El autor favorito de Mitterrand

Rescatada la obra de Gómez Arcos, escritor español – Censurado por Franco, triunfó en el exilio

TEREIXA CONSTENLA El País31/03/2010

Agustín Gómez Arcos, durante una visita a España en 1994.- SANTOS CIRILO

Cada nueva novela se recibía con un viejo ritual: la visita del chófer del presidente de la República al domicilio del escritor para recoger un libro dedicado. François Mitterrand admiraba a aquel autor español que escribía en francés: Agustín Gómez Arcos (Enix, Almería, 1933-París, 1998), que triunfó en su voluntario exilio en Francia y fracasó en España, arrinconado en la esquina de los malditos.

Contra esa marginación pugna la editorial Cabaret Voltaire desde 2007, cuando publicó El niño pan (traducción de María del Carmen Molina Romero), al que siguieron El cordero carnívoro (2008), Ana no (2009) y, ahora, La enmilagrada (traducciones de Adoración Elvira Rodríguez). Gómez Arcos murió tras haber publicado 14 novelas en francés, haber sido finalista del premio Goncourt con dos obras -la editorial catalana publicará una de ellas, Escena de caza (furtiva), el próximo año-, haber sido condecorado con la Orden de las Artes y las Letras francesas con grado de caballero (1985) y oficial (1995) y ser estudiado en los liceos. Murió, en suma, como un escritor prestigioso y fue enterrado en el cementerio de Montmartre.

En España estaba muerto hacía mucho tiempo. Muerto para la cultura: sólo dos obras habían sido traducidas al español, Un pájaro quemado vivo (Debate, 1986) y Marruecos (Mondadori, 1991). Muerto en Enix, el pequeño pueblo de Almería que ya ni le recordaba y donde había nacido en una familia numerosa represaliada por su republicanismo. Muerto en Barcelona, la ciudad a la que se habían mudado tras la posguerra y de la que desapareció un buen día para abandonar los estudios de Derecho y consagrarse al teatro. Muerto en Madrid, donde brilló como dramaturgo (escribió 15 obras y ganó el Premio Nacional Lope de Vega en 1962 y 1966) y se estampó contra la férrea censura franquista.

Gómez Arcos había muerto incluso cuando Franco ya se había muerto. Eso era lo que más le enojaba. En 1985, en una visita a Madrid, con los socialistas en el Gobierno y a pesar de su buena relación con Felipe González y del estreno teatral de algunas de sus obras, lamentaba: “Me han cerrado todo con el mismo estrépito con que lo hizo el franquismo. Los políticos españoles han dejado sin contenido a la palabra libertad. Se pueden leer y ver obras en las que los personajes dicen tacos, muestran las tetas y se drogan. Pero en lo que respecta a la política, hay una censura feroz”.

“Siempre fue un outsider que no aprovechó su éxito, pero a pesar de la parte cínica y la mala leche, le hubiera gustado ser reconocido en España”, defiende Antonio Duque, el actor que alimentó durante 40 años su amistad con el escritor. Se habían conocido en el café Gijón y se convirtieron en inseparables. En Madrid compartieron piso con Miguel Narros, pero luego Duque arrastraría a Gómez Arcos a Londres y, en pleno 1968, a París. “Llegar y echar a correr todo fue uno”, bromea el actor. Antes de irse, Gómez Arcos le escribió una carta a Manuel Fraga, a la sazón ministro de Información y Turismo, para quejarse del ninguneo que sufrió. Demasiado radical para la dictadura, pero también demasiado radical para la Transición, donde aún no había espacio para la memoria histórica que impregna la obra de Gómez Arcos, anticlerical, izquierdista y homosexual. “En aquel momento, España no quería mirar atrás y él no lo entendía porque ya había democracia”, precisa Miguel Lázaro, coeditor de Cabaret Voltaire. Atrapado en esa relación ambigua con su país de origen, Gómez Arcos visitó con cierta frecuencia España en los noventa. Recibió algún reconocimiento tímido, pero los temas de sus obras estaban lejos de interesar en un momento en que el pasado seguía acechando sobre los cogotes. Su peripecia era atípica: pastor, estudiante modélico, prometedor dramaturgo, camarero buscavidas en Francia y profeta en tierra extraña, capaz de doblegar una lengua ajena como si fuera propia. Escribía sobre incestos, derrotados, homosexuales, luchadores y represiones.

Miguel Lázaro cree que la carga biográfica pesó como una losa sobre su vida y su literatura. “Cuando acaba la guerra tiene seis años y ve las consecuencias para su familia, cómo se cambia del tiempo de ilusión en que su padre era el alcalde republicano y su madre la panadera a otro de encarcelamientos y penurias”, compara. Esa transición es patente en El niño pan, tan autobiográfica que causó una sublevación en su pueblo natal, Enix, cuando se publicó hace tres años. “No cambia nada, usa los nombres y los motes reales de familias que siguen allí”, afirma Lázaro. Molestó tanto que se recogieron numerosas firmas para pedir que le retirasen su nombre a una calle y el nombramiento de hijo predilecto. El destino de los malditos.

Tertsch: “Hablando de asesinos… Carrillo, héroe del zapaterismo guerracivilista”

En un artículo sobre ETA, el periodista ataca al ex líder del PCE sin tener nada que ver con el tema de su escrito

El periodista Hermann Tertsch, ingresado tras una agresión

El periodista Hermann Tertsch. EFE/Archivo – EFE

Público – 30/03/2010 09:48

Cada vez que Santiago Carrillo abre la boca, la derecha le saca las garras . Da igual los años que lleve retirado de la política activa, siguen lanzando furibundos ataques contra el ex secretario general del PCE. Esta vez, de nuevo, ha sido el periodista Herman Tertsch quien lo alude como “asesino” y “héroe del Zapaterismo guerracivilista”.

En un artículo en el periódico ABC publicado hoy, el periodista ha incrustado un último párrafo contra Carrillo en un texto cuya temática no tenía nada que ver con el ex líder comunista. Su título es Los asesinos buenos y versa sobre ETA y un nuevo supuesto proceso de diálogo, en el que Tertsch da credibilidad a las palabras de Mayor Oreja.

Después de hacer un repaso al tema desde su peculiar punto de vista, Tertsch dedica el último párrafo de su escrito a Carrillo, dando un histriónico cambio de tercio a su contenido: “Y hablando de asesinos…”, escribe refiriéndose al veterano comunista.

A Tertsch no le gustó que Santiago Carrillo, asegurara en una entrevista al Diario de Sevilla que en España no hay un partido como el de Le Pen en Francia porque el PP es capaz de aglutinar esos votos de extrema derecha. El “héroe del zapaterismo guerracivilista se lanza al cuello de la oposición y defiende a quienes lo han erigido en adalid de la mentira histórica”, asegura Tertsch.

Asegura que Carrillo sostuvo que “Rajoy es Lepen”y mantiene que sería “fácil” compararlo a él con Laurenti Beria, uno de los manos derechas de Stalin, al que se vincula con las purgas del dictador soviético. Las palabras de Carrillo fueron las siguientes: “Aquí no existe un movimiento como el de Le Pen, o la extrema derecha de Austria, por eso lo recoge Rajoy”.

Madrid, según el payés universal

Una exposición rescata el retrato implacable que Josep Pla escribió sobre la capital republicana

ABEL GRAU – Madrid – 31/03/2010

Arriba, entusiasmo popular en la proclamación de la República, el 14 de abril de 1931, en la plaza de Cibeles. Abajo, terraza de un café madrileño, en los años treinta.– ARCHIVO REGIONAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID / EFE

No se puede decir que a Josep Pla le gustara mucho Madrid. Y así lo dejó escrito. Quien es probablemente el mayor escritor catalán del siglo XX, hoy quizá sería candidato al premio a la incorrección política. Llegado como corresponsal parlamentario el 14 de abril de 1931, el día de la proclamación de la Segunda República, la capital le parecía un cúmulo de incomodidades sin ningún interés. Ahí va: la comida, “pésima”; los vinos, de “una pretensión grotesca”; ¿el cochinillo?, carne para “personas refinadas, decadentes y tristes”; ¿el teatro? “tan malo como la literatura que hacen los jóvenes”; la vida intelectual, “vacua e hiper-bólica, pasada de moda”. Casi nada.

Semejante retrato, implacable pero sin acritud, revive ahora en la muestra El Madrid de Josep Pla, en el Centro Cultural Blanquerna (Alcalá, 44) hasta el 24 de abril. En la villa y corte de Pla (1897-1981), sin embargo, no todo eran pullas. El “payés universal” -según Francisco Umbral- elogió el clima y el Prado (“Greco, Velázquez, Goya. Ver a estros tres pintores tal como se pueden ver hoy en el Prado justifican no uno, sino muchos viajes a Madrid”). Y admiró, claro, los cafés y las tertulias. Captó el ADN local: “Si uno dispone de cierta simpatía, de una pizca de picante candor, no es tan cerrada [Madrid] como parece. En cambio, Barcelona, que de entrada parece tan abierta, es mucho más difícil de penetrar”, comparaba Pla. “En Madrid, si uno dispone de suficiente simpatía, puede entrar en una u otra sociedad, aunque no tenga dinero. En Barcelona, al que no tenga dinero, por muy atractivo que sea, le va a resultar mucho más difícil”.

Sobre un plano de la ciudad de los años treinta, la exposición recorre con fotografías y textos el paso del autor por la capital. Sobre todo en los años que van desde 1931 a 1936, la etapa republicana hasta la Guerra Civil. Fruto de aquella estancia es Madrid. El advenimiento de la república (1933), su gran fresco de la urbe, de un gran valor histórico, que describe unas calles dominadas por el entusiasmo ante el nuevo régimen. La bandera tricolor que se iza en el Palacio de Comunicaciones, los tenderos (¡tan “vivarachos!”) que inmediatamente retiran toda referencia monárquica de sus carteles. Qué impresión, de madrugada, ante el Palacio Real cerrado, “a cal y canto y en la más absoluta oscuridad”, “tétrico, fantasmal, dramático”.

Conservador y alérgico a toda agitación social (“la revolución no es más que un cambio brusco del personal dirigente”), el autor de El cuaderno gris pronto se distanció del nuevo orden. No podía tolerar el violento alboroto popular. Su perplejidad es absoluta ante la quema de la iglesia del convento jesuita de la Flor, cerca de la Gran Vía. “Es francamente curioso ver al pueblo de Madrid con un churro en la boca, el ojo lleno de curiosidad, una sonrisa festiva en la cara, mirando cómo sale el humo del convento”. Muchas caras largas y tristes. “Casi me atrevería a decir que esta terrible insensatez ha gustado poquísimo en Madrid, por no decir que no ha gustado nada entre las personas conscientes, claro está”.

Observador omnívoro y digresivo vocacional, Pla teje su dietario con fragmentos en los que habla de todo. Arquitectura, política, historia, arte y costumbres. Lejos de la literatura de imaginación y apegado a los hechos, su estilo es claro y antirretórico. Si puede contar algo con una palabra, no emplea dos. Su arma, la ironía; una aguja, decía, para reventar el globo de la vanidad. Así disecciona a los políticos: el ministro de la Guerra, Manuel Azaña, “estadista, afrancesado y maquiavélico” (todo un elogio, viniendo de Pla); el conde de Romanones, “es el tipo de cazador castellano, experimentado y astuto”; el populista Alejandro Lerroux, “de distinguida arrogancia”. Miguel Maura, ministro de Gobernación, “cuando se abrocha su americana cruzada con aquellas facciones enérgicas en la cara, parece que algo importante está a punto de suceder”. Y el comandante Franco, “tímido e intrigante, el típico personaje que se pasa la vida sentado en los cafés”.

Admirador del Ateneo como foco irradiador de cultura, Pla radiografía a los literatos de la capital, como el intelectual Eugenio d’Ors (“gordo, ventripotente, considerable”, envidioso de Ortega, que era un “gran orador”), el articulista Julio Camba (“Que sería un buen embajador, está fuera de toda duda. Juega al póquer como los ángeles”) y a grandes potentados como el banquero Juan March, cuyo poder multimillonario deslumbra en las Cortes.

La tauromaquia la resultaba odiosa. “Es un espectáculo que no me gusta, porque me descubre de forma demasiado brutal el fondo psicológico que llevo dentro”. El gran prosista ejercía su temeraria tendencia a la generalización categórica (en palabras del periodista Sergi Pàmies); “la dureza del pueblo castellano se conserva y se cultiva en gran parte gracias a la fiesta nacional.”

Su Madrid -“una ciudad de aristócratas (andaluces, por lo general), de funcionarios y de tenderos”- es una ciudad moderna y en ebullición. Rival de la capital catalana (que tampoco agradaba mucho a Pla): “Hacer más que Barcelona, ser más que Barcelona -esta ha sido una de las pasiones de Madrid-. Es una pasión pueril”. A ella sólo se acude, decía, por negocios o por ambición política. Como ni lo uno ni lo otro le interesaba, se aburría. Por eso se puso a escribir su dietario: “Mi ambición es nula, tanto la política como la literaria. Por lo tanto, ¿qué voy a hacer, yo, en Madrid? Nada. Respirar, vivir. ¿Observar? Mi capacidad de observación es insignificante”. Menudo socarrón.

Reacio a toda agitación social, Pla pronto se distanció del nuevo orden. Recriminó la violencia de los alborotadores. Como los que quemaron el convento jesuita de la iglesia de la Flor, cerca de la Gran Vía. Su actitud escéptica recorre las páginas de ‘El advenimiento de la república’, en las que describió los primeros compases de la República, entre 1931 y 1934. En la imagen, la iglesia y el convento jesuita de la Flor, en llamas, en 1931.- EFE

Arte bajo las bombas

Una exposición rememora el recorrido de las obras maestras del arte español en la Guerra Civil para salvarlas de la guerra

JAIME PRATS El País31/03/2010

Una imagen del traslado del cuadro Venus y la música, de Tiziano, en 1939.-

En febrero de 1939 un convoy de 71 camiones salió de Figueres con destino a la frontera francesa cargado con lo más preciado del patrimonio artístico español. Hacía un intenso frío. Las carreteras estaban colapsadas por el trasiego de material militar y por los refugiados que huían del avance de las tropas del general Franco. Fue todo un reto reunir los vehículos que Francia no proporcionaba mientras la aviación italiana y alemana hostigaba las carreteras, hasta el punto de que la comitiva se interrumpió dos días por los bombardeos aéreos.

“Las condiciones eran terribles”, recordaba ayer Arturo Colorado, comisario de la exposición Arte Salvado, que se expone en el edificio de La Nau de la Universitat de València y organiza la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. En Perpiñán, ya a salvo de la guerra, las obras fueron depositadas en un tren que se dirigió hacia Ginebra, donde la Sociedad de Naciones se hizo cargo del valioso cargamento.

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 30 de mayo, describe los avatares que sufrieron las obras de arte de mayor valor del país y los esfuerzos de las autoridades de la República por protegerlas de las bombas. En todo ello, Valencia tuvo un importante papel, como recordó ayer Colorado. Por un lado, por la responsabilidad que tuvo en el traslado un valenciano: el pintor y muralista Josep Renau, por entonces director general de Bellas Artes e impulsor de la Junta del Tesoro Artístico, el organismo encargado de coordinar la evacuación. Pero también, porque esta ciudad fue la primera etapa del recorrido emprendido por las obras de arte.

Las torres de Serranos y el Colegio del Patriarca albergaron obras del Museo del Prado, la Biblioteca Nacional, colecciones privadas o monasterios, como el de las Descalzas Reales de Madrid. En total, se recopilaron 525 cuadros -entre ellos, todo Goya, Velázquez, Rubens-, 200 libros -códices, incunables- y tesoros como el que trajo a España Felipe V antes de ser coronado, el llamado Tesoro del Delfín, “de elevado valor artístico y crematístico”, comenta Colorado.

De Valencia, las obras maestras se trasladaron a Barcelona, y de allí a Figueres. Entonces un comité internacional formado por representantes de nueve museos de todo el mundo logró que la colección se depositara en Ginebra. “Fue la campaña de salvamento más importante de la historia”, destaca el comisario de la muestra, que subraya que este modelo de salvaguarda artística fue seguido luego por países europeos en la II Guerra Mundial.

Ginebra expuso una selección de 200 cuadros en una exposición que concluyó el 30 de agosto de 1939. El 1 de septiembre, Alemania invadió Polonia y comenzó la II Guerra Mundial. Un tren nocturno, con las luces apagadas para esquivar los bombardeos, devolvió la valiosa colección a España ese mismo mes. Las joyas artísticas hicieron el camino de vuelta huyendo, una vez más, de un nuevo conflicto armado.

Bronca política en Alicante por la memoria histórica

La oposición denuncia que el PP quiere obviar en una placa conmemorativa que la aviación “fascista” italiana bombardeó el Mercado Central en 1938

S. N. El País30/03/2010

El homenaje a la víctimas del bombardeo del Mercado Central de Alicante por parte de una escuadrilla de la aviación fascista italiana el 25 de mayo de 1938 ha derivado en un enfrentamiento político entre la oposición, el PSPV-PSOE y EU, y el PP, en el gobierno local con mayoría absoluta. Los promotores del homenaje, la Comisión Cívica por la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, han propuesto colocar una placa en la escena del brutal bombardeo, que costó la vida a 400 vecinos, que refleje que la acción bélica fue realizada por “la aviación fascista italiana”.

En cambio, el equipo de gobierno del PP, que lidera Sonia Castedo, plantea un texto sin el término fascista. La decisión de la alcaldesa ha acarreado las críticas del portavoz socialista, Roque Moreno, que ha calificado de “indignante” la intención de Castedo de obviar la autoría del ataque. “En el Mercado Central no murieron más de 300 alicantinos, fueron asesinados. Eran abuelos y bisabuelos de muchos alicantinos que, estando realizando labores cotidianas, fueron asesinados en un bombardeo de la aviación fascista italiana, auspiciado por Franco”, asegura en un comunicado Moreno. En el mismo sentido se expresa Miguel Ángel Pavón, candidato de EU a la alcaldía en 2011 (en este mandato la coalición de izquierdas es extramunicipal). “Es un insulto a las víctimas y a los alicantinos que se oculte la verdad histórica del criminal bombardeo del 25 de mayo de 1938”, señala Pavón.

La Comisión por la Recuperación de la Memoria de Alicante, a través del escritor Enrique Cerdán Tato, asegura: “No somos obstinados ni intransigentes, pero nuestro único propósito es honrar a las víctimas del bombardeo con orgullo y honestidad, y no desde la mentira. Hubo un verdugo y unas víctimas. Estas están identificadas, y no se puede ignorar al primero a base de eufemismos”, explica.

Cerdán Tato señala que se convocó un concurso para el monumento en cuyas bases están claramente reflejadas las características del hecho histórico que se pretende evocar. El escritor resalta que en los últimos dos meses no han recibido por parte de la alcaldesa un texto alternativo a su propuesta.

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Castedo corrige a Alperi y quita a Franco los títulos honoríficos

Sofi Oksaselle Pohjoismaiden neuvoston kirjallisuuspalkinto

Helsingin Sanomat – 30.3.2010

Kirjailija Sofi Oksanen Tallinnassa viime joulukuussa.

Kirjailija Sofi Oksanen Tallinnassa viime joulukuussa. -Toomas Volmer

Sofi Oksanen on voittanut Pohjoismaiden neuvoston kirjallisuuspalkinnon romaanillaan Puhdistus. Palkintoa tavoitteli kaikkiaan 11 kaunokirjallista teosta. Palkinnon suuruus on 47 000 euroa, ja se luovutetaan Reykjavikissa marraskuussa.

Palkintoperusteissa romaania kiitetään muun muassa ajattomista teemoista ja kouraisevasta kielestä: “Puhdistus sijoittuu Viroon ja kulkee kahdella aikatasolla, mutta sen aiheet – rakkaus, petos, valta ja avuttomuus – ovat ajattomia. Puhdistus väreilee jännityksestä: vaietut salaisuudet ja mitä häpeällisimmät teot leviävät kuin rihmasto läpi kirjan ja pakottavat lukemaan.” “Oksanen kuvaa harvinaisen tarkalla ja kouraisevalla kielellä sitä, miten historia koulii yksilöä ja miten menneisyys on läsnä nykyhetkessä.”

Suomesta ehdolla palkinnon saajaksi oli tänä vuonna myös Monika Fagerholm. Viime vuonna palkinnon voitti norjalaiskirjailija Per Petterson. Suomeen palkinto on myönnetty viimeksi vuonna 2004, jolloin sen sai Kari Hotakainen Juoksuhaudantie-romaanillaan. Pohjoismaiden neuvoston kirjallisuuspalkinto on jaettu vuodesta 1962 lähtien.

Oksanen on kahminut kolmannella romaanillaan jo aiemmin lukuisia palkintoja. Suomessa ensimmäisenä romaanina sekä Finlandia- ja Runeberg-palkinnot saanutta Puhdistusta on myyty kotimaassa 142 400 kappaletta. Virolainen Postimees-lehti valitsi Oksasen viime vuonna vuoden ihmiseksi. Amerikkalainen kustantaja Grove Press julkaisee teoksen englanninkielisen käännöksen 1. huhtikuuta. Samalla alkaa Sofi Oksasen promootiokiertue Yhdysvalloissa.

Muualla HS.fi:ssä:

Puhdistus-teoksen arvio

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Puhdistus, la última y muy premiada novela de la autora Sofi Oksanen aún no ha sido traducido al español, pero la anterior –Las vacas de Stalin– sí. La editorial (451 Editores) describe la novela de la siguiente manera:

Las vacas de Stalin
de Sofi Oksanen

Tres mujeres, tres generaciones: La historia de una Europa dividida entre el este y el oeste, el hambre y la bulimia.

Anna no está dispuesta a creer en las malas consecuencias de la bulimia salvaje que padece. ¿Qué puede haber de malo en algo que le provoca un placer comparable al del sexo y hace que se sienta divina? Perdida en sus obsesiones, necesita controlar su destino y no quiere repetir los errores de su madre, Katariina, que huyó de la Estonia soviética a Finlandia y desde entonces malvive entre la paranoia y la amargura. Del otro lado de la frontera, la abuela de Anna, Sofia, subsiste como la memoria descarnada del absurdo estalinista.

Cuando la historia se nos ha grabado en el cuerpo, atravesar la frontera puede ser fatal.

Kuukauden kysymys

Kuva: Veikko Somerpuro

Miten tutkija löytää totuuden ja miten toteutuu oikeus, kun kansanmurhasta on jäljellä vain joukkohautoja?

Vastaajana professori Helena Ranta Hjelt-instituutin oikeuslääketieteen osastolta.

Joukkohautojen avaaminen antaa tutkijoille paljon tietoa edellyttäen, ettei niitä ole häiritty. Vainajien kuolinsyyn ja kuolintavan selvittäminen ovat ensisijaisia tehtäviä, samoin myös tiedon kerääminen tunnistamista varten.

On tärkeää, että kaikki mahdollinen tieto kerätään ja dokumentoidaan haudan avaamisen yhteydessä. Jokainen tutkimusvaihe on voitava verifioida myöhemmin mahdollisissa oikeusprosesseissa ja kuka/ketkä ovat niihin osallistuneet (chain of custody).

Löytöjen analysointi hyödyntäen erilaisia tutkimusmenetelmiä on tarpeen tehdä turvallisissa oloissa. Käytännössä se tarkoittaa näytteiden siirtämistä maasta pois. Kansallinen lainsäädäntö tai maan viranomaiset voivat asettaa tälle esteitä, ja siksi olemme joskus salakuljettaneet näytteitä Suomeen. Totuuden löytäminen, edes osittain, edellyttää sitkeää puurtamista ja innovatiivista menetelmien soveltamista.

Oikeuden toteutuminen onkin paljon vaikeampi kysymys. Kun maan oma oikeusjärjestelmä on joko osittain tai kokonaan romahtanut, kansalaisten luottamus viranomaisiin on kadonnut.

Siirtymävaiheen oikeusjärjestelyjen tarkoituksena on taata uhrien oikeudet ja saattaa ihmisoikeusloukkauksiin syyllistyneet edesvastuuseen teoistaan. Jos hallinnossa on mukana edelleen henkilöitä, joilla on ”verta käsissään”, hyvätkin pyrkimykset kansalliseen sovintoon epäonnistuvat.

Valitettavasti monissa maissa on säädetty hyvissä ajoin armahduslakeja, jotka vapauttavat esimerkiksi sotilashenkilöitä edesvastuusta. Tutkijat eivät voi vaikuttaa tähän.

Lopuksi haluan vielä korostaa, että vaikka me tietäisimme mitä on tapahtunut ja pystyisimme sen todistamaan, poliittisista syistä voi olla mahdotonta hyväksyä tosiasioita. Tästä hyvinä, tai huonoina, esimerkkeinä olkoot armenialaisten kansanmurha 1910-luvulla ja Katynin tapahtumat 2. maailmansodan aikana. Virallinen Turkki ei vieläkään tunnusta edellistä, ja virallinen Venäjä myönsi vasta 1990-luvulla jälkimmäisen.

Lähde: Helsingin yliopiston www-sivut

Soldados de Salamina: héroes

Reeta

En este diario voy a centrarme en la misteriosa figura de Miralles, uno de los pocos personajes evidentemente ficticios de Soldados de Salamina.  ¿Pero, podría haber sido Miralles  el soldado desconocido que salvó la vida para Sánchez Mazas? ¿Además, podría ser Miralles real? El personaje Javier Cercas quiere comprender por qué no lo mató, y  que pensaba en el justo momento cuando le miró a Sánchez Mazas a los ojos. Pero Miralles le responde: “Una guerra es una guerra. Y no hay nada más que entender.” (p. 175).  Como si Miralles, traumatizado por las guerras, quisiera negar sus recuerdos de ellas.

El escritor chileno Roberto Bolaño le cuenta al protagonista por casualidad la historia del aventurero Miralles.  Miralles luchó en las tropas republicanas, y más tarde como mercenario en la Legión Extranjera francesa. ¿Tendría un guerrero de esta clase motivo para salvar la vida para alguien, que además sea un enemigo?  Yo pienso que no, Miralles es un tipo duro, no podría ser el soldado que baila y canta pasodobles, un tipo mucho más sensible. Sin embargo, en la tercera parte del libro, Cercas crea una imagen de un  sentimental y simpática Miralles que ya es viejo y necesita que alguien le abrace. Cuando el protagonista por fin le pregunta directamente si fue o no el soldado, le responde Miralles que “no” (p. 205). El final deja abierto si sólo no quiere confesarlo o si realmente no lo fue. Cercas lo deja para la imaginación del lector.

Parece que tanto Javier Cercas el personaje como el autor real consideraba su libro insuficiente sin un héroe apropiado. Un falangista no vale para un héroe. La última parte del libro se centra en la búsqueda de este héroe, el soldado quien salvó la vida para Sánchez Mazas. Roberto Bolaño dice: “..el héroe no es el que mata sino el que no mata o deja de matar.” (p. 148) ¿Podría Miralles ser el soldado que buscamos? Miralles tiene un punto de vista menos elogioso sobre el heroísmo: “.. Los héroes solo son héroes cuando se mueren o  los matan. – – No hay héroes vivos.” Por su propio definición Miralles no es un héroe (como está vivo), pero su definición no tiene sentido. En conclusión, parece evidente que Javier Cercas el autor decidió inventar el soldado, como le consejó Bolaño al Cercas el personaje.

Me ha gustado mucho leer este libro porque es tan ambigua, no es nada trivial. El juego con personajes reales e inventados anima al lector a buscar información sobre ellos.  Yo siempre tengo interés por conocer nuevos libros o autores mediante otros. Soldados de Salamina tiene referencia por lo menos a Pascual Aguilar, Andrés Trapiello, Rafael Sánchez Ferlosio, Roberto Bolaño y el mismo Sánchez Mazas. Un falangista no pienso leer, pero Bolaño me parece interesante.

¿Son sexistas la novela y la película Soldados de Salamina?

Elina K.

En las últimas semanas hemos tratado la novela Soldados de Salamina por Javier Cercas y las reacciones que ha provocado en el público. Una reacción inesperada ha sido llamarla sexista. Me interesé en averiguar qué aspectos en la novela pueden justificar esta postura.

Algo que hay que aclarar es qué es lo que se entiende con `sexismo´? Esta palabra se utiliza muchas veces con descuido y por eso vamos a ver como el Diccionario de la Real Academia Española la define:

sexismo.

  1. m. Atención preponderante al sexo en cualquier aspecto de la vida.
  2. m. Discriminación de personas de un sexo por considerarlo inferior al otro.

La diferencia más notable entre el libro y la película es que en la primera el protagonista-narrador es un hombre mientras que en la película la protagonista es una mujer, Lola Cercas. Según Hermans el hecho de que la novela haya sido criticada por ocultar a las mujeres ha podido influir en que el director Trueba optase por una mujer protagonista. Antón critica la voz narrativa de la novela por ocupar una perspectiva que presenta a las mujeres como más débiles, salvadas y protegidas por los hombres, mientras que el título `héroe` se otorga únicamente a los hombres, especialmente a los soldados, que salvan la civilización. Antón argumenta su punto de vista por varios fragmentos en los que se habla de los anónimos héroes, los hombres que murieron por una causa y merecen ser recordados. Antón también ve que la novela refleja la importancia de los vínculos masculinos como el recuerdo del padre y la amistad fiel entre los hombres. Según ella las mujeres de la novela aparecen en el ámbito doméstico y sirven para satisfacer las distintas necesidades de los varones. Estoy de acuerdo con Antón de que el número de mujeres en la novela es escaso pero no veo que en la novela el rol de las mujeres sea tan `miserable´. Para mí, no se dice mucho sobre el papel de la mujer, es decir, sí se les oculta pero no se da una perspectiva claramente sexista.

Antón subraya el papel activo de la mujer española en la guerra que no se refleja en la novela. Será cierto que las mujeres participaron de varias maneras en la guerra pero hay que recordar que en aquellos tiempos la sociedad española era evidentemente patriarcal y no se veía muy bien que una mujer luchase en el frente. Creo que la novela no quiere negar la importancia de la mujer en la guerra y la importancia de recuperar la memoria de ella, pero tampoco se puede requerir que cada novela la resalte de la misma forma que hace por ejemplo La voz dormida.

En la novela el personaje femenino más visible es Conchi. Según Antón, se le presenta como un sex-symbol y Cercas se siente algo avergonzado por ella. Antón da ejemplos de conversaciones en que Conchi parece tonta, vulgar e ignorante. Además es mentirosa e hipócrita y presume por tener un novio intelectual. Antón también se fija en las antiguas novias de Cercas: están presentadas como una lista y tenían trabajos poco prestigiosos. A Conchi se le utiliza en la novela para pasar del drama al chiste, para darle humor y un tono más ligero. A pesar de ser como es, Conchi tiene una función importante: anima a Cercas para seguir escribiendo y es su gran apoyo. Creo que Antón ve en esto algo de `detrás de un gran hombre hay una gran mujer´ cuando habla de Conchi como un espejo que devuelve fortalecida la imagen masculina. Otra vez, estoy de acuerdo con Antón sobre algunas cosas. Sí, en la novela Conchi se presenta un poco especial y quizá tonta. Ningún personaje masculino se presenta de la misma forma, pero tampoco siempre se escribe de ellos de una forma especialmente respetuosa. Creo que a Conchi se le puede ver como objeto de sexismo pero también se le puede ver como un carácter importante en la novela: ¿cómo cambiaría la novela si Conchi fuera una mujer seria e inteligente? Perdería el toque humorístico y se haría más aburrido, creo yo. Es posible que Javier Cercas (real) haya creado a Conchi consciente del riesgo de críticas feministas pero no pudo resistir insertar un personaje tan delicioso en la novela.

En cuanto a otros personajes femeninos, destaca que son escasos y anónimos (con alguna excepción). Según Antón en la novela se nombran a 111 varones distintos frente a 18 personajes femeninos. Solamente hay una política, las demás son, entre otras, madres, novias, hijas, monjas, presas y hay una prostituta también. Como he dicho antes, esto puedo reflejar la realidad de España en aquella época: las mujeres tenían menos poder político y más importancia en la retaguardia y otros puestos que los hombres. Antón opina que los personajes femeninos tienen nula aptitud para la heroicidad. Diciendo esto insinúa que los héroes son los más visibles, los que mueren luchando en el frente. Creo que Antón ignora la consciencia que domina hoy en muchas mentes sobre los héroes y heroínas ocultadas: ahora se exalta también a las personas de la retaguardia, como en Finlandia pasa con las mujeres de la Guerra de Invierno. Lo que me molesta en todo esto es como se habla de una guerra: existe una competición para ver quién era la `más victima´ o el `más héroe´.

Antón pregunta cómo es posible que en un “relato real” no aparecen más mujeres, por qué el autor no las quiere ver. Creo que ella ve la novela de distinta manera a la mía. Para mí no se trata tanto de un “relato real” como de una historia ficticia de un periodista frustrado y su proyecto de investigación cuyo fruto no es especialmente brillante. La novela habla de la obsesión, de un proceso de creación y de la insuficiencia de su resultado y de la identificación de algunas personas de cuyos nombres nadie se acuerda. Es decir, la novela es mucho más que un mal intento de un relato real colorado con ficción.

Creo que es exagerado llamar la novela misógina. Es posible que Cercas oculte a las mujeres intencionadamente o sin querer, pero no puedo notar odio hacía las mujeres. Así opino también sobre la película. Conchi es parecida a la Conchi de la novela: se viste de forma provocativa y es vulgar. Es lesbiana y no puede entender porque Lola prefiere a los hombres cuyos pensamientos están guiados por el deseo sexual. En esto podemos ver incluso un rechazo hacía los hombres. Lola parece una mujer seria y profesional y así compensa la vulgaridad de Conchi. Sin embargo, se crea una ligera tensión sexual por el simple hecho de que la protagonista es una mujer y la mayoría de otros personajes siguen siendo hombres como en la novela. De haber sido un hombre el protagonista es posible que la película fuera más sosa. Hermans critica la decisión del director de sustituir al protagonista masculino por una mujer (p.93), pero en mi opinión ha sido una decisión acertada. Además de crear tensión representa a una mujer que está tomada en serio por sus entrevistados, es decir, representa a una mujer independiente y creíble, reduciendo el sexismo.

Tanto la novela como la película tienen más rasgos para analizar que no puedo tocar aquí. Sin embargo, espero haber demostrado que especialmente en la novela abundan las cosas que se pueden considerar desfavorables a las mujeres. Aún así, no llamaría ninguna de las obras sexista o misógina, aunque estoy de acuerdo con Antón de que las mujeres empeñan un papel secundario en la novela. Además, si bien hay rasgos sexistas en la novela, para mí Cercas (ficticio) no es un hombre especialmente fuerte, más bien está perdido y frustrado. Creo que hay que ver más que un “relato real” en la historia, que al fondo contiene ironía, humor y filosofía de la vida. Veo que Antón se preocupa en vano que “en las guerras -las de verdad y las de la ficción- se activa la arenga de la reacción patriarcal”. Cada obra sobre la guerra publicada provoca conversación sana y hace que se defienda la memoria de tanto los héroes como las heroínas.

Antón, Eva. Soldados de Salamina. Guerra y sexismo: otro ejemplo narrativo de la reacción patriarcal.  http://www.nodo50.org/mujeresred/cultura/soldados_de_salamina.html (cons.26.3.2010)

Hermans, Hub. El silencio llevado al cine: Cercas, Trueba y Los Soldados de Salamina. P.77-97. En: Foro Hispánico.

Miradas sobre pasado y presente en el cine español (1990-2005). Ed. Feenstra &Hermans. http://books.google.es/books?id=GkW8UzJbgs8C&pg=PA77&lpg=PA77&dq=sexismo+en+la+pelicula+soldados+de+salamina&source=bl&ots=jSPPm5ZRoh&sig=NSRyfPt58T3DLks2kLhWcWKpi1k&hl=es&ei=mRiuS4PGJZSF-Qaywb2-DQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=8&ved=0CB0Q6AEwBw#v=onepage&q=&f=false (cons.26.3.2010)

Real Academia Española. Diccionario de la Real Academia.  www.rae.es