba que estaba tan perto que lle podía ver a cara ao piloto. El miraba para o piloto e o piloto para el. E a mesmo curiosidade tivo a vaca. Verlle a cara ao piloto. Meu pai ergueu a cabeza e a vaca tamén. E a punta do corno xusto foi dar na coviña do maxilar inferior, onde lle quedou unha ben torneada cicatriz.

Xa de maior, ás veces dicíanlle que unha cicatriz así facía máis interesante a un home. Preguntábanlle como se fixera esa coviña, estilo Robert Mitchum. E meu pai respondía con precisión histórica: “Foi entre unha vaca e un avión!”.

En guerra con El Corte Inglés

DIEGO A. MANRIQUE El País – 10/05/2010

El boom de las biografías de rock también se manifiesta en España. Tras debutar con El chico de la bomba, Loquillo publica Barcelona ciudad (Ediciones B), crónica de sus vivencias en los setenta, década aquí alargada hasta el 23-F.

En nuestro rock, nadie se trabaja la automitificación como José María Sanz. Muchos de sus recuerdos nos suenan: forman parte del andamiaje que sostiene su leyenda. Más problemática resulta ese ansia por aportar gravitas a sus andanzas, insertándolas en el marco político-cultural. Imposible evitar un respingo ante esta pincelada de 1976: “Descubrimos la verdadera cara del comunismo leyendo Archipiélago Gulag, del escritor Alexandr Isáievich Solzhenitsin, que ganó el Premio Nobel y es de edición y lectura obligada”. Aún aceptando que Loquillo -en cuya casa abundaban las novelas de Sven Hassel- leyera Archipiélago Gulag a los 16 años, asombra que le sirviera para descubrir las maldades soviéticas, habida cuenta de que se supone que familiares suyos militaron en la CNT y el POUM. En realidad, le preocupaba más maquearse que cualquier ideología: consigue su primera chupa de cuero en un almacén que vende uniformes de la Guardia Civil. Su coartada: la Benemérita se mantuvo leal a la República.

Pero ¿quién puede resistirse a embellecer un autorretrato? En otras páginas, sí que reconoce torpezas adolescentes en relación con el sexo, en contra de su imagen actual de ladykiller. Una vez despojada de sus afeites, Barcelona ciudad es la historia de un pillo, que busca y aprovecha las oportunidades, convirtiéndose en radiofonista, periodista, figurante televisivo y cara conocida de la Barcelona de la Transición, aun antes de grabar un disco.

Su argumento central: aquella fue una ciudad excitante, eventualmente castrada por Pujol. Se trata de una ocurrencia sobrevenida: en realidad, él también rechaza a los disidentes de la norma nacionalista, fueran marginales (los quillos rumberos de periferia) o burgueses renegados (el clan Zeleste). Fascinado por la contracultura estadounidense, Loquillo se ofende -“no es eso, no es eso”- cuando se encuentra con sus equivalentes autóctonos. Detesta a los hippies locales y sabotea conciertos montados por el PSUC.

Mejor no pedir coherencia a Barcelona ciudad. Pero el libro ofrece la descripción impagable de un momento único, una de esas confrontaciones que muestran la grandeza y el absurdo de las subculturas juveniles. Hacia 1978, con el éxito de Grease, el rock and roll es tendencia de temporada. Y El Corte Inglés ofrece, en su planta joven, la “moda rock and roll”. Allí se presentan los rockers barceloneses:

“Le largamos un discurso al responsable del lugar del sacrilegio. El pobre señor Pinto no entiende por qué nosotros, que vamos anunciando lo que él vende, le soltamos toda clase de improperios. Kaki toma la iniciativa y con su peculiar azento inicia la cruzada:

-Ustedes no tienen derecho a vendé un eztilo de vida.

-Sólo es una moda, cálmate, muchacho.

-Si venden un estilo de vida, inviertan en un local de rock and roll, identifíquense con lo que anuncian, ¡coño! (Sí, el de la visión de negocio soy yo).

-Para nosotros sólo es una moda -insiste el señor Pinto.

-Pues bien, le damo unoz diez diaz de margen y zi no retira zus escaparates volveremo y lo haremo nosotros mismo… Queda advertido -zanja el Kaki.

“Con dos cojones, sí señor, unos niñatos amenazando a El Corte Inglés. Y sucede lo inevitable: una maraña de tipos de uniforme aparece de improviso, dando lugar al clásico enfrentamiento entre un nutrido grupo de rockers que defienden apasionadamente su lugar en el mundo y el poder establecido, que como siempre pretende arrebatárselo”.

Sirva como recordatorio del arrojo y la ingenuidad de los rockers, quizás uno de los movimientos juveniles menos comprendidos. El texto de Loquillo da pistas sobre los motivos: de visita en Madrid, se salva de una agresión facha -pijos con pistola- por la intercesión de un famoso rocker local. Al otro extremo político, hoy sabemos que algunos defensores de la estética rocker han terminado, en su obsesión por la “autenticidad”, identificándose con los “hombres de acción” de 1936 que, en el bando republicano, cultivaron las infames artes del paseo y el saqueo.

CFP: La memoria novelada

PRIMERA CIRCULAR – CALL FOR PAPERS

Simposio internacional “La memoria novelada: Hibridización de géneros, interdiscursividad y metaficción en la novela española actual

Aarhus (Dinamarca), 18,19 y 20 de noviembre de 2010.

Estimados colegas:

El Departamento de Español del Instituto de Lengua, Literatura y Cultura de la Universidad de Aarhus, se complace en comunicarles que queda abierto el plazo de recepción de comunicaciones para poder intervenir en el simposio internacional que tendrá lugar en nuestra Universidad en el mes de noviembre del presente año.

El núcleo sobre el que girarán las propuestas científicas que pueden aportar tiene como referencia la novela española actual y los caminos que a través de ella nos permiten realizar un análisis de la memoria histórica española antes, durante y después del franquismo. No obstante, con el objeto de establecer vínculos pertinentes con otros discursos narrativos, las comunicaciones también están abiertas al campo de las reflexiones entorno a las producciones cinematográficas y a las manifestaciones literarias en red (especialmente publicadas a través de blogs).

Para tener una información más detallada sobre el simposio (programa preliminar, finalización del plazo de recepción de comunicaciones, inscripción, etc.), les remitimos a la siguiente página web: http://memorianovelada.au.dk/.

Por último, les rogamos que tengan la amabilidad de difundir el evento que estamos organizando entre su red de contactos académicos o de personas interesadas en el tema.

En caso de que necesiten algún tipo de indicación complementaria, no duden en escribirnos al siguiente correo electrónico: memorianarrada@hum.au.dk. De igual manera, pueden llamarnos a los siguientes números de teléfono: (+45) 89426451 (Hans Lauge Hansen, director del simposio) o (+45) 89426450 (Juan Carlos Cruz Suárez).

Muy atentamente les saluda,

El comité organizador
Hans Lauge Hansen
Ana Bundgaard
Juan Carlos Cruz

Los españoles, a favor de investigar los crímenes del franquismo

Tres de cada cinco ciudadanos no quieren que queden impunes los delitos de la dictadura

Público – 10/05/2010 01:26 Actualizado: 10/05/2010 06:51

España demanda que se investiguen los crímenes cometidos durante el franquismo. Tres de cada cinco ciudadanos no quieren la impunidad del régimen. La conclusión, rotunda, la arroja el último Publiscopio, realizado sobre la base de 800 entrevistas entre el 3 y el 5 de mayo, apenas una semana después de las multitudinarias manifestaciones que recorrieron las calles del país a favor del castigo judicial a la dictadura y en defensa del magistrado Baltasar Garzón.

En concreto, el 59,2% de los consultados “está de acuerdo” con que se investiguen los crímenes políticos de Franco que han quedado impunes. A ello se opone un 26,9%. Otro 14% prefiere no opinar.

La exigencia de que se abra una causa contra el régimen ha calado hondamente entre los socialistas. Hasta un 75% de los votantes del PSOE se manifiesta a favor, y sólo un 14% se dice contrario.

Los socialistas, con el juez

El PP y su líder nacional, Mariano Rajoy, han subrayado su rechazo frontal a que se pueda enjuiciar el franquismo. Sin embargo, sus electores, a tenor de los datos del Publiscopio, no lo tienen tan claro: un 34% de los votantes conservadores sí quiere que se indague el horror del régimen, y otro 53% lo cree inconveniente.

Son los jóvenes de 18 a 29 años los que se expresan más partidarios de juzgar el franquismo. Un 70% está de acuerdo. El apoyo decrece en cambio conforme aumenta la edad. Así, entre los mayores de 60 años, sólo respalda la persecución judicial un 45%.

La encuesta descubre otro dato incontestable: el apoyo de la mayoría de los españoles a Garzón. Un 58,1% no está de acuerdo con que el Tribunal Supremo (TS), a instancias del juez instructor, Luciano Varela, haya decidido procesarle por haber cometido una presunta prevaricación al haberse atrevido a encausar los crímenes franquistas. Un 21,9% sí cree pertinente que se le siente en el banquillo.

De nuevo, se observan fugas en las filas conservadoras. Aunque un 52% de los electores del PP defiende el proceso al juez de la Audiencia Nacional como hace la cúpula del partido, otro importante 31% se manifiesta contrario.

Entre los electores socialistas prima la cohesión: un 75% no está de acuerdo con la decisión del TS, frente a un 8% que la avala. Asimismo se constata que los jóvenes son los más concienciados: hasta un 64% de los encuestados entre los 18 y los 29 años censura que se vaya a juzgar a Garzón.

La norma se conoce más

El Publiscopio también recoge la valoración ciudadana acerca de la Ley de Memoria Histórica, como ya hizo en octubre de 2007, dos meses antes de que las Cortes ratificaran definitivamente la norma. En menos de tres años, ha aumentado 7,5 puntos el apoyo a la misma y la concienciación social. Si en octubre de 2007 un 34% se mostraba de acuerdo con la ley, en 2010, ese porcentaje sube al 41,5%.

El índice de rechazo baja, y pasa del 27,6% al 27,3%. Una variable que sí evoluciona es el volumen de sondeados que confiesa no saber nada sobre la ley. En 2007, se cifró en un 38,5%. Hoy, en el 31,3%.

La ley gusta más a los consultados con edades comprendidas entre los 30 y los 59 años. Y convence al 59% de los votantes del PSOE. Entre los electores del PP, es llamativo que un 22% defiende las líneas maestras de la norma.

Múltiples indicadores refuerzan la idea de que la Ley de Memoria ha generado mayor aceptación. Por ejemplo, cuando se pregunta si se respalda “que se eliminen los símbolos conmemorativos de la Guerra Civil y de la dictadura”. El 51,1% responde que sí, que lo apoya. Tres años atrás, estaba a favor un 44,7%.

Otro abultado 62,4% secunda que se concedan ayudas a los represaliados por Franco, frente al 53% que lo creía oportuno cuando se aprobó la norma. Esta medida también cuenta con el plácet de un 47% de los votantes del PP.

Igualmente crece el porcentaje de los que juzgan conveniente que se condene la dictadura: pasa del 52,4% al 57%. Sólo se contrae el número de los que aprueban que se declaren “ilegítimas” las condenas de los juzgados franquistas por causas políticas, del 49,1% de 2007 al 41,4% de hoy.

A favor de exhumar las fosas

Vista la ley con perspectiva, un 47,5% cree que sí ha “fomentado el odio y la división entre los españoles”, mientras que un 39,5% juzga lo contrario. Son también más, en cambio, hasta un 38,1%, los que entienden que la norma no “se ha quedado corta”. La afirmación suscita controversia entre los votantes del PSOE, ya que en su mayoría (un 39%) tacha la ley de insuficiente.

El Publiscopio se cierra con otra cifra de apoyo a la memoria histórica: un 64,5% pide al Gobierno central que ponga los medios para que se saquen los cadáveres de las fosas franquistas. Rechaza la intervención del Ejecutivo un 24,8%.

La contradicción en el PP emerge otra vez: un 49% de sus electores reclama que se exhumen los restos. Un 40% de ellos no lo cree sensato. Los votantes socialistas lo tienen mucho más claro. Casi un 80% considera necesario que el Gobierno aborde la cuestión.

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VergaraPúblico – 10/05/2010

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El retorno a Mauthausen del preso 4.100

Público’ recorre el campo nazi junto al superviviente español José Alcubierre en el 65 aniversario de su liberación

DIEGO BARCALA – Público – 08/05/2010

La cantera era un lugar temido por los presos del campo, que  cargaban piedras de hasta 15 kilos.

La cantera era un lugar temido por los presos del campo, que cargaban piedras de hasta 15 kilos.Amical Mauthausen. Museu d’ Història de Barcelona

Como un ritual, José Alcubierre (Barcelona, 1925) recorre el muro de las cocheras del campo nazi de Mauthausen (Austria) tocando las piedras. “Cualquiera la pudo poner mi padre”, dice. Camina hasta la entrada principal donde una inscripción que ya no existe daba la bienvenida a los presos: Arbeit macht frei (“El trabajo rinde la libertad”). Al otro lado de la puerta es cuando José vio por última vez a su padre, Miguel. Se lo llevaron a la temida cantera del campo donde casi nadie sobrevivió. “Le abracé y le dije: Cuídate bien, papá’. Duró seis meses”, llora Alcubierre.

Las tropas de EEUU liberaron Mauthausen un 5 de mayo de hace 65 años. De las más de 100.000 personas exterminadas, cerca de 7.000 eran españolas. Republicanos sin patria para los alemanes, que les marcaron con un triángulo azul de “apátridas” con la S de Spanier (español). A diferencia de los españoles de otros campos, en Mauthausen no les ficharon con el triángulo rojo que identificaba a los políticos. Sin embargo, pocos grupos de reclusos eran tan políticos como los republicanos cuya militancia antifascista les llevó del exilio en 1939 al Holocausto nazi un año después. Franco fue consultado desde Berlín sobre los miles de deportados capturados en Francia. Una escueta nota enviada por el Ministerio de Exteriores dirigido por Serrano Suñer se desentendió de “los rojos”.

José llegó junto a su padre a Mauthausen desde Angulema, al sur de Francia, en un vagón de “ocho caballos y 40 personas”, el 24 de agosto de 1940. En ese momento se convirtió en un número, el 4.100, que lleva colgado del cuello junto al 4.128 de su padre. “Estuvimos tres días viajando sin comer. Cuando llegamos nos tuvieron siete horas encerrados, nos bajaron y le dije al SS con los dedos que tenía 14 años. En realidad tenía 15, me quité uno, pero dio igual. Me empujó camino de la cuesta que llevaba al campo. Allí, lo primero era desnudarnos y, aunque era verano, después de la ducha fría estábamos helados. Luego nos rapaban el pelo de todo el cuerpo, incluidas las partes, y nos rociaban para desinfectarnos”, recuerda.

El primer año murieron cerca del 65% de los 9.000 presos españoles. La brutalidad del trabajo y las condiciones de vida eran tales que los nazis no necesitaron la cámara de gas para el exterminio: les obligaron a construir la enorme fortaleza con el granito de la cantera de Wiener-Graven. Hasta 1.500 presos subían a diario los 186 escalones que separaban el yacimiento del campo, cargados con piedras de hasta 15 k. Las palizas de las SS eran suficiente tortura, pero el sadismo nazi era ilimitado. “Cada noche esperábamos a que fusilaran entre 12 y 15 yugoslavos para entrar al barracón”, destaca Alcubierre. Los fusilamientos se unían a las inyecciones de gasolina en el corazón, el ahorcamiento o la asfixia. Cerca de 300 españoles murieron en el cercano castillo de Hartheim por no ser aptos para trabajar. En ese recinto fueron aniquilados 30.000 disminuidos e incapacitados para servir al III Reich.

“Pasado el primer año, estábamos relativamente bien. Es así, no quiero contar mentiras. Los jóvenes, los puchaca [mote de los españoles jóvenes empleados por la empresa Porschacher] éramos enchufados”, describe Alcubierre junto a una litera de madera donde dormían tres personas por piso. “Yo dormía con Rafael Álvarez y Jesús Tello, pero se dormía en el suelo. Siempre he sido un enchufado”, ironiza Alcubierre.

El barracón reconstruido gracias a la labor de asociaciones de deportados como la Amical de España, huele hoy a barniz. Sin embargo, Alcubierre tuerce la nariz cuando recuerda el olor original. “Las cenizas del crematorio eran fortísimas. Eso es imborrable. Nunca lo llegamos a ver, pero sabíamos que existía. Veíamos un carro con cuerpos desnudos y se te encogía todo. Una cabeza, un brazo, una pierna… terrible”.

Olor a carne quemada

Atenta a la explicación se encuentra la hija de una víctima del campo, Bibiana Fuentes, que interrumpe: “Lo pintas bien, pero los primeros meses fueron más duros”. José se pone serio: “Un día nos mandaron a formar a 300 españoles. Por aquel entonces trabajaba en la cocina. Vino el jefe y nos separó a tres: Fernando Pindado, Rafael Álvarez y a mí. Me preguntó de dónde era. Le dije que de Barcelona y me dijo: “¿Qué me harías si me vieras allí?” No sabía qué decir y entonces me dio una paliza que me dejó baldado”.

El olor a carne quemada es lo que más sorprendió a los soldados americanos del general Patton. “Entramos al campo y vimos todos cuerpos apilados muertos. El general mandó a los vecinos del pueblo cavar para enterrarlos y decían que no sabían nada de lo que pasaba dentro. Es imposible, ese olor, tantos años, no puede ser”, dice el soldado George Sherman, de visita en Mauthausen por la conmemoración de la liberación.

Alcubierre pasó tiempo sin contar sus recuerdos pero una herida le da la rabia suficiente como para volver al campo cada mayo: la muerte de su padre. “Se lo llevaron a Güsen [anexo a Mauthausen] y no lo volví a ver. Un camarada me contó cómo murió el 24 de marzo de 1941. Llevaba con dos compañeros mañicos como él un carro, cuando cayó sin fuerzas. Los kapos polacos [jefes de prisioneros designados por las SS entre los propios presos] le pegaron con picos. Le protegieron, pero los mataron a los tres puntapiés. Cuando era joven pensaba en Mauthausen pero seguí con mi vida. Ahora sé que los recuerdos me dejarán varias noches sin dormir”, concluye.

El Gobierno homenajea a las víctimas españolas del holocausto nazi

De la Vega reconoce a los republicanos de Mauthausen como los “padres de la Europa de hoy”

DIEGO BARCALA – Público – 09/05/2010

Los supervivientes españoles del holocausto nazi (cuatro de ellos presentes en el acto) recibieron, en el 65º aniversario de la liberación del campo de concentración de Mauthausen, el homenaje de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, como “padres de la Europa de derechos y libertades actual”. La presencia del Gobierno reconoce como parte de la memoria histórica española el drama vivido por los cerca de 10.000 republicanos antifascistas que, tras el exilio de 1939, acabaron en los campos de exterminio alemanes. El olvido de los 7.500 que murieron en aquella barbarie entre 1940 y 1945 es tal que el monumento de homenaje a los españoles en Mauthausen está en el recinto de los franceses y lo pagaron en 1962 los propios deportados.

“Aportamos lo que pudimos. Yo en aquella época no tenía gran cosa, pero gracias a que el arquitecto francés que nos lo hizo no cobró, pudimos pagarlo”, recuerda el superviviente José Alcubierre (Barcelona, 1925). A sus 85 años cree que será la última vez que revivirá in situ el horror de su adolescencia. Junto a él, su compañero Ramiro Santiesteban, con el que se abraza con el cariño de quien compartió las palizas de las SS y el hambre de “un caldo asqueroso”. “No me lo comí el primer día de cómo olía, pero al tercero entendí que no había otra cosa”, rememora.

Testigo ante la Audiencia

Santiesteban recuerda cómo acudió el pasado año a la Audiencia Nacional citado como testigo por una denuncia contra tres oficiales de las SS que aún viven en libertad. “La prensa dijo que no había reconocido a nadie, pero no es cierto, sólo me enseñaron unas fotos generales del campo”, puntualiza.

De la Vega destacó el “orgullo” que los jóvenes deben sentir de los deportados en Mauthausen. Las víctimas del nazismo, del fascismo y del franquismo “no han sido ni serán víctimas del olvido. Lucharon contra el fascismo, contra el imperio de la intolerancia y el odio. El Gobierno no dejará que su lucha caiga en el olvido, que es la peor de las mentiras”, señaló antes de presenciar el desfile de las decenas de representaciones de los más de 100.000 asesinados allí por el III Reich.

Los franceses fundaron la Amical Mauthausen (Amigos de Mauthausen), que hasta 1979 no fue legal en España. Un grupo de jóvenes de institutos franceses cantaron Ay Carmela ante los familiares de las víctimas españolas después de que esos mismos jóvenes hicieran lo propio con La Marsellesa en el monumento francés.

“Yo no tomé conciencia de que los españoles y catalanes habían formado parte de los campos de exterminio nazis hasta mediados de los años 70. Leí el libro de Montserrat Roig y me abrió los ojos. La principal novedad de este año es la gran cantidad de gente joven que ha venido”, explicó el conseller de Interior de la Generalitat de Catalunya, Joan Saura.

“Estuve en un campo de trabajo y me preguntaba qué ocurrió para que el ser humano llegase a ese límite. Había una crisis económica y un brote de xenofobia fuerte en Alemania y Europa. Es importante que no se olvide eso. Y pido, especialmente a la derecha, que no caiga en la tentación de aprovechar una situación de crisis para aprovecharse de la xenofobia”, añadió el conseller.

Los discursos se pronunciaron en la explanada, junto a la cantera del campo de concentración donde los 186 escalones construidos por los españoles vieron correr sangre durante cinco años. “Nos aplauden mucho porque saben que los españoles fuimos los primeros en venir. Construimos el campo”, recuerda Alcubierre.

El desfile de la delegación española cerró con El vito, una canción popular andaluza recopilada en un poemario de Federico García Lorca. Fue la alternativa española al himno de los pantanos de los deportados alemanes y al Bella ciao que entonaron los italianos.

Antes del desfile, en el monumento republicano, la joven austriaca Carmen Martínez, nieta de un superviviente español afincado en Austria, leyó un episodio del diario de su abuelo. “Uno de los presos polaco fue llamado por un SS. Le quitó la gorra y la lanzó contra la alambrada. Cuando el prisionero fue por ella le disparó. Eso le fue recompensado al guardia con ocho días de descanso y un paquete de cigarrillos”.

La difícil tarea de conciliar los símbolos

La bandera que representa a los españoles en Mauthausen, que comparte lugares de honor con la británica, la polaca, la francesa y demás deportados, es la tricolor republicana.
En 2005, contando con la presencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la Amical y los responsables de Moncloa acordaron colocar las dos banderas: la republicana y la monárquica. Aquella situación indignó a uno de los supervivientes, que con 75 años no dudó en intentar trepar para arrancar la bandera monárquica.La principal asociación en representación de las víctimas es Amical, que hace tiempo que asume que la bandera actual de España debe formar parte del acto oficial en presencia de los miembros del Gobierno. Sin embargo, los descendientes de deportados que viven en Austria protestaron por la presencia de la enseña constitucional. El olvido al que fueron sometidos los españoles apátridas a los que Franco despojó de nacionalidad todavía pesa en la generación de hijos de supervivientes que no pudieron volver nunca a España.Es el caso de Silvia Cueto, nieta de Víctor Cueto, que protestó por la bandera “monárquica”. “Se pone por puro oportunismo político y así se olvida su legado”, declaró. Otros deportados, como Ramiro Santiesteban, asumen la presencia de la republicana junto a la constitucional como una “normalización del paso del tiempo”.